el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 23 de octubre de 2013

23/ 10: DOCTOR STRANGE AND DOCTOR DOOM: TRIUMPH AND TORMENT

Ah, qué hermosas épocas las de las novelas gráficas de Marvel! A veces te tocaban adefesios infumables y otras veces, sin siquiera salir de la temática superheroica, los mismos autores que la remaban mes a mes en las series regulares se zarpaban para crear historias fuertes, redondas, a veces muy importantes para el desarrollo de algún personaje destacado del Universo Marvel.
En 1989, se juntaron dos bestias: Roger Stern (uno de los dos o tres guionistas clave para entender la Marvel de los ´80) y Mike Mignola, ese dibujante raro que había desaparecido de las revistitas mensuales de Marvel en el ´87 y la había roto en DC en el ´88 (con la mini del Phantom Stranger y Cosmic Odyssey). Y para entintar y colorear a Mignola se sumó un artista más raro todavía, Mark Badger, a quien ya vimos incursionar en este formato, en la reseña del 12/06/11. El elenco protagónico de estas 78 inolvidables páginas lo componen los tres pichis a los que vemos en la portada: el Dr. Strange (a quien Stern guió a lo largo de muchas sagas gloriosas en su propia revista), el Dr. Doom y el querido Mephisto, chabón copado si los hay.
La historia tarda un poco en arrancar. Las primeras 24 páginas están buenas, son muy divertidas, y presentan a un personaje de bastante peso en la trama. Sin embargo, en el contexto general de la novela, son un prólogo en esteroides. Todo lo que cuenta Stern en ese tramo es la previa, la excusa para que, una vez que nos tire la consigna, esta nos resulte atractiva y no una fumanchereada traída de los pelos. La gesta propiamente dicha, lo que Strange y Doom tendrán que lograr para que la aventura llegue a buen puerto, se nos plantea recién en la página 26 y se empieza a desarrollar recién en la 40. En el medio, un magistral repaso por el origen del Dr. Doom, más un giro brillante en la recapitulación de la historia de su madre (a la que Stern rescata de un lejano Fantastic Four Annual 2), más la explicación de cuál va a ser el rol de Mephisto en la trama. Y por si faltara algo, una bajadita de línea sobre lo bien que vive la gente en Latveria bajo el supuesto yugo del supuesto dictador.
Una vez que arranca la aventura, no para hasta que se termina la novela. El epílogo ocupa menos de tres páginas y todo lo demás es acción al palo, luchas y conjuros al límite, excelentes diálogos, un flashback traumático que le permite a Stern revisitar brevemente el origen del Tordo Strange y lo más grosso: la runfla final con Mephisto, ese poker a todo o nada entre fulleros místicos, con varias almas en juego, que el guionista resuelve de un modo impredecible y genial, y que además sirve para dejar en claro que, si bien todo lo realmente importante que pasa en la novela le pasa a Doom, esta no tenía sentido sin Strange y sin Mephisto. La escena del final, en la que Doom, en vez de blanquear por qué hizo lo que hizo, elige el silencio y la reclusión, es impactante, emotiva y –por si faltara algo- te deja clarísimo por qué la novela se llama “Triunfo y Tormento”.
Por el lado del dibujo, tenemos al Mignola ochentoso, ese de línea más clara, de anatomía más kirbyana, todavía lejos de su mejor nivel (que llegaría unos pocos años después, en el ´92-´93) y más lejos aún de su actual búsqueda de la síntesis, de ese grafismo más caligráfico, más para el lado del Hugo Pratt de los últimos años, que le ha espantado a más de un fan. Acá, el ancho de espadas de Mignola es la narrativa. El creador de Hellboy deja la vida en el armado de cada secuencia y cuando el guión le pide muchas viñetas, aprovecha las posibilidades del formato más grande para lucirse jugando al álbum europeo. Después, en todo lo demás, se nota mucho la mano de Badger: el acabado, los detalles, la paleta de colores, las texturas, los climas que logra en los flashbacks, el estallido cromático de las escenas en el Infierno, hasta algunas expresiones de los rostros, revelan más la impronta de Badger que la de Mignola. Pero me gusta el combo, eh? Tiene esa cosa visceral, jodida, que no tenía Mignola cuando lo entintaba P. Craig Russell, por ejemplo.
Si sos fan de Roger Stern, de Mike Mignola o de alguno de los dos facultativos, no dudes un segundo a la hora de comprarte esta paponga clásica y moderna, que se reeditó hace poquito, después de muchos años de haber sido un Santo Grial. Si está cara, rosqueá con Mephisto y pagala con el alma, en 24 cuotas sin interés.

7 comentarios:

fmlobito dijo...

Tenía miedo de leer esta reseña y que la hagas mierda. La amistad peligraba. Gloria hechiceril absoluta, que si una vez leída no ves como un groso a Doom a lo mejor sos un Terminator y no lo sabés. Me la compré ni bien salió reeditada después de años de búsqueda. La reedición trae merca extra para deleite de los fans de los Doctores y de ...Namor. No se puede pedir más.

Andres Accorsi dijo...

¿No sufre mucho el cambio de formato?

Anónimo dijo...

Andres, escuche el post de Comiqueando, tenes que darle una oportunidad a I am Hero, es un manga que le da una vuelta de tuerca al género zombie, con el protagonista con problemas neurológicos que ve apariciones y hasta dudas si todo lo que ocurre en este apocalipsis no es parte de su locura queriendo ser héroe como dice. Realmente es recomendable

Andres Accorsi dijo...

No, disculpame, pero hasta que no se termine de serializar en Japón, no me anoto ni en pedo.

fmlobito dijo...

y si, algo se resiente en el nuevo formato, pero si a la graphic novel le sumás "Doctor Strange (1974) #57 and material from Astonishing Tales (1970) #8 and Marvel Fanfare (1982) #16 & #43" se te hace un librito de 160 páginas por 13 dólares y monedas. No sé, para mi garpa...

Andres Accorsi dijo...

Qué lindas esas historias cortas de Marvel Fanfare...

Anónimo dijo...

No habrán hecho la pelotudés de recolorear todo en la edición nueva, no?