Esto es algo que en nuestro país se hace poco, que es lo que yo llamo “historieta sin documentos”. Zero Point no da el más mínimo indicio de haber sido ideada y dibujada por un autor argentino. Está escrita en neutro y ambientada en una ciudad aparentemente yanki a la que jamás se menciona. No hay “argentinadas” en ningún lado: ni en los diálogos, ni en la ambientación, ni en la trama, que es un clásico thriller de asesinos a sueldo, mafias y canas corruptos que podría haber sido tranquilamente producido en EEUU, Japón, Brasil o cualquier país europeo.
Visualmente, lo que hace Agustín Graham Nakamura tampoco se parece en nada al típico comic argentino. Agustín vivió varios años en Japón (país donde nació su madre), y estudió manga y dirección de animación. Eso se ve con toda claridad en este trabajo, que tiene una estética muy cercana a la del manga, mucho más que cualquier otra historieta de autores locales editada hasta el momento en Argentina. Ojo: no estoy diciendo que “es un manga”. Está narrado de izquierda a derecha, está hecho a un ritmo muy lento (Nakamura tardó años en realizar menos de 190 páginas) y casi sin asistentes, apenas con la colaboración de Ramón Bunge, encargado de aplicar las tramas mecánicas.
Pero la impronta japonesa está y está muy bien lograda. Las recién mencionadas tramas mecánicas están perfectas, las líneas cinéticas abundan y están magníficamente usadas, hay ángulos típicos del manga, trucos narrativos alucinantes que rara vez se ven en el comic occidental (¡esa secuencia toda narrada en cámara subjetiva!), mucho énfasis en los silencios, escenas trepidantes de altísimo impacto narradas sin diálogos ni onomatopeyas, y el típico contraste entre edificios, armas y vehículos muy realistas y figuras humanas mucho más simples, en las que se ve el amor de Nakamura por autores como Naoki Urasawa y Katsuhiro Otomo, entre otros. También en algunos rostros hay cositas menos japonesas y más yankis, especialmente en los personajes femeninos. Y lo más importante: todo está muy, muy bien dibujado. En poquísimas viñetas, Nakamura te mete adentro de su universo, te seduce, te convence de que todo es real y te lleva de un sacudón a otro a fuerza de una faz gráfica contundente, sin fisuras.
Por supuesto, todo esto no alcanzaría para hablar bien de Zero Point si no estuviera respaldado por un buen guión. Y felizmente, el guión está buenísimo. Es complejo, pega giros impredecibles, no se rompe nunca el verosímil, no juega al impacto por el impacto mismo, y hasta se anima a saltar al vacío en el desarrollo de un personaje clave (¿o son dos?). El pase de manos que hace Agustín sobre el final de la obra, redefine a un personaje secundario (Crow, el mejor diseñado de todo el elenco) y abre toda una nueva perspectiva acerca de todo lo que habíamos leído hasta ese punto. Ese es un golpe maestro, no parece una idea de un autor que está forcejeando con su ópera prima.
Entre una cosa y otra, Zero Point resulta una lectura atrapante, muy intensa. No le pidas mucho más que un rato de entretenimiento, porque eso es lo que se planteó Agustín Nakamura como meta: entretener con una historia fuerte, basada en el ritmo y en los momentos extremos en los que estallan las peleas, las persecuciones, los tiros y las explosiones. Si a eso le sumamos una profundidad asombrosa en algunos personajes, buenos diálogos, un garche muy hot y giros argumentales inesperados, estamos en condiciones de afirmar que las aspiraciones del autor se cumplieron con creces.
A la historieta argentina le hacen falta más obras como Zero Point, más obras que –por estética, más que por temática- puedan resultarle irresistibles a los fans del manga que ni en pedo te tocan una historieta de autores locales… y que a la vez no subestime ni a este grupo de lectores ni a los otros. Agustín Graham Nakamura, un ronin del comic y la animación hoy radicado en Brasil, frotó la lámpara y logró con esta obra convocar a lectores de todos los palos, generar un éxito de ventas muy notable y dejarnos cebados a muchos de los críticos más exigentes, que hoy nos preguntamos cuándo carajo sale su próxima novela gráfica, para comprarla de una.
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4 comentarios:
¡Gran trabajo de Agustín!
Como si fuera poco con la buena reseña, viene Quique Alcatena y pone !Gran trabajo...
A comprarlo de cabeza!!
Saludos
Gracias Andres!
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