Bueno, vamos cerrando otra serie de Vertigo de esas que duraron poco.
La verdad es que este tomo está muy bueno, realmente es un bajón que Testament no haya podido seguir su curso. Lo único que se le puede criticar a Douglas Rushkoff es que se planteó crear una serie compleja, arriesgada, rupturista, única en miles de aspectos, pero a la larga (en una de esas apretado por la necesidad de cerrar todo en el vigésimosegundo episodio) terminó por contarnos la enésima historia del mega-empresario malo contra los chicos rebeldes buenos. Por supuesto hay un montón de matices, pero Testament se puede destilar hacia esa esencia, hacia esa definición: No importa quién es en realidad o a quien representa Pierre Fallow. Cualquiera que quiera evitarse los esfuerzos y las metáforas, lo ve como al clásico villano corporativo, el infaltable garca de saco y corbata que se quiere quedar con todo. Y por el lado de Jake, Alec y el resto de los rebeldes pasa lo mismo. Okey, están todas las referencias y resonancias bíblicas, y el guionista nos logra convencer de que son mucho más que un grupete de pibes rebeldes. Pero si lo querés simplificar hasta lo más burdo, son eso: el grupete de pibes sublevados que le hacen el aguante como pueden al villano corporativo.
Con esos dos bandos bien definidos, con el super-clásico Establishment vs. Resistencia en juego, Rushkoff abre el tomo con una saguita de dos episodios en la que se resuelve el misterio del viejo Tyrone y se agiganta la brecha entre Jake y Amos, cuando cada uno encarna una forma distinta de responder a lo mismo, en un paralelismo muy natural, para nada forzado, con la historia bíblica de Jacobo y Esaú. Estas páginas cuentan además con los dibujos de Dean Ormston, un dibujante de culto, una especie de secreto a voces al que sólo veneramos un grupúsculo de fans de Vertigo. Algún día el mundo entero descubrirá la magnitud del talento de este oscuro dibujante inglés.
Y Testament desemboca en una tetralogía final, Exodus, en la que los rebeldes van a encontrar –finalmente y no sin acumular padecimientos- la forma de escupirle el asado a Pierre Fallow, el virtual rey de este mundo futurista, pero no tanto. No te quiero contar exactamente cómo lo cagan, pero tiene que ver con el maná, la nano-tecnología, los virus informáticos y los chicos que se hacen la paja mirando videos porno en la web. ¿Y los dioses? ¿Qué pito tocan? Después de mucho bla-bla, después de una intrincada (y muy bien lograda) interacción entre la historia de Alec y Fallow con la de Moisés y el faraón egipcio, los dioses se revelan como una manga de garcas que se desesperan por mantener la hegemonía sobre la creación, sobre el poder de crear. Casi de casualidad, la bandita de la ciber-resistencia encuentra la forma de manipular la tecnología de Fallow para que el ser humano pueda crear todo aquello que necesita. Chau escacez, chau hambre, chau enfermedades, chau pobreza. Después de muchas masacres truculentas, el panorama que se abre ante los ojos de estos chicos es el de un potencial paraíso, regido por la abundancia, aunque también por el caos. Y los dioses no se lo bancan: sin escacez, se hacen casi innecesarios. ¿Lo habías pensado desde esa óptica? Yo no. Y me re-cierra.
En cuanto al dibujo, para el arco final lo tenemos de vuelta a Liam Sharp, esta vez con más pilas, con muy poquitas páginas en las que se lo ve tirándose a chanta y muchas en las que pela lo que hay que pelar y mucho más. Cuando no se abandona a ese sub-estilo frutihortícola de los palotes grotescos, Sharp nos impacta con unas composiciones alucinantes, muy buenas planificaciones, monstruos y fondos laburadísimos, figuras y rostros humanos muy expresivos y repletos de detalles, como si lo entintara Kevin Nowlan, o alguno de los especialistas en rayitas finitas, tipo Scott Williams, pero con onda. No es todo parejo, pero lo que está bueno está realmente bueno.
Había mucho más para explorar a partir de lo que plantea este arco de Testament, no tengo dudas, pero bueno, los Pierre Fallow que rigen los destinos de Vertigo, o sea de DC, o sea de la Warner, dijeron basta. Igual estos 22 episodios se disfrutaron mucho y sirvieron para tocar temas que la historieta habitualmente no toca.
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8 comentarios:
no se donde contar esto p necesito apoyo :( mi novía me dejó , me dijo q era un pendejo x leer como le dice ella esas pelotudecs(comícs) ..no se q hacer. Sí no le jodé a ella q yo leaa ni pensar de dejar está pasión x una mujer p es una lástima :( hay mujeres q le gusten los cómics ? Perdón y gracias . Mariano
Obvio que hay mujeres a las que les gustan los comics, Mariano.
Que te hayas enganchado con una que no los disfruta o no logra entender tu pasión no significa que más adelante no puedas entablar una relación distinta, con una mina que te quiera por lo que sos, no por lo que leés.
La verdad que mal que te pase eso Mariano, yo últimamente veo cada vez mas mujeres leyendo historietas, pero por ejemplo hace poco la novia de un amigo que le gusta leer muchos libros sea de Cortazar, Poe, Kafka, Saramago, etc… me pregunto si le recomendaba un libro, y le respondí que mas que un libro le recomendaba varias historietas, y me respondió lo siguiente: ¡No, no me va eso de estar leyendo con dibujitos, me aburre, nunca las leí y no pienso leerlas, a lo sumo Mafalda!-, fue una respuesta de mierda que me dio como tirando abajo al noveno arte, hoy en día la miro de otra manera a esa mina, porque me desprecio a la historieta, esta clase de gente les falta leer un Wachtmen, un Maus, un Mort Cinder por nombrar algunas!!!
Decile que mas boludes es lo que hizo ella, que tengas suerte, Matias!!!!
Se que la pregunta es medio colgada pero... si hago un pedido a Amazon (5 o 7 libros) te hacen quilombo por la traba a las importaciones? Gracias de antemano.
Hola Andrés. ¿Sabés si Perramus, "El piloto del olvido" tiene edición que no sea la de Fierro? ¿Y "El alma de la ciudad" se editó en libro?
No, Anónimo, no vas a tener ningún problema.
Marcelo, las dos primeras sagas de Perramus se editaron en un único libro, allá por 1989, pero es MUY difícil conseguirlo. Tuvo una tirada muy baja y se agotó hace 20 años.
Gracias Andrés. Es una pena. Alguien debería reeditar eso, se vendería como pan caliente.
Supuestamente, lo va a reeditar Ediciones De la Flor, aunque no te puedo precisar cuándo.
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