Estoy cansadísimo y dormidísimo, pero saco fuerzas de donde no hay para reseñar esta hermosa novela gráfica de los maestros franceses Yann (no confundir con Yoann) y André Juillard.
Lo primero que me interesó es la ambientación: Israel, 1948. Un país nuevo, creado “por decreto” y atacado por casi todos sus vecinos, necesita armar una fuerza aérea pero no tiene pilotos ni aviones. Yann nos cuenta cómo los jóvenes pilotos israelíes se entrenan en Italia, mientras Israel contrata a aviadores mercenarios de otros países que sepan pilotear los poco aviones de guerra que logran conseguir. Checoslovaquia les vende de keruza unos cuantos Mezek (apodados “las mulas” o “ataúdes con alas” ) y un grupito de pilotos yankis y europeos se ofrecen a combatir a bordo de esos aviones bastante precarios contra los iracundos vecinos árabes que quieren terminar el trabajo sucio de Hitler y exterminar a los judíos antes de que logren asentarse del todo en su territorio. Primera vez que me encuentro con una ficción situada en ese contexto histórico, que obviamente ofrece muchísimo jugo.
La trama está muy bien, con secretos que se revelan en el momento justo, con el pasado del protagonista como fuente de misterios y suspicacias, y con unas cuantas (y muy logradas) escenas de acción. Quizás lo que hace un poco de ruido es que, a 16 páginas del final, Yann parece arrancar con una nueva historia, con una “aventura dentro de la aventura” que por su complejidad bien podría haber sido un álbum aparte de este, con 48 páginas dedicadas a explorar el conflicto y resolverlo. Finalmente, esa “segunda aventura” (cuyo principal atractivo es el dilema moral que le plantea a los protagonistas) se resuelve en muy pocas páginas, muy cargadas de texto, en las que los diálogos terminan por explicar buena parte de lo que sucede. Y el resto de las páginas se las lleva un epílogo muy emotivo, con un par de giros que jamás te ves venir.
No quiero contar mucho más, pero Mezek es un comic bélico atípico, con mucho desarrollo de personajes, tintes románticos, rosca política y misterios profundos. El guión está muy bien documentado, a tal punto que cualquier cosa que nos cuente Yann nos va a parecer verosímil. Y las sorpresas y los giros impredecibles no son puro impacto, sino que le suman coherencia y polenta a este notable desarrollo de personajes.
El dibujo de Juillard nunca baja de majestuoso, aunque claro, nunca renuncia a esa impronta fría y distante. Sus mejores momentos en esta obra tienen que ver con las escenas oníricas, lo cual es bastante paradójico si pensamos lo mucho que se esforzó Juillard para documentarse a full y reproducir a la perfección armas, uniformes y aviones de las milicias israelíes de aquella época.
En síntesis, estamos frente a un muy buen trabajo, muy beneficiado por el hecho de ser un tomo unitario, en el que Yann y Juillard rompen las reglas de la historieta bélica para plantearnos conflictos muy humanos, que nos hacen sentir muy cerca de los personajes aunque nunca hayamos tripulado un Mezek, un Messerschmitt o un Spitfire sobre los cielos de Medio Oriente.
jueves, 27 de agosto de 2015
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3 comentarios:
¿Sabés si está en alguna comiquería de Bs As?
Abrazo
Sí. Yo lo compré en una comiquería del Centro.
Joya, mil gracias. ¿Por la zona de Corrientes y Talcahuano?
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