el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 22 de enero de 2014

22/ 01: GIL PUPILA Vol.4

Hasta yo me comí el amague de que no llegaba, pero llegué. Con una reseña más corta que las habituales, porque mucho de lo que tengo para decir sobre este libro ya lo dije la semana pasada, cuando comentamos el Vol.2.
Esta aventura de Gil Pupila tiene menos margen para la comedia y mucha menos participación para Libélula y Cerecita. Acá el protagonista (Gil Pupila, el detective astuto, un poquito creído, siempre impecable) asume plenamente ese rol y ningún otro personaje, ni secundariio ni villano, intenta siquiera eclipsarlo. La trama policial es espesa, jodida, bastante sórdida por tratarse de una historieta apuntada al público infanto-juvenil. Maurice Tillieux la teje con la paciencia de la araña y con un golpe de impacto (el poder de pegar super-saltos que reciben algunos de los villanos) que no era 100% necesario para que la aventura llegara a buen puerto, pero no está mal.
El misterio está perfectamente desarrollado, la investigación de Gil Pupila es exhaustiva, intensa, vibrante, con mucha acción. La trama pega varios volantazos en momentos en los que no te los ves venir y se termina de resolver de un modo que a mí no me gusta: el capo de los malos, una vez capturado, explica absolutamente todo: sus motivaciones, su plan, las movidas que tuvo que improvisar a partir de la intromisión de Gil Pupila en el caso... todo en un extenso soliloquio que ocupa un grotesco porcentaje de las últimas dos páginas. Ahí el dibujo de Tillieux prácticamente desaparece para darle espacio a los gigantescos globos de diálogo de... el villano (no lo nombremos, que es sorpresa) y quedan unas páginas arduas de leer, con poca onda, que sólo se sostienen por la magnitud de las revelaciones.
El color está un poquito más digno y el dibujo también mejora respecto del tomo anterior, donde Tiliieux ya estaba a un nivel altísimo, sin nada que envidiarle a los mejores autores franco-belgas de esta época de oro. Estamos hablando de 1961, cuando esta historieta (originalmente serializada en el semanario Spirou) se publicó por primera vez en álbum. Hoy más de 50 años después, Gil Jourdan (que así se llama la serie en su país de origen) es un clásico indiscutido, del que –injustamente- se habla bastante poco. De todos modos hay varios álbumes editados en España, algo apareció también en EEUU, y por supuesto en Francia y Bélgica se sigue reeditando la serie completa, todo el tiempo. O sea que nunca es tarde para descubrir al asombroso Maurice Tillieux, quien dejó de dibujar a principios de los ´70 para hacerse guionista full-time y falleció en 1978, a los 56 años, en un accidente automovilístico.

5 comentarios:

Obertólogo dijo...

GORDO TROLAZO, SACATE LA BOTELLA QUE TE QUEDÓ EN EL ORTO DILATADO!!!

Ezequiel dijo...

Asi que volvio de sus vacaciones el unico ñato que trolea. Como te fue? No vayas a creer que te extrañe.

Anónimo dijo...

Creo que esta reseña te quedó medio embole, pero igual yo ya venía muy aburrido y meditabundo en este día fulminante hasta que me encontré con esta joyita del humor argentino que recomiendo a cualquiera que esté dispuesto a reír y llorar al mismo tiempo:

http://deuxgraphicastudio.blogspot.com.ar/2013/05/salidas-junio-2013.html

No sé qué es más gracioso, si el post completamente serio pero repleto de mentiras o si los comentarios completamente en joda que dicen muchas verdades.
Qué grande tu amigo Muñones, cómo nos hace filosofar.

Calo Boza

Anónimo dijo...

realemente lo que mas me sorprende es saber que piensa muñoz a la hora de escribir cada noticia de los nuevos titulos a editar. ya le conte 3 o 4 minimo donde daba una lista muy amlpia de titulos nuevos de los cuales no sacaba ni uno. o sea no uno, nignuno!! para q lo sigue haciendo me intriga, no responde los comentarios donde lo acusan de mentiroso y de incumplidor pero el tipo sigue como si nada pasara, otros tipos se fundieron 3 veces por la mitad de eso, este siemrpre cae parado

Andres Accorsi dijo...

Muñones ya no vende humo... lo regala.
Un maestro del surrealismo editorial.