Volvió el comic europeo, que estuvo exiliado unas semanas, y volvió con todo. Por qué He Matado a Pierre es –agarrate fuerte- una historieta perfecta. No preguntes por qué la compré. Nunca había oído ninguna recomendación, ni me sonaban los nombres de Olvier Ka y Alfred. Pero algo en el libro (tal vez la majestuosa edición de Ponent Mon) me dijo “llevame, que te voy a hacer feliz”.
La novela es la autobiografía de Olivier Ka, y recorre todos los momentos importantes de su vida, desde los 7 a los 35 años, con énfasis en algo que le pasa a los 12 y que es tan heavy que no lo puedo revelar sin cagarle toda la gracia a la lectura de la obra. Es más, creo que no se puede decir ni media palabra de la trama sin spoilear secretos importantes. Ni siquiera quién es Pierre, ni a qué se dedica. Nada, ni mu. O sí, bueno, ya que estás... que sepas que esto es maravilloso, que la construcción del protagonista es exquisita, que hay muchísimos bloques de texto obscenamente bien escritos y que Olivier Ka entiende perfectamente que en la historieta hay que contar con imágenes, por eso ensambla esos textos con secuencias mudas, por eso apuesta fuerte a los climas y por eso le abre tanto el juego a los dibujos de Alfred, que este termina por co-protagonizar el último tramo de la novela.
Ka y Alfred hicieron muchas historietas juntos, y acá Alfred se da cuenta de que lo que está contando Ka es tan grosso, tan crucial para su vida, que más que crear, lo que tiene que hacer es documentar. Por eso, en el último tramo, en el que Alfred acompaña a su amigo en ese regreso electrizante a Río Feliz, aprecen muchísimas fotos, retocadas y sin retocar: son testimonios, Alfred es testigo, Olivier va en busca de algo que no se puede dibujar.
En ese último tramo, estalla además el Alfred más salvaje, más expresionista, el Alfred virtuoso del pincel, en un péndulo delirante entre el realismo fotográfico y el experimento vanguardista al filo del mamarracho. Ya en el anteúltimo capítulo, Alfred había impactado con planificaciones de página arriesgadas, a años luz de la grilla mansita y convencional de los primeros tramos, y al final se termina de zarpar. Pero nunca pierde ese increíble encanto, ese dibujo suelto, vibrante, esa línea clara que mezcla a Max, a Emile Bravo y a Dupuy y Berberian. Lo hojeás y parece un libro para chicos, lleno de dibujos hermosos y amistosos. Hasta que lo leés, claro, y ahí el contraste entre el estilo de Alfred y lo que cuenta Ka te tira de orto, mal.
Lamento no poder contar nada más. Recomiendo a full este libro y ya me pongo a buscar más obras de estos dos autores. No te lo pierdas por nada del mundo. Por qué He Matado a Pierre es un comic sórdido, jodido, pero también increíblemente bello. Tiene muy merecidos todos los premios que ganó.
miércoles, 7 de marzo de 2012
07/ 03: POR QUE HE MATADO A PIERRE
Etiquetas:
Alfred,
autobiografía,
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Por qué he matado a Pierre
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8 comentarios:
EL libro es impresionante!! Con razón ganó en Angoulme, es una obra completita, muy bien narrada.
Me encanto!!
Estoy casi seguro que lo recomendó tu hermano en algún Podcast. De hecho es la razón por la que lo tenía en la lista de historietas a comprar a futuro...y después de esta reseña, haré lo posible por acortar el tiempo para leerlo.
Me quedo picando esto de la autobiografia.. ¿Que obras pueden recomendar como fundamentales en este genero?
Clickeá en la etiqueta de "autobiografía" y vas a encontrar varias muy buenas.
A las que hay ahí le tenés que sumar El Granjero de Jesú (de Angel Mosquito) y Los Resortes Simbólicos (de Max Aguirre). Y todo el material autobiográfico de Peter Kuper.
Otro aporte para Anónimo, si se me permite: "Pastillas azules", de Frederik Peeters.
Abrazos.
Perdón, Andrés... "P.A." ya estaba en tu post de las autobiografías.
:s
Abrazo again, master.
Realmente es muy shockeante el click, o el cambio que se produce de un momento a otro en el libro...
Es una obra increible
Finalmente nunca lo conseguí impreso y ordenando archivos en la computadora lo encontré.Cumplí mi amenaza. Vine a leer tu reseña, para descubrir que había dejado un mensaje que ni recordaba. Es fuerte. La escena en el campamento me puso nervioso, esa sensación de no querer avanzar en la lectura, que hace añares que no me ocurría con una ficción. Duro. Te deja pensando, "ojalá fuera sólo una ficción" o "¿Qué hubiera hecho de ser Olivier si me sucediera lo que a ál en la parte final del libro?". Yo no sé si perfecta, pero moviliza como pocas.
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