¿Te acordás que en los ´90 Joe Lansdale y Tim Truman resucitaron a Jonah Hex en el sello Vertigo y le metieron elementos sobrenaturales, para virar la serie un toque hacia el terror? Bueno, se ve que a Truman le quedó picando alguna idea de aquella época, porque Kit Hawken, la nueva creación del maestro, tiene muchísimos, demasiados puntos en común con el Jonah Hex de Vertigo. Esta podría ser tranquilamente una aventura crepuscular de Hex, ya que Hawken es un veterano, un tipo que para 1881 ya anda alrededor de los 60-65 pirulos.
La principal diferencia es el guionista. En lugar de trabajar con Joe Lansdale, acá Truman forma equipo con su hijo Benjamin, al mejor estilo Yves H. + Hermann. Nunca había leído historietas ni cuentos escritos por Ben Truman, pero aparentemente tiene bastante material publicado y una carrera interesante como escritor de videojuegos. Se nota bastante que Benjamin es fan de los comics que su padre escribía y dibujaba en los ´80 y ´90: A Man Called Hawken se lee como un típico comic de Tim Truman, aunque sin la clásica bajada de línea política (a veces menos sutil que un barrabrava borracho y duro de merca) que el maestro solía deslizar en sus obras. Y la verdad es que el guión de esta primera saga está bueno: apenitas estirado, con los conflictos bien planteados, la indagación justa en las motivaciones del protagonista, los elementos sobrenaturales controlados para que no se lleven puesto al argumento... una muy linda aventura, de irresistible atractivo para los fans de Jonah Hex.
Por supuesto, como las obras clásicas de Tim Truman, esta tiene una cuota bastante elevada de truculencia, mala leche y grim ´n gritty. Hawken no tiene nada que envidiarle al cowboy más fulero de DC en materia de crueldad para con sus enemigos y siempre tiene –como el querido Jonah- el cargador lleno de frases cortantes, ásperas, pensadas para dañar al interlocutor casi como un cuchillazo. Y como sucede cuando leemos comics de Hex, acá siempre está la certeza de que, pase lo que pase, Hawken no va a morir. Es un viejo cansado, curtido, cagado a palos por la vida, que se enfrenta a peligros inconmensurables, a enemigos que lo superan en todo menos en huevos y mala leche, y aún así el guión nunca te genera la sensación de “uy, se pudrió todo, de esta no zafa”. Lo cual está bueno esta vez, por ser la primera. En futuras aventuras, cuando ya estemos más encariñados con el personaje, estaría piola hacernos sufrir más, y hasta sería un hallazgo mostrarnos una muerte pulenta, impactante y definitiva del personaje, que es algo que DC nunca va a tener agallas para darle a Jonah Hex.
El dibujo del gran Timothy está en un nivel increíble. Lo más lindo es que está todo realizado en blanco, negro y grises, estos últimos aplicados mitad con la computadora, mitad con esos marcadores que hay ahora, pensados especialmente para ponerle tonalidades grises a los dibujos en blanco y negro (son los que usa, por ejemplo, Salvador Sanz). Truman maneja de taquito la ambientación del western y aplica todos los trucos con los que ya nos sorprendió en Jonah Hex y en otras historias con antihéroes repulsivos y elementos fantásticos casi igual de repulsivos. Además incorpora muy lindas páginas con cinco o seis viñetas widescreen, hermosas splash pages y el talento de siempre para armar y ejecutar secuencias brillantes, de gran intensidad dramática. La verdad es que todo se ve muy bien y la atmósfera que crea el autor es realmente poderosa. Sentís el olor a chivo, a bosta de caballo, a pólvora, a whisky berreta, el calor asfixiante... Claramente estamos ante un autor que sabe mucho más que dibujar. También la rompe a la hora de transmitir otras sensaciones y ahí reside buena parte de su atractivo y de su vigencia, en esa impronta visceral, recontra-expresiva y recontra-personal.
A Man Named Hawken es una historieta muy sólida, muy bien pensada por esta dupla padre-hijo. Tiene una trama bien planteada, un gran protagonista, mucha acción, un clima fatídico, sórdido y filoso, enrarecido por los elementos sobrenaturales, y un final fuerte que no sólo cierra sino que también abre puntas seguramente con miras a un segundo arco argumental. No es super-original, porque el propio Tim Truman hizo historietas muy parecidas a esta en los ´90. Pero como me divertí mucho, y como soy muy fan de Jonah Hex, no me quejo en lo más mínimo.
viernes, 11 de octubre de 2013
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5 comentarios:
Me mató esta frase: "cuando ya estemos más encariñados con el personaje, estaría piola hacernos sufrir más"
¡Que hermosa forma de sentir afecto!
No te pareció medio choreo u$ 20 por 104 pags?
Cuando compras en Amazon, mas o menos de a cuántos libros pedís?
Anónimo, el TPB de Hawken trae casi 190 páginas por u$ 20. Una de las poquísimas veces que IDW no se va al carajo con los precios.
En general, en mis pedidos a Amazon meto cuatro o cinco libros de los que ya están disponibles (casi todos para regalarle a amigos que cumplen años, o por pedido de esos mismos amigos) y me anoto con siete u ocho más de los que van a salir eventualmente.
Andrés, por qué Alcatena usa corbata?
No siempre usa corbata. Los tres días que estuvimos juntos en Salta, no se la puso nunca.
Yo creo que la usa cuando da clases de literatura inglesa. Por ahí lo viste justo antes o después de ir a dar sus clases.
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