domingo, 14 de febrero de 2010
14/ 02: MORTADELO Y FILEMON: MUNDIAL 82
De todas las veces que nos hicimos los poronga, pocas nos salió todo tan mal como en el Mundial ´82. Pero claro, íbamos con casi todos los campeones del ´78 y con Maradona, que ya era el mejor del mundo… ¿Qué podía fallar? Todo. Encima no nos olvidemos que en Junio de 1982, Argentina no sólo estaba gobernada por un genocida borracho y retrasado mental (no, ¿cómo George W. Bush? ¡Leopoldo Galtieri!), sino que además estaba en guerra con el Imperio Británico, que nos estaba dando de lo lindo en el gélido Atlántico Sur. Todo esto para ilustrarles por qué el Mundial ´82 me trae aciagos recuerdos.
Por suerte, hoy ese mundial es motivo de risa, y se lo debo al maestro Francisco Ibáñez. Muchas veces había oído a mis amigos fans de Mortadelo decir “los mejores álbumes son los de los mundiales y los de las olimpiadas”, y la verdad que comprobé esa teoría con un álbum sencillamente magistral. Yo esperaba chistes de jugadores, árbitros, técnicos y relatores, pero me encontré con una historieta 100% política, en la que Ibáñez se le planta en la vereda de enfrente a la organización del mundial y se dedica a denunciar cómo toda esa maratón de obras faraónicas y gastos desmesurados afecta directamente a la salud y la educación públicas. Como si esto fuera poco, Ibáñez presenta a la P.E.P.A. (Pueblabruta Exige Plena Autonomía), una célula terrorista que, con cero recursos y escasa habilidad, intentará sabotear las obras del mundial y mantendrá en jaque a los ineptos agentes de la T.I.A.. No hace falta aclarar que la P.E.P.A. es una parodia salvaje de la E.T.A., no? Lo loco es que después de este álbum Ibáñez no se haya ligado una bomba, ni un corchazo, ni una generosa sesión de patadas en los dientes. No sé si eso habla de la madurez política de los españoles, de la chapa de Mortadelo y Filemón o de qué, pero en Argentina, por mucho menos, los milicos te llevaban a nadar al río, con las manos y los pies encadenados.
Pero además de bajar línea a ocho manos y demostrar su talento para la sátira socio-política, Ibáñez llena este álbum con su ya clásico repertorio de gags físicos, a veces extremadamente violentos, siempre sumamente efectivos. Estamos en una época en la que este subgénero (el slapstick) había sido erradicado de la TV por el conservadurismo yanki, y los exabruptos de violencia con efecto cómico sobrevivían apenas en algunas páginas de la revista MAD (las de Don Martin y Antonio Phroias, el creador de Spy vs. Spy), en algunos franco-belgas como Greg y Franquin, y obviamente en las desenfrenadas pantomimas de Mortadelo y Filemón. Hoy, encontrarse con 44 páginas seguidas de palo, palo y palo es como una sobredosis, pero de las que hacen bien.
Como todos los álbumes de Mortadelo y Filemón, este ofrece como complemento a la aventura central, tres historias cortas. Muchas veces se pone en duda que estas hayan sido realmente obra de Ibáñez, ya que solía dejarlas en manos de sus colaboradores. Pero en este caso, una de las tres historietas cortas, La Bolsa o la Vida, es tan, pero tan perfecta, que sólo puede ser obra del maestro. Las otras no están mal, pero La Bolsa o la Vida es un clásico instantáneo del humor.
En la Argentina de principios de los ´80, historietas aparentemente cómicas, como Bosquivia o La Clínica del Dr. Cureta, invitaban al lector a reflexionar acerca del daño que la dictadura militar nos estaba haciendo como sociedad. Pero lo hacían desde la metáfora, desde la parábola, con sutileza y también con una cierta amargura. Pega fuerte ver cómo, en ese mismo momento, pero un país en plena transición democrática, la denuncia podía ser mucho más obvia, in your face y hasta mucho más cómica. Por supuesto, lo que había para denunciar en España no era comparable con lo que pasaba acá (digamos que el choreo generado por las obras del Mundial ´78 fue casi el menor de los crímenes de la dictadura), pero sigue siendo muy loco leer un comic humorístico tan de barricada, donde se confronta y se ridiculiza a los poderosos de un modo tan abierto y, por supuesto, tan desopilante.
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6 comentarios:
Andres y la recalcada cajeta del loro, me recorri 3, comiquerias buscando tps de DMZ, y no lo conocuian en ninguna lado. Y ni me digas que lo compreen la interne, porque me da cosita... Eso si, en todas estabanlos titulos de ivrea en un primer plano, que se le va ser
Y bueno, Anónimo... si las comiquerías y yo tenemos distinto criterio a la hora de elegir el material que mostramos, no es problema mío.
sOY EL cHAVESZ, PERDON POR NO PONERLO, tE DECIA QUE ME DA BRONCA, AYYER FUI AHI DODE ANTES HABI OUTYLET Y LE DIJE, CHE, TENES ALGO DE WILDSTROM, Y ME DICE, NADA, PORQUE NO HAY SUSCRIPCION, QUE LE TENGO QUE CONTESTAR A ESO, QUE LOPARIO
Es sencillo: traer comic americano para ver si en una de esas lo vendés NO es negocio. El negocio es traérselo al suscriptor, al que te asegura que lo va a comprar.
Si querés convencer al comerciante de que estás interesado en X comic, suscribite y fue. Seguro te lo van a traer.
Ahora, ¿cómo te cebás con un comic que no conocés, al punto de encargarlo para que te lo traigan siempre y comprometerte a comprarlo aunque te violen con el precio? Y, no sé... Antes uno se cebaba hojeando lo que había en la batea. Ahora, ni idea. Supongo que bajándose cosas de la web, o por recomendaciones de amigos... o viniendo a nuestra feria :) porque material en las bateas de las comiquerías prácticamente no hay. Y lo que hay muchas veces es tan horrendo que en vez de cebarte, te ahuyenta.
¿Qué buscás de WildStorm? Yo tengo toneladas...
Tendras algun tp de los Wildcats? aunque sea viejono hay drama, soy uno de los pocos que los defienden a capa y espada....
El Chavez
Sí, tengo bocha de material de WildCATs. Venite el sábado a la Feria y te lo vendo barato.
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