el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 10 de enero de 2013

10/ 01: ELFQUEST: THE SEARCHER AND THE SWORD

Podría hablar horas sobre ElfQuest. Cuando la descubrí, tenía 17 ó 18 años y me voló la cabeza, mal. Para mí, que no había leído a Tolkien, era una especie de The Dark Crystal, pero más dark todavía, y con más énfasis en la vida cotidiana de estas criaturas alucinantes. No era sólo la epopeya, también había comedia, romance, slice of life y una bajada de línea para el lado correcto. Lo cierto es que me tiré de cabeza a los 32 comics editados por Marvel, que no eran otra cosa que una segunda versión ampliada y coloreada de los 20 números del magazine en blanco y negro (de los cuales también conseguí alguno), y hasta me compré libros sobre ElfQuest, con artículos, entrevistas a los autores y bocha de dibujos inéditos. Después de esa experiencia en Marvel (que sospecho que no habrá sido muy feliz), los autores de ElfQuest volvieron a recluirse en la autoedición y durante los ´90 les perdí el rastro. Cuando en 2003 (a lomos del éxito de las pelis de Lord of the Rings) la serie reapareció en DC, se hizo obvio que, además de las enésimas reediciones de las sagas clásicas, Wendy y Richard Pini iban a producir material nuevo. Y en 2004 salió esta novela gráfica, sin serialización previa en otros formatos, que hoy me toca leer.
Lo único que me puso contento al reencontrarme con ElfQuest es que en los años en los que me alejé de la serie a los personajes les pasaron miles de cosas. No está todo igual, ni siquiera parecido. Se renovó el elenco, hay elementos nuevos, el clima de la saga es distinto... está claro que no quedó una cosa anquilosada, con olor a naftalina y viviendo de glorias pasadas. El resto, parece un disco de Duran Duran o Depeche Mode: todo muy lindo, me encanta que se renueven, pero la verdad que me gustaban más en los ´80.
El dibujo de Wendy Pini está más desparejo. Tiene páginas fastuosas (la 71, por ejemplo) y páginas que parecen hechas por un fanzinero arriba de un colectivo repleto. Para vender cuatro ejemplares más, alguien (no sé si la propia autora o la editorial) se llenó la boca hablando de la gran influencia del manga en el dibujo de Wendy y la verdad es que, salvo los ojos grandes de los elfos, el resto tiene menos manga que un chaleco. La narrativa es 100% yanki, los humanos parecen dibujados por Terry Moore, no hay líneas cinéticas ni tramas mecánicas, hay poquísimas viñetas mudas... y como si eso fuera poco, esto está coloreado. Bastante mal, por cierto, con muchas irregularidades. Hay viñetas hermosas al lado de otras que parecen coloreadas por Matt Murdock, o que están estropeadas por los efectos más grasas del photoshop. Por suerte la narrativa es clara y ganchera, lo que ayuda a seguir adelante con el fluir de la historia, sin colgarse a cuestionar demasiado las excentricidades del color o alguna pifia del dibujo.
Yo sospecho que la movida comercial de querer vender ElfQuest como una especie de “manga yanki” tiene que ver con que el manga tiene mucho público femenino y a esta serie (en parte por ser la creación de una mujer) siempre le dieron bastante bola las chicas. Lo cierto es que, entre una cosa y otra, la sensación que dio toda la etapa de ElfQuest en DC fue la de “esto es una versión argolla-friendly de Lord of the Rings”. The Searcher and the Sword no es para nada la excepción, sino el punto más obvio de esa tendencia. Acá la protagonista es... una chica humana! Guarda, está muy bien explicado qué hace ahí, por qué vive entre los elfos y demás. Pero... los eclipsa por completo! Hecha esa salvedad, el guión es bastante competente. Explica lo justo como para no dejar en bolas al que nunca leyó ElfQuest sin aburrir al que la sigue desde los ´70, aprovecha bien el formato de novela gráfica para no empantanarse al pedo en escenas de extrema tensión que se resuelven en dos patadas en la página siguiente (que es algo frecuente en las “novelas gráficas” que en realidad son episodios recopilados), hace avanzar a varios personajes, y toca temas ásperos siempre desde una óptica sensible, con la bajada de línea bien puesta para el lado correcto. En el contexto de ElfQuest, por ahí es un arco menor, lo cual no alcanza para que sea un arco choto. Lo que menos me cierra es que TODO lo que pasa, pasa porque entre la tribu de los Montalobos hay una chica humana de 18 años , algo que sólo tiene sentido cuando estás desesperado por venderle el comic... a miles de chicas humanas de 18 años.
Desde 2007 que DC no publica nuevos libros de Wendy Pini y su marido (quien la asiste en la planificación de las historias, pero no escribe, ni dibuja, ni colorea, ni rotula las historietas) y no sé en qué anda ElfQuest en estos últimos años. Por ahí, el paso por DC, en plena época de Lord of the Rings, los ayudó a sumar hordas de nuevos fans. Por ahí están (otra vez) mirando de reojo la tabla de abajo, como San Lorenzo. Por suerte nunca es tarde para descubrir los grandes clásicos y el ElfQuest de los ´70 y ´80 sin dudas lo fue. Ojalá esta reseña sirva para que alguno busque, encuentre y disfrute ese material.


4 comentarios:

Eibel dijo...

Andres, perdona que la pregunta no tenga que ver con el post de hoy, pero quería saber, que etapa o año recomendas para comenzar a leer Krazy Kat, si nunca leí nada. Saludos!

Mariano Pagella dijo...

Por si le interesa a alguien, todos los comics de Elfquest se pueden leer online gratarola en el sitio de la serie, subidos por los mismos creadores: http://www.elfquest.com/gallery/OnlineComics3.html

Andres Accorsi dijo...

Eibel, yo recomiendo leer todo Krazy Kat. El dibujo no es siempre igual de bueno, pero la calidad de las historias no baja nunca.

Leandro dijo...

Yo le entré a ElfQuest gracias a tu recomendación y me gustó a niveles orgiásticos. Ahora, si esto me gustó, Los reyes elfos me van a hacer morir de igual manera en que lo hicieron el novio de Liz Solari y Pedro Pompillo?