No, no es la biografía del Potro. Es una novela gráfica de aventura histórica, escrita por Yves H. y dibujada por su padre, el maestro belga Hermann. La última vez que reseñé una obra de la dupla cerré con la promesa de revisitarlos en la segunda mitad del año y acá estoy.
Los protagonistas de la historia son Rodrigo De la Vega y su padre, Don Joaquín, nobles caballeros de Castilla, en eterna lucha contra los moros, más precisamente contra el califato de Granada, que se extendía a lo largo de buena parte del sur de España, allá por el año 1325, que es el que elige Yves H. para ambientar la novela. Hay aliados, enemigos, traidores, vasallos y majestades, y por supuesto hay sangrientos combates bajo el inclemente sol ibérico. Sin embargo, Rodrigo no se queda en la epopeya bélica con toques de intriga palaciega. Al guionista le interesa tocar dos temas más, que desarrolla con maestría y que le agregan muchísima sustancia al relato.
Por un lado, el choque entre las culturas. En Castilla todo es típicamente español, pero cuando los De la Vega llegan a Córdoba, se encuentran con una ciudad fastuosa, en la que conviven las tradiciones arquitectónicas cristiana, judía e islámica. ¿Qué pasa acá? ¿Por qué parece deseable exterminar a una cultura capaz de generar este tipo de expresiones artísticas? El que le mete fichas por ese lado a Rodrigo es el Padre Miguel, un sacerdote católico fascinado por la sabiduría de los moros, y a la sazón un personaje secundario deliciosamente construído por Yves H.
El otro tema que le disputa el protagonismo a la guerra entre los súbditos de Alfonso XI y los ejércitos de Rachid Al-Mu´ayyad es el del verdadero origen de Rodrigo. ¿Serán ciertos los rumores que dicen que su madre es estéril y que su padre se apropió de un bebé encontrado en un campo de batalla? ¿Por qué nadie responde a las preguntas que se hace este joven, destinado a suceder a su padre como señor de Castilla? Finalmente, las respuestas van a llegar y van a impactar, sobre todo por el giro que Yves H. le dará –a la hora de la verdad- a Esteban, el hermano de Don Joaquín a quien vimos como villano durante toda la novela. Tres páginas antes del final, Esteban dejará de ser un estereotipo gastado de noble ambicioso e intrigante y cobrará una tridimensionalidad increíble.
Y mirá qué limado: también cuando faltan cinco páginas para el final, nos enteramos de que esto, que a priori era un tomo autoconclusivo, está integrado a la inmensa saga de Las Torres de Bois-Maury, ese extenso serial del cual Hermann escribió y dibujó 10 tomos entre 1984 y 1994. Pero hete aquí que a partir de 1998, Hermann se lanzó a producir cinco álbumes más, ahora titulados simplemente “Bois-Maury”, en los que narra historias autoconclusivas, protagonizadas por distintos descendientes de Aymar, el personaje central de La Torres... A partir de este tomo (de 2001), su hijo se sumó como guionista, con lo cual Rodrigo (a veces considerado el Vol.12 de la saga de Bois-Maury) marca el debut de Yves H. en el universo de ficción creado por su padre. Lo mejor es que este tomo se puede disfrutar perfectamente sin tener la menor idea de lo que sucede en los álbumes anteriores.
Bah, no. En realidad lo mejor son los dibujos de un Hermann brillante, afiladíismo, al nivel de sus mejores obras de este milenio que son las que incorporan (con magníficos resultados) esa técnica de color alucinante, que tanto me deleitara en las otras obras de la dupla que me tocó reseñar. Acá el belga se fuma un puñado de páginas con muchísimo texto y algunas en las que tiene que dibujar 10 cuadros muy chiquitos. Pero por suerte tiene también páginas de cuatro o cinco cuadros, o páginas de siete que acomoda para meter una viñeta gigante y varias chiquitas. Entre una cosa y otra, no faltan oportunidades de que Hermann despliegue todo su arsenal de recursos pictóricos y narrativos, entre los que se destacan su increíble trabajo en los paisajes y decorados, el ritmo en las escenas de acción y los climas que logra en los flashbacks y sobre todo en las secuencias oníricas, que son definitivamente memorables.
No conozco muchas historietas históricas ambientadas en la guerra entre cristianos y moros en España, más allá de aquella gloriosa versión de El Cid realizada por Antonio Hernández Palacios. Así que si sos fan de este género, te recomiendo sin dudas Rodrigo. Si sos fan de Hermann o de la saga de Bois-Maury, ni hablar. Lo tenés que tener YA, porque se trata de uno de los puntos más altos de la epopeya medieval que consagrara mundialmente al cada vez más grosso maestro, fruto de la cautivante alquimia que logra cuando trabaja con su hijo. Papa muy fina.
jueves, 4 de julio de 2013
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3 comentarios:
que tal de Red Team, del irlandes demente?
Espero el TPB, Reznor...
3 numeros van y es impecable.
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