La verdad es que cuando uno piensa en Crist, no piensa precisamente en su producción como historietista, sino en su impresionante carrera como autor de “panel gags”, de chistes de una sóla viñeta. Sin embargo, el cordobés se esfuerza por dejarnos bien en claro que si llegó a donde llegó es porque el punto de partida fue la historieta, o en realidad su amor por las historietas de Milton Caniff, Frank Robbins y Hugo Pratt. De hecho, dos de las 14 historietas cortas que componen este libro se tratan de eso, del homenaje que Crist les hace a esos tres próceres del Noveno Arte, e incluso una indagación bastante a fondo acerca de qué elementos estilísticos de cada uno de ellos le llamaron la atención y resultaron definitivos para su formación como artista del pincel y la tinta china.
Por supuesto, las historietas de Crist rompen brutalmente con las rígidas consignas de los maestros del pasado. Más allá de que su manejo de ciertos implementos lo emparente con ellos, queda claro muy rápido que Crist está dispuesto a ir con su dibujo a donde Caniff, Robbins y Pratt no fueron jamás. Acá, además de un notable laburo de pincel y un magnífico manejo del claroscuro, hay aguadas, raspados, esfumados, texturas logradas de las formas más extrañas, mucho dibujo a plumín y hasta pedacitos de fotos o de otras historietas, recortados y pegados, integrados de alguna manera al grafismo del autor. A esto hay que sumarle un rotulado muy personal, por momentos bastante extremo, cercano al de Luis Scafati, y vamos a quedar frente a historietas que guardan pocas similitudes con las clásicas aventuras de los referentes a los que cita y homenajea Crist.
Tenemos, entonces, una faz gráfica repleta de libertad, de riesgo, de rupturas y búsquedas alucinantes, marcadas por una impronta autoral fuerte, tremendamente original y tan moderna que cuesta diferenciar a las historietas de los ´70 de las del 2007, que son las más recientes. ¿Y qué onda los guiones? Veamos.
Hay tres historietas en las que Crist no inventa las historias sino que trabaja sobre letras de canciones conocidas y las acompaña con imágenes, a veces bastante secuenciales (Pedro Navaja, La Gayola) y a veces cero secuenciales (Algo Personal). En las dos primeras hay ingenio y desafíos interesantes. En la tercera hay... buenos dibujos. No llega a calificar como historieta, casi.
La que más me gustó fue Love Story (paradójicamente, una de las que estaba inédita hasta la aparición de este libro), donde el dibujo resigna un cierto virtuosismo para dedicarse a apuntalar un guión muy ganchero. Las Manos de Cristóbal Reinoso se basa en un ejercicio de virtuosismo gráfico pero tiene la intención, a partir de ahí, contar algo divertido. Sigmund Marlowe es un festival de técnicas pictóricas, con un argumento original, interesante, y una narrativa rarísima, pero cuidada.
El Otro es otra de las que equilibran un dibujo vanguardista e hipnótico con un relato atrapante, que por ahí no termina tan arriba como empieza, pero igual está muy bien. Guns and Ammo, con sólo dos páginas, es otra de las historietas fundamentales, de las joyas que ofrece el recopilatorio. Y la otra impredecible y maravillosa es Hermanos, que es la que tiene un planteo narrativo más ajustado, más difícil de dibujar y a la vez más reader-friendly. Acá Crist se luce en todas las áreas y combina excelentes dibujos con ángulos variados, diálogos perfectos y un final muy gracioso.
Y nos quedan Seis Marías (un intento de mezclar comedia con realismo mágico, con dibujos impresionantes y un guión medio flojo), las dos que repasan y homenajean a las influencias de Crist, y la última, Un Cuento, en la que el dibujo es apenas un adorno, un acompañamiento para “vestir” de algún modo una idea más literaria que historietística, que aún así está muy bien.
El balance del libro es realmente positivo y además importante, porque nos muestra la faceta menos conocida de uno de los grandes nombres de nuestro humor gráfico. La edición de la Duendes es correcta, sin fallas notorias, más allá de la falta de onda e imaginación para dotar de un diseño atractivo a las páginas de texto (prólogo, biografía del autor, entrevista, índice). Esto desentona ostensiblemente con un libro que, en 65 de sus 80 páginas, te detona las retinas con un despliegue gráfico de altísimo vuelo. Si obviamos ese detalle, Las Historietas de Crist es un título sumamente recomendable, muy merecedor de la excelente repercusión que tuvo en los meses que lleva editado.
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5 comentarios:
los libros de la duendes tienen serios problemas de onda y una gran falencia de diseño desde las portadas mayormente horribles y poco vendedoras sobre todo las que no son de un autor en particular hasta la diagramacion y la calidad de impreion. no c q onda crist haciendo comic pero hace años q no mete un chiste bueno ni siquiera un chiste hay vces q lees las viñetas del diario y decis ah okey y el chiste??? esta bien q rescaten material asi y ojala le paguen a un diseñador en proximas ediciones
los libros de la duendes tienen serios problemas de onda y una gran falencia de diseño desde las portadas mayormente horribles y poco vendedoras sobre todo las que no son de un autor en particular hasta la diagramacion y la calidad de impreion. no c q onda crist haciendo comic pero hace años q no mete un chiste bueno ni siquiera un chiste hay vces q lees las viñetas del diario y decis ah okey y el chiste??? esta bien q rescaten material asi y ojala le paguen a un diseñador en proximas ediciones
Creo que lo que hace Crist no tiene que ver exclusivamente con lo humorístico, por más que salga en ESA sección del diario. Me parece que su idea tiene distintas aristas que va por la reflección, la crítica, el humor, etc, siempre en la síntesis de una viñeta. Voy a ver que pinta este tomito, ojalá haya salido lindo, saludos!
Dolape
che andres sabes algo del manga que esta haciendo Hiroyuki Takei y stan lee, si esta bueno?
No, ni idea...
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