La zorra y el sapo son dos animales… y en Chile además son dos formas vulgares de denominar a la vagina. En este libro de la chilena Sol Díaz (cuyo trabajo anterior vimos el 19/07/14), las protagonistas son dos hembras antropomórficas que funcionan todo el tiempo como metáfora de la concha. Son chistes e historietas que giran en torno a eso, a la genitalia femenina, abordada con mucha clase, sin caer nunca en la guarangada ni en la obviedad.
Son casi 60 mini-historias, algunas narradas en secuencia de imágenes y algunas con un sólo dibujo, donde la verdad que la narración en sí no es lo más atractivo. A veces ni siquiera hay una historia: hay una idea, expresada en una frase, y esa frase está descompuesta en varias imágenes que la acompañan y la potencian, para subrayar esa permanente metáfora, que Sol Díaz se esfuerza por mantener sutil a lo largo de todo el libro.
Esta profunda (y húmeda) exploración de la concha y su mundo (también conocido como "el argollaverse"), la autora toca un montón de temas vinculados a la sexualidad femenina: el deseo, la fantasía, la masturbación, el clítoris, el miedo al embarazo, el vello púbico, la menstruación, el orgasmo, los motivos por los cuales la concha se humedece o se seca… Incluso hay momentos en los que las tetas y los penes tienen su protagonismo.
La difícil misión de mantener todo el libro en el filo entre cierto humor y cierta poesía (y no derrapar hacia el grotesco) se logra en buena parte gracias al dibujo, que compensa con imaginación y elegancia su falta de virtuosismo. Sol Díaz crea personajes muy expresivos, que interactúan con fondos minimalistas o inexistentes. Cuando los dibuja, suele ser para reforzar metáforas visuales que tienen que ver con lo vegetal, lo frondoso, lo selvático, y ahí despliega un trabajo puntilloso, complejo, que requiere muchísima elaboración. El color también está puesto con fineza, de forma plana en los personajes protagónicos, y con trazos y texturas muy originales en los fondos.
Me imagino que el público femenino se sentirá muy identificado con La Zorra y el Sapo, mientras que los que no tenemos concha aprendemos un montón de cosas nuevas. Seguramente las historietas de Sol Díaz no son tan explícitas como aquellas de Marcela Trujillo en las que dialogaba con su clítoris, pero si prestás atención y decodificás las metáforas, capaz que dice cosas aún más osadas.
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