viernes, 25 de noviembre de 2011
25/ 11: INCOGNITO Vol.2
Allá por Marzo de 2010 (para mí, hace como mil años) reseñé el Vol.1 de esta maravillosa serie publicada por el sello Icon, la línea creator-owned de Marvel. Casi todo lo dicho aquella vez coincide con lo que tengo para decir esta, así que recomiendo repasar aquella reseña.
Esta vez, la diferencia más notoria es que hay menos slice of life. Ed Brubaker y Sean Phillips mandan a Zack Overkill, el protagonista de la saga, a tratar de encontrar a otro doble agente, Simon Slaughter, quien se infiltró tiempo atrás en la agrupación terrorista Level 9 y ahora está por asumir el control de la misma. Para que la operación llegue a buen puerto, Zack tiene que aparecer jugando claramente para el lado de los malos, y la trama se centra sobre todo en eso: en la reinserción de Zack en el hampa, su regreso a los tugurios, los prostíbulos, los clubes de pelea clandestinos, las covachas peligrosas donde se juntan los post-humanos que viven por afuera de la ley. Eventualmente llegarán el encuentro con Slaughter y la resolución de otra línea argumental, relacionada con el origen de Zack, muy bien explicado por Brubaker en el tomo anterior. Pero lo que más páginas ocupa, lo que parece interesarle más a los autores es este descenso del protagonista a las profundidades de la ilegalidad, descripto a fondo, sin escatimar momentos sumamente heavies y perturbadores.
Como vimos en el Vol.1, todo funciona tan bien principalmente gracias al gran trabajo que hace Brubaker a la hora de construir al protagonista, un tipo jodido, violento, por momentos malo de verdad, al que el guionista nos muestra en una especie de tránsito involuntario hacia algo así como una persona, si no buena, por lo menos redimible. De la mano de la agencia secreta S.O.S., Zack trata de hacer buena letra, de sublimar sus instintos más corruptos, pero de pronto la orden de arriba es “volvé al lado oscuro y comportate de nuevo como un hijo de mil putas, así nadie sospecha que seguís operando para nosotros”. Y ahí va Zack, no confundido, pero sí con un dilema ético permanente, muy manifiesto y muy interesante.
Estamos ante una historieta de chabones musculosos con superpoderes, pero que no se parece en nada a las típicas epopeyas de héroes contra villanos. Acá la mano viene de keruza, con traiciones impredecibles, runflas malignas, información que se filtra por todos lados y una sensación mucho más de thriller, o de novela de espionaje que del clásico comic de superhéroes.
Buena parte del mérito le corresponde al maestro Sean Phillips que, de nuevo, pela una labor notable, con grandes hallazgos en la narrativa y un trazo fuerte, vigoroso, en el que se cuelan cositas de Kevin Nowlan, Duncan Fegredo y el ídolo de Phillips, el inolvidable Jorge Zaffino. Phillips crea climas densos y ominosos en las escenas tranqui y estalla como una supernova cuando el guión le abre las puertas al kilombo, ya sea por el lado de la machaca (que hay bastante) o en esa especie de orgía, en la que Zack empieza revolcándose con tres yiritos y termina... nah, mejor no te cuento cómo termina. El color está a cargo de Val Staples y es correcto, pero sospecho que esto publicado en blanco y negro tendría prácticamente el mismo atractivo y el mismo impacto que publicado a color.
Difícil engancharse en este segundo tomo de Icognito y entender todo, así que mi recomendación es arrancar cuanto antes con el primer libro. Ed Brubaker y Sean Phillips son una dupla a esta altura insumergible, a la que da gusto seguir en esta rara, oscura y adictiva historia de un ex-supervillano convertido en agente secreto.
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1 comentario:
Estoy muy colgado con el comic yanqui, tanto que no sabía que había un volumen dos de Incógnito. El uno me pareció interesante, se notaba mucho el laburo del guión, que no era lineal y predecible como lo son en el resto de la industria superheróica.
Veré de darle una mirada, o intentar conseguir éste volumen también.
Saludos
J.
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