el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 3 de octubre de 2013

03/ 10: PAQUIDERMO

Vuelvo con el maestro suizo Frederik Peeters, para encontrarme con una obra que no se parece en lo más mínimo a ninguna de las que ya vimos acá en el blog (clikeá en la etiqueta del autor para ver a cuáles me refiero). A lo largo de casi 80 páginas, Peeters nos propone un recorrido sinuoso, para adelante, para atrás y para los costados. La lógica argumental no es lineal ni obvia. Por momentos, Paquidermo parece replicar la lógica de los sueños, pero si le prestás atención enseguida descubrís que todo es menos caprichoso de lo que parece. En todo caso, más que a un sueño me hizo acordar a una de las pelis complicadas de David Lynch (una Lost Highway, ponele), aunque mucho más entretenida, más dinámica y estéticamente más linda.
Básicamente, la trama gira en torno a Clarice, una mujer que trata de encontrar a su marido, quien sufrió un accidente y se encuentra hospitalizado. Con el correr de las páginas, adelante, atrás y a los costados de este hilo conductor, Peeters mete una trama de espionaje típica de los inicios de la Guerra Fría (la historia transcurre en 1951) y empieza a acumular elementos bizarros: un elefante tumbado en medio de una ruta, un enigmático personaje el que sólo vemos un extraño apéndice nasal, criaturas fetales que provienen de los sueños de Clarice, una versión de la propia protagonista pero anciana, o en realidad ya muerta... Peeters utiliza todo esto para “embarrar la cancha”, para sorprendernos, para desorientarnos y para dibujar cosas que evidentemente le gustan, porque el nivel gráfico que pela el suizo en esta obra es sencillamente descomunal.
La trama de espionaje está muy bien llevada de la mano del Doctor Barrymore (un personaje de arrollador carisma) y los elementos bizarros a veces se pasan un poquito de rosca y uno ya no entiende mucho qué es realidad, qué es delirio y qué de lo que pasa son manifestaciones del inconciente de Clarice. En esas secuencias, lo ideal es relajarse y dejarse llevar. Peeters va a encontrar la forma de hilar estas escenas desconcertantes de tal modo que van a tener bastante sentido sobre el final del libro. En todo caso, podemos tomarlas como un viaje muy intenso por las ilusiones, los miedos y las frustraciones de la protagonista. Lo cierto es que TODO lo que pasa, tanto las escenas más oníricas como la trama de espionaje como todo lo que Peeters nos va revelando acerca de la relación entre Clarice y su marido, termina por afectar a la protagonista, por cambiar su rumbo, por llevarla hacia un final que no te esperás pero que es totalmente coherente.
O sea que, si no te aterra el tema de que pasen cosas medio delirantes, Paquidermo es un trip totalmente irresistible, narrado como los dioses por un autor que tiene todo demasiado claro. Un mecanismo de relojería (lógico, porque Peeters es suizo) ensamblado de un modo atípico, inquietante, en un punto perturbador, pero que sin dudas funciona a la perfección.
Y eso, claro, sin hablar del dibujo, que es PERFECTO. Peeters adopta un registro más realista que en sus otros trabajos y por supuesto se anima a romper con el cánon académico cuando la trama así lo requiere. Así se cuelan escenas recontra-expresionistas, personajes más caricaturescos, iluminacioines imposibles, fondos que mutan o desaparecen... todo en función del relato. Peeters cuida los climas, los detalles, controla perfectamente su línea, para que a veces parezca un rotring quirúrgico y otras una carbonilla aplicada al voleo, mete unas texturas preciosas y juega con la puesta en página sin hacerle asco a nada: ni a la grilla de 12 viñetas microscópicas, ni al estallido de tres viñetas inmensas. Es muy probable que esta sea la obra del suizo que más me gustó a nivel visual, la más difícil de dibujar y en la que más abunda la magia gráfica de Frederik Peeters.
Esto está editado en España por Astiberri, a todo culo, en un álbum que –si lo ves en Argentina- debe costar un huevo, la mitad del otro y el 62% de la poronga. Yo por suerte lo rescaté de una mesa de saldos de una comiquería de Chile, que lo vendía baratísimo porque está un toquecito deteriorado: si lo mirás con atención, se nota que uno de los extremos en un momento se mojó mal. Pero ya fue, no daba para dejarlo ahí, y menos a ese precio. Habrá más Frederik Peeters acá en el blog, probablemente este mismo mes.

2 comentarios:

Diego Simone dijo...

Tremendo libro de Peeters, y concuerdo, a nivel dibujo, posiblemente de lo mejor del tipo.
Yo lo compre en la Revisteria hará un año mas o menos, y no estaba taaan caro. No se ahora. Pero de todas formas, para mi, lo recontra vale.

Sucubo dijo...

Lo vi el otro día y estuve a punto de comprarlo.No me pareció tan caro. Lo que no hice porque terminé llevando los dos de Paker de Cooke y era como mucho.
Pero en la próxima y con esta reseña es compra fija.