Este es el tomo que reúne las cuatro historias de Astro City de cuando la serie de Kurt Busiek y Brent Anderson aparecía muy de vez en cuando. Son todas historias autoconclusivas, dos de 38 páginas y dos de 48, originalmente publicadas entre 2007 y 2010, como para que hubiese algo de Astro City en las comiquerías y la gente no se olvidara de la serie. Yo había leído en su momento las dos historias de 38 páginas y, felizmente, no me acordaba un carajo.
Arrancamos con el unitario supuestamente protagonizado por Samaritan. Y digo “supuestamente” porque el rol del héroe acá es bastante menor. Todo gira en torno al villano, Infidel (creado por Busiek y Alex Ross para un especial de Wizard), y el guionista delega en este la voz cantante: el narrador de la historia es Infidel, y a Busiek le alcanzan esas 38 páginas para darle un origen alucinante y una personalidad complejísima, sin nada que envidiarle a un Dr. Doom. De hecho, la relación entre Infidel y Samaritan está planteada en términos bastante similares a los de la relación entre Doom y Reed Richards. Pero, fiel a la tradición de esta serie, Busiek no usa a los héroes y los villanos para contarnos el enésimo combate entre el Bien y el Mal, sino que toma esta mitología y la usa para hablar de temas trascendentales, universales, que nos afectan y emocionan a todos, tengamos o no superpoderes. Eso es una constante en las cuatro historias y seguramente es lo más interesante que tiene Astro City, en general.
La segunda historia pone el foco en Beautie, la superheroína que además es una especie de muñeca Barbie viviente. Acá volvemos sobre un tema recurrente en los comics: el personaje artificial, creado por otro, que trata de construir una identidad, de saber más sobre su vida, sobre su origen, sobre quienes lo crearon. La diferencia con otras historias similares es que Busiek no tiene la obligación de equilibrar o matizar esta búsqueda con la machaca, entonces el drama se hace más humano y la aventura se hace más low-fi.
La tercera historia, la de Astra, está un poquito estirada. Lo más probable es que se haya pensado originalmente para el formato de 38 páginas y luego reformulada para publicarse en 48. Pasan muchas cosas interesantes, hay un trabajo excelente de caracterización en varios personajes obvio e impredecibles, muchos diálogos memorables, pero la verdad es que el conflicto no daba para tantas páginas. De hecho, una frase de la página 7 resume toda la historia, cuando Astra dice “A veces “normal” suena mejor que “sensacional””. Por suerte ese conflicto chiquito evita todo tipo de solemnidad y está bien decorado con una muy acertada exploración de Astra y de su universo.
Y finalmente una historia que Busiek nos debía hace tiempo, que es la pasada en limpio de todos los bolonkis temporales que armó con el Silver Agent. Lo vimos morir, lo vimos volver, lo vimos meter mano en hechos de distintas épocas y era obvio que la explicación tenía que ver con viajes en el tiempo. Acá está todo: el origen, la vida, la muerte, las idas y venidas por el tiempo, el espacio y los planetas, en una saga que también se podrían haber contado con 10 páginas menos, pero que explica y aclara tantas cosas, que no está mal ese aire, ese espacio adicional, para que no parezca una masa compacta de datos. En 48 páginas, Busiek tiene lugar para contar aventuras cósmicas, dramas humanos, guerras, tragedias, amores y lealtades, en una historia muy, muy redonda y que además abre un montón de puntas para explorar a futuro.
Al frente de la faz gráfica está, como siempre, el esmerado Brent Anderson, dibujante muy correcto, no virtuoso, pero sí laborioso. Un tipo que no acostumbra a guardarse nada y que pone su habilidad para la narrativa y su destreza en el estilo realista al servicio de un planteo muy clásico, lo cual no significa que no asuma algunos riesgos. Anderson flaquea en algunos rostros, pero en general se lo ve muy sólido, con figuras dinámicas, fondos muy trabajados y excelentes diseños para los personajes, criaturas, artefactos, vehículos, armas y hasta mundos que tiene que inventar. Algunos de estos diseños nacen de la imaginación de Alex Ross, pero casi todo lo que vemos en Astro City es fruto de la labor de Brent Anderson.
La sequía para los fans de Astro City se terminó con el lanzamiento de la actual serie regular en Vertigo, con lo cual esta etapa de la serie, en la que Busiek y Anderson ofrecían -con mucho ojete- 38 ó 48 páginas nuevas por año, es apenas un recuerdo. Por suerte es un recuerdo copado, porque nos dejó cuatro historias muy originales, muy atractivas, muy logradas, no sé si al nivel de lo mejor de Astro City, pero sin dudas muy por encima de la media de lo que se puede leer en este siglo en materia de superhéroes.
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1 comentario:
Si hay post de Astro City tengo que comentar. Que fea la tapa del TP, la del HC es mucho mas linda. La sobrecubierta, bah.
Aguante Brent Anderson, lo re-banco, me gusta mucho lo que hace, y como sigue fiel al estilo clásico.
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