el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 11 de enero de 2014

11/ 01: JOURNEY INTO MYSTERY Vol.3

Tercer tomo de esta serie y, para mi sorpresa, Kieron Gillen sigue enganchado con los sucesos de la infumable Fear Itself, ahora más bien abocado a sacarle las últimas gotitas de jugo que puedan dar los (supongo que muchos) cabos sueltos que dejó la mega-epopeya. Por lo menos esta vez hay una novedad: aparece un villano que tiene un plan para quedarse con todo y serán Loki y sus aliados quienes deban detenerlo. Es decir que JiM deja de ser “el lado B” de una aventura que se desarrolla en otros títulos y el elenco de la serie tiene –por fin- verdaderas amenazas y una misión a cumplir independiente de lo que otros guionistas planificaron para otras colecciones.
Como para dejar bien en claro que leyó con atención el Sandman de Neil Gaiman, Gillen elige como villano central a Nightmare, y además les da roles destacados a varios “señores del miedo”, de distintas tradiciones y culturas, que por supuesto se sientan en una misma mesa a “analizar la situación” y obviamente a rosquear. Esto podría parecer un achaco lineal al clásico de Gaiman si no fuera por un detalle: Gillen no se aguanta ni dos cuadritos las ganas de meter humor, de tirar chistes sutiles (y muy efectivos) sin llegar a los niveles de una JLI de Giffen y DeMatteis, pero decidido a restarle solemnidad y circunspección a las runflas entre estas poderosas entidades conceptuales.
Sobre el final y cuando las papas quemen, Loki (con apenas 13 o 14 años) los enroscará a todos ellos en el juego que a él más le conviene, en un pase mágico mucho más de Hellblazer que de Sandman. Y acá sí, Gillen se caga en todo y se tira de cabeza a la pileta de la comedia. Otro logro del guionista tiene que ver con el desarrollo del plot “serio”, el más orientado a la machaca superheroica típica: acá suma a Daimon Hellstrom (Son of Satan), lo hace jugar (de modo apenitas forzado) en el equipo de Loki y lo trata muy bien. Se nota que allá por el ´93-´94, además de Sandman y Hellblazer, leía el Hellstrom de Warren Ellis y Leo Manco, que era el título “Vertigófilo” de aquella abominable etapa de Marvel.
En general, la saguita de los “señores del miedo” está bien, apenitas estirada y con varios puntos altos (obviamente, el juego de mesa apócrifo es EL momento). Y complementa un unitario de Navidad, también entretenido, que de alguna manera le da un cierre a uno de los personajes de la saga anterior y en el que también Gillen obtiene buenos resultados apostando por la comedia y no por la epopeya.
Por el lado de los dibujos, este episodio unitario está a cargo de Mitch Breitweiser, a quien ya vimos jugando de suplente en un TPB de Captain America (reseñado el 04/04/13). A Breitweiser se le nota bastante que dibuja a los santos pedos, incluso sospecho que hay páginas enteras hechas directo en tinta, pero no está mal, es más que competente. Y en el arco principal tenemos de titular a Richard Elson, el que apareciera en el tomo anterior al frente de un par de unitarios. De nuevo me encuentro con un dibujante de estilo muy clásico, con un grafismo que por momentos me recordó a un Dave Gibbons sin onda, como mezclado con esos dibujantes ingleses de los ´50 y ´60 que eran académicamente muy correctos pero a los que les faltaba toneladas de personalidad, de filo. Elson no es un verdulero ni un improvisado, para nada. De hecho, estamos hablando de un tipo de más de 50 años, con 25 de trayectoria y mucha obra publicada en medios muy importantes de Inglaterra. Se nota que sabe y que se esfuerza por encajar lo mejor posible en la onda que le proponen los guiones de Gillen. Y también se le nota una limitación grossa, por el lado de la identidad. Es un dibujante muy genérico, con pocos rasgos que lo destaquen o lo distingan del pelotón de tipos que narran bien y respetan la anatomía clásica. Una vez más, las dos coloristas que le tocan lo entienden bien y lo levantan mucho.
Me queda un sólo tomo sin leer, porque en el medio está ese crossover con New Mutants cuyo olor a delito me hizo saltearlo. Así que la semana que viene liquidamos Journey into Mystery y damos el veredicto final. Por ahora, banco a los que destacan su originalidad y sus buenas ideas y les recomiendo buenas clínicas de rehabilitación a los que le colgaron el rótulo de “el Sandman de Marvel”. Veremos qué onda el final.

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