Ayer fui al cine después de muchos meses, a ver una peli que me llamaba la atención por ser una adaptación de un comic de Mark Millar y Dave Gibbons. Tengo el libro, pero todavía no lo leí, así que no sé si me va a gustar más o menos que la película. Por ahora, lo que tengo para opinar sobre Secret Service son estos 129 minutos dirigidos por Matthew Vaughn. Un dato curioso es que este muchacho ya gritó “¡acción!” en otras tres películas basadas en comics (Stardust, Kick-Ass y X-Men: First Class), de las cuales yo no vi ninguna.
Así, en bolas, sin haber leído nada, sin tener la menor idea del argumento que ideó Millar para el comic (seguramente especulando con que se podría convertir también en largometraje), Kingsman: TSS me gustó mucho. Me pareció un entretenimiento muy logrado, con mucho ritmo, mucha intensidad, con una mirada irónica muy bien puesta sobre las convenciones de las típicas películas de espías, y sobre todo con un excelente desarrollo del personaje principal, Eggsy, muy bien encarnado por Taron Egerton.
Por supuesto hay momentos en los que el guión (obra de Vaughn y Jane Goldman) se va un poquito al carajo y abandona toda pretensión de verosimilitud. Los excesos pochoclísticos tan propios de los blockbusters se imponen en algunos pasajes por sobre una atmósfera bastante realista, construída sobre todo a través de los diálogos. Ojo, no es que pasen cosas más fumadas que en una peli típica de James Bond o del Capitán América. Pero, en un contexto más “verídico” como el que plantea Kingsman:TSS, hace un poco más de ruido ver –por ejemplo- a 50 tipos cagando a tiros a uno sólo sin acertarle un mísero disparo. O a un pibe sin ningún tipo de entrenamiento aguantando casi un minuto abajo del agua. En fin, deslices habituales en este tipo de relatos basados en la acción incesante y espectacular.
Acá, además de tiroteos, peleas alucinantes y explosiones, hay una trama muy atractiva, con un villano muy carismático cuyo plan no tiene nada que envidiarle a los de los mejores films de James Bond. La conspiración que urde este excéntrico personaje va más allá de lo que uno sospecha al principio y mucho antes del final de la peli ya genera consecuencias muy grossas, de las que alteran radicalmente el desarrollo de la historia. Esto habla de lo impredecible del argumento, que es algo que hay que valorar. Y también está muy presente la mala leche típica de Mark Millar. No sólo las puteadas (que abundan como pocas veces), sino esa crueldad, ese humor negro, ese tinte maligno para mostrar desde un simple choque de autos a un intento de genocidio a nivel global.
Los diálogos, además de la superpoblación de puteadas, ofrecen pinceladas que sirven para delinear al menos dos conflictos de menor escala: el de los aristócratas acomodados vs. la gente humilde que subsiste con lo justo, y el de los ingleses protocolares y atildados vs. los yankis relajados y barderos. Esas son cositas que enriquecen mucho al guión, y andá a saber si están tan logradas en el comic.
Y, sin spoilear (porque capaz que alguno se decide a ir a ver Kingsman: TSS después de leer esto), hay una secuencia que no creo que esté en el comic (la de Eggsy al volante del auto robado a los muchachones del pub), y una que, si está, debe haber sido graficada y orquestada por Gibbons de un modo muy distinto a lo que nos muestra Vaughn: la de la detonación de los implantes que tienen en el cogote todos los que rosquearon con el villano. Ya me voy a enterar cómo se resuelve eso sin movimiento y sin música. En la pantalla grande, la resolución que ofrece Vaughn me pareció brillante, un contraste exquisito con lo tremendo de la escena.
En cuanto a las actuaciones, además de la de Taron Egerton destaco la de Colin Firth, a quien había oído nombrar pero no recordaba de otras películas (obviamente debido a mi escasa cultura cinematográfica). Y generalmente me encanta verlo actuar al maestro Samuel Jackson, pero acá me irritó con la manía de hablar zezeando, algo que no creo que Millar haya imaginado cuando creó al personaje de Richmond Valentine. Otro punto muy a favor de la película es que no tiene una historia de amor, si bien hay una chica de la misma edad de Eggsy que gana bastante protagonismo, interpretada por una hermosa Sophie Cookson, a quien tampoco conocía.
Kingsman: TSS ofrece rito iniciático, acción y espionaje en una muy buena historia que funciona como una especie de lado B de Wanted (el comic, la peli jamás la vi), esta vez centrada en el bando de los buenos. No la puedo comparar con otras adaptaciones al cine de las obras de Mark Millar, porque no vi ninguna. Pero para pasar un lindo rato, la recomiendo a full. Y prometo entrarle pronto a la historieta.
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2 comentarios:
Nota al margen, a Latinoamérica nos llegó una versión censurada por la propia FOX: la pelea en la Iglesia es un largo y sangriento plano secuencia que en la versión que nos llegó apenas si se ve cuando arranca y dos piñas que pega Firth.
totalmente de acuerdo con tus apreciaciones. Particularmente fueron los mejores 90 mangos que gaste este fin de semana. La labor de Jackson como villano es genial (incluso con ese irritante ceceo que lo convierte en un odioso villano). Hay muchos gags burlandose de las peliculas de espias como las de James Bond e incluso Austin Power. Como e dije en el face, la gran frase es:"Un Martiniy revuelvalo mirando una botella de vermouth". Pelicula imperdible para los que no hayan leido el comic y los que si lo hicieron... y apurense a verla que ahora en nuestro pais los estrenos en el cine duran menos que un pedo en un canasto.
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