Este es un tomo con 44 planchas autoconclusivas de una de las series emblemáticas del comic infanto-juvenil francófono, creada en 1959 por el maestro Jean Roba (1930-2006), quien además fue uno de los integrantes principales del equipo que asistió a André Franquin en varios de sus mejores álbumes de Spirou y Fantasio. En España, Boule et Bill se tradujo con bastante criterio como “Bill y Bolita”, invirtiendo los roles, porque en la versión original Bill es el perro y Boule el chico pelinaranja. En Argentina, donde durante muchos años se publicó en la revista Billiken, algún traductor fan de las drogas duras la rebautizó “Dany y Pompón”, y así fue como la conocimos los lectores de varias generaciones.
Este tomo trae historietas de la primera mitad de los años ´90, obra de un Roba ya sesentón, pero asombrosamente moderno y actual en los temas que toca. Aclaremos de antemano que esto está a años luz de Titeuf o de El Pequeño Spirou. Boule et Bill es una serie tradicional, con mínima cabida para el humor basado en la mala leche y cero cabida para los chistes más escatológicos o que rozan la temática sexual. Dentro de este humor 100% apto para todo público, limpito y familiero, Roba se mueve con mucha cancha y nunca le faltan recursos para plantear situaciones graciosas en las que el nene y su cocker spaniel comparten el protagonismo básicamente con los padres de Boule, la tortuga Caroline y algún amiguito del barrio o del cole.
En un punto, Boule et Bill me hizo acordar un toque a Siento y Miento, de Alfredo Rodríguez, por su (no sé si existe esta palabra) insularidad. Son pocos personajes, el autor se muestra casi reticente a sumar nuevos, y llama la atención la poca gente con la que interactúan. Las planchas ambientadas en el colegio (donde Boule puede codearse con decenas de chicos y profesores) son poquísimas y cuando la acción se desplaza a la casa, Roba nos muestra un barrio suburbano (claramente cheto), donde se ven pocas casas vecinas, y donde se siente la proximidad de una especie de parque con mucha vegetación, o directamente un bosque. Lo del barrio apartado y la casa con todas las comodidades se contradice de modo bastante grosero con el auto del papá de Boule, un Citröen 3 CV hecho mierda, que a menudo los deja a pata, lo cual también aporta situaciones cómicas a la tira. Por supuesto, los chicos de escuela primaria que leen esta historieta no deben notar la contradicción.
En cuanto al dibujo de Roba, estamos ante un exponente cristalino de la línea clara de Marcinelle, la que tiene a Franquin como principal referente. Roba capta con lujo de detalles el estilo del maestro y le incorpora cambios muy chiquitos, apenas perceptibles. La onda es, claramente, respetar los lineamientos trazados en los ´50 por Franquin y actualizarlos lo mínimo indispensable como para no perder frescura frente a los ojos de los chicos de los ´90. Y si alguna vez dudás del talento de Roba con el lápiz, alcanza con abrir el libro y dejarse maravillar con la ilustración (sin entintar ni colorear) que engalana la retiración de tapa y la primera página. Ahí el autor deja la vida en cada detalle y nos regala una composición magnífica, con la que nos podemos colgar horas, como para cerrarnos el orto si alguna vez le señalamos que, después de 35 años al frente de Boule et Bill, cada tanto se nota alguna página sacada medio con fritas.
Tengo un tomo más sin leer, con material bastante más viejo. En unos meses, entonces, vuelven Bill y Boule a hacer de las suyas en el blog.
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1 comentario:
Gran serie, gracias por la resenia! Yo tambien soy un gran fan de Franquin y sus seguidores. Me trae muchos recuerdos porque aprendi frances gracias a las bandes dessinnees, de la misma forma que aprendi ingles gracias a MAD. Cada tanto ligo algun album en idioma original, generalmente por chirolas perdidos en alguna comiqueria yankee o en la feria montevideana.
Una consulta que no tiene nada que ver: a raiz de una nota de macacos ochentosos que subi a Multiverseros (http://foro.multiverseros.com/viewtopic.php?f=62&t=4189) con Peruzzo nos preguntabamos si podrias saber algo con respecto a las historietas argentinas de los Gobots del sello Ledafilms. Los nombres de los dibujantes y guionistas no figuran por ningun lado y obviamente que no son una adaptacion porque nunca existio un comic estadounidense.
Abrazo!!
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