sábado, 26 de noviembre de 2011
26/ 11: LANGER FOR EXPORT Vol.2
Entre tsunamis, Obamas, gripes porcinas, wikileaks, franjas de Gaza y elecciones en varios países, los últimos... dos o tres años fueron generosos en materia de sacudones impactantes para los que observan la política y la sociedad desde una óptica más global. Uno de esos es Sergio Langer, quien reincide en la editorial peruana Contracultura con un segundo libro de chistes centrados en las noticias, en la actualidad candente de esta fosa séptica a la que algunos llaman “planeta Tierra”.
Este segundo tomo se diferencia del primero principalmente porque tiene muchos chistes basados en la realidad peruana, con menciones a la política, el espectáculo y hasta la gastronomía del país hermano, que seguramente si no sos peruano te costará entender. Otros chistes son más globales, se pueden entender en cualquier lugar de Latinoamérica, aunque no tengan localismos argentinos (sospecho que estos fueron reemplazados por localismos peruanos para esta edición). Los que no fueron reemplazados son los localismos españoles, en chistes y tiras que parecen realizados por Langer a pedido de algún medio de la Madre Patria.
Y por supuesto están los chistes que se entienden en cualquier país: los yankis hiper-obesos y su culto absurdo a los chumbos, los curas pedófilos, las atrocidades infinitas entre árabes y judíos, el daño sostenido al medio ambiente, la ambición desmedida de un capitalismo caníbal, la idiotez enlatada que venden los medios masivos, el boom fuera de control de Twitter y Facebook, el festival interminable de los políticos que mienten en campaña, el racismo, la pobreza... todos temas a los que Langer sigue de cerca hace años y en los que ya está descomunalmente afilado, siempre listo para entrar con los tapones de punta, a quebrar a la hipocresía, a la farsa, a la corrección política que sólo sirve para tapar abusos e injusticias.
Entre ese alud de chistes, se colaron dos historietas: una excelente, de la serie Clase Media (que sale en Barcelona) y una de dos páginas, Valium, con un dibujo impresionante, pero con un guión que apenas arrima a lo aceptable. El resto son chistes de una o dos viñetas, dibujados en estilos distintos. Acá vemos desde un Langer light, casi de línea clara, hasta un Langer visceral, poseído por un pincel salvaje, que potencia su expresionismo hacia el carajo y más allá. Incluso en estos chistes dibujados más al extremo, a la pincelada bestial, Langer gana en equilibrio al agregar las tramas mecánicas, otro rubro en el que el dibujante de La Nelly está cada día más canchero.
Y bueno, para seguirla, te tendría que contar los chistes y ya sabés que no da. Sólo me falta recomendar fervientemente este libro a todos los cultores del humor corrosivo, venenoso, de irreductible mala leche. Y envidiar sanamente a los amigos peruanos, que tienen la posibilidad de conseguir fácil y barato trabajos de Langer que acá, en su país, conocemos sólo los fans más hechos mierda.
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