martes, 23 de febrero de 2010
23/ 02: PASAPORTE PARA HONG KONG
No es ninguna novedad decir que en los ´80 volvió la aventura. No sólo al cine, con pelis como las de Indiana Jones, Volver al Futuro o Predator. También al comic. De los cientos de autores de los ´80 que salieron a explorar los territorios de la aventura, algunos pocos siguieron la senda clásica norteamericana (la de de Roy Crane, Lee Falk, Alex Raymond y demás), otros la senda argentina (aunque tal vez sin saberlo, porque a los europeos la aventura oesterheldiana les llegó de la mano de Hugo Pratt) y toda esa gran masa de autores que renovaron la línea clara desde Francia, Bélgica, Holanda y España (!) reinterpretaron, lógicamente, la matriz aventurera de Hergé.
Lo cual no significa que las historietas que integran Pasaporte para Hong Kong (o ninguna otra de las obras del valenciano Mique Beltrán) parezcan obras de Hergé. Para nada. Sí, hay un par que transcurren en lugares exóticos, y una que parece una remake más salvaje de Las Joyas de la Castafiore. Y algún personaje medio grotesco que se deshace en gestos ampulosos. Y un manejo perfecto del timing, tanto para la acción como para la comedia. Y algunos fondos laburadísimos. Pero todo eso se aplica también a la obra de autores mil veces más fieles (incluso serviles) al maestro de Bruselas. Mique, como el gran Yves Chaland, toma lo que le gusta y, sobre todo, lo actualiza, lo upgradea.
En las historietas de Cleopatra hay dos elementos que Hergé jamás pondría en un comic de Tintín: acción desenfrenada, al estilo Franquin, y promiscuidad. Acá la protagonista está más buena que comer con la mano, y si bien está casada, es más fácil que la tabla del uno. Buena parte de las hazañas de Cleopatra consisten en esquivar a los muchachones alzados que se le vienen al humo a tratar de pegarle un mordisco a sus suculentas carnes. Después, cuando nazca Marco Antonio, Cleopatra bajará un par de cambios, o por lo menos se pondrá un poco más selectiva a la hora de meterle los cuernos a su marido. Pero acá estamos en 1983, cuando Europa ardía en las llamas de la lujuria y la historieta la mostraba así, como Satanás la trajo al mundo.
En materia de dibujo, Mique pega un salto cualitativo entre la primera y la segunda historia corta, y ya fue. De ahí en más, cada página que firme será una obra maestra y su pincel y sus tramas mecánicas serán la envidia de todos los autores de la línea clara posmoderna, o –como bien lo definió el colega e ídolo Paul Gravett- el Estilo Atómico.
Por el lado del guión, Mique parece un clásico (bueno, un clásico con chistes de tetas y bultos): todas las historias son redondas, sin cabos sueltos, con verdaderos misterios que crean verdadera tensión y potencian verdaderos conflictos entre los héroes y los villanos, donde se recuperan, manipulan y actualizan estereotipos del comic el cine clásico, pero sin chorear ni pasarse de listos. Las ironías son sutiles y los tropiezos con cáscara de banana, grotescos. Pero cada cosa en su medida y armoniosamente, como dijo el General. Tan grosso es el Beltrán Guionista, que tiene un par de obras magníficas realizadas con otros dibujantes, en las que él sólo escribe.
Hoy, el estilo atómico casi no existe y apenas existe la línea clara. Tampoco existen las antologías para adultos que le daban cabida a las trepidantes y provocativas aventuras de Cleopatra. Por suerte existen las revistas infantiles, y ahí es donde hace añares que subsiste (y la levanta en pala) el glorioso Mique Beltrán, con historietas alucinantes, en las que Marco Antonio se roba el protagonismo y Cleopatra es una respetable señora… o una MILF encubierta, andá a saber...
Ah! Me olvidaba! Dos de las historietas de este libro se publicaron en Argentina, en 1991, en las páginas de Cóctel, una antología que editaba el indiscutido prócer de la historieta nacional, Javier Doeyo. Pregúntenle a Mique Beltrán si alguna vez cobró por esas publicaciones…
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3 comentarios:
Jajaja!
Andres , no se si se equivocaron, pero hace poco vi en una libreria de corrientes, este libro a 3 mangos,,,,,, puede ser? o pusieron mal el precio
El chavez
Alguien que estaba muy drogado, seguramente, o que lo afanó...
No dudes en comprártelo, si lo ves a ese precio.
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