sábado, 6 de febrero de 2010
06/ 02: EL CADAVER Y EL SOFA
En un país como México, donde el comic verdulero por kilo predomina al punto de no dejar virtualmente espacio para nada más, no es muy frecuente que aparezca un autor con todas las letras, un verdadero artista con mucho para decir y nada para regurgitar. Pasó en los ´90 con Ricardo Peláez, y pasó ahora con Tony Sandoval. Y sí, lo de Sandoval es mucho más impactante, no sólo porque logró imponerse en el circuito editorial europeo, sino porque además, este muchacho del ´73 es un verdadero genio.
El Cadáver y el Sofá es una Obra Maestra, así, de una. Tiene personajes maravillosos, climas inolvidables, grandes diálogos, una trama de misterio que te engancha hasta el final y se resuelve a la perfección, acción, suspenso, algo de humor negro, algo de erotismo, unas secuencias oníricas impresionantes, y por si faltara algo, un dibujo devastador.
Lo que hace Sandoval a nivel dibujo no tiene nombre. Como Dave McKean en la fundamental Cages, el mexicano mezcla técnicas, pasa de color a blanco y negro cuando los climas de la historia lo requieren, se va del acrílico al plumín, de la grilla de nueve cuadros al splash grandilocuente, de Juan Bobillo a Nicolás De Crécy, y todo le sale perfecto. Acá vas a ver cosas que nunca viste antes, y que nunca creíste que ibas a ver en una historieta.
En apariencia, El Cadáver y el Sofá es una historia de amor medio freak entre Polo (un chico solitario, que pasa el tiempo aburrido y mata las horas en largas caminatas por el campo) y Sophie, una darkie hermosa, enigmática, zarpada y más brava que el temporal de anoche. Polo y Sophie pegan onda, rápida y salvaje como toda onda de romance veraniego, y se pasan las tardes haciendo el amor, disfrutando de esa amistad inesperada mientras contemplan el proceso de descomposición de un cuerpo que encuentran abandonado en el campo. Y acá es donde cobra envergadura la otra trama, la del misterio, porque ese cadáver probablemente sea el de Christian, otro pibe de la zona, recientemente desaparecido. La muerte de Christian y las conjeturas que se tejen en torno a ella le agregan morbo, humor negro y bizarrez a la trama romántica y además le suman a la historia algo así como un villano.
El final no deja cabos sueltos. Aunque sea a través de los chimentos de las viejas del pueblo, nos enteramos qué fue de la vida de cada uno de los personajes misteriosos que nutrieron la trama. Qué fue realidad, qué ficción, qué exageración y qué efecto de las borracheras juveniles y la sugestión. Y si bien en esas últimas páginas ganan el bajón y la melancolía, no alcanza para definir a El Cadáver y el Sofá como una obra triste, o golpebajera. Para nada. Sandoval le imprime a su personajes, a las dos tramas que desarrolla, e incluso a ese campo (donde –a priori- se supone que no pasa nada) una vitalidad asombrosa, que permea cada página, que late en el lector horas después de haber terminado el libro.
Entre la pesadilla y la ternura, entre el romance pastoril y los films de terror con adolescentes alzados, Tony Sandoval arma una deliciosa tragicomedia dark que mucho le hubiese gustado imaginar a Tim Burton para convertir en una peli con muñecos. Por suerte es un comic y por suerte La Cúpula lo editó en nuestro idioma. Búsquenlo, que es glorioso de verdad.
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4 comentarios:
Me interesó, no mucho, muchísimo.
Se consigue acá, estimado Andrés?
Supongo que sí, que la gente que importa las ediciones de La Cúpula lo podría traer sin mayor inconveniente (excepto el del precio, claro...)
los mexicanos son todos unos hijos de puta.
Excelente reseña. Concuerdo en especial con lo último, podría ser una gran película en manos de Burton o Selick.
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