El carismático personaje creado por Gustavo Secreti y Gustavo Lucero cumplió 10 años y para festejarlo, Lucero se encargó de escribir, dibujar y editar esta novela gráfica de 70 páginas.
En general es una buena historieta, con mucho ritmo, buenos diálogos (a esta altura, dos marcas de fábrica de Lucero) y excusas bastante razonables para que los conflictos se terminen resolviendo por la vía de la violencia. Lucero rodeó al protagonista de otros personajes definitivamente gancheros, los villanos tienen su encanto, y el hecho de que todo suceda en el conurbano bonaerense también le suma atractivo al combo. Veamos cuáles son los puntos débiles:
A nivel del guión, uno solo, pero importante: los personajes se presentan en las últimas dos páginas. Si nunca leiste un comic de El Chispa, arrancás a ciegas. Los personajes hacen constantes menciones a hechos que transcurrieron en historietas anteriores y el que no está muy empapado de la mitología del Chispa queda garpando, mal. Yo hubiese arrancado la novela con esas dos páginas finales en las que Lucero pasa en limpio quiénes son estos chicos y chicas y por qué hacen lo que hacen, así los recién llegados no la teníamos tan cuesta arriba.
Y después un detalle, que a veces complica un toque la lectura: los signos de puntuación que suelen desaparecer. No cuesta un carajo revisar los textos y corregir eso que parece una boludez, pero contribuye a que los diálogos se disfruten mucho más.
Por el lado del dibujo, esta vez me cerró menos que en Clan Felino el tema de usar fotos reventadas en el photoshop para los fondos. Esta pareciera ser una historieta más light, más “apta para todo público” y ese tratamiento de la imagen para los fondos añade mugre, contribuye a crear un clima más denso, más oscuro.
Obviamente me sigue haciendo ruido el tema de las chicas con cinturitas microscópicas y tetas gigantes, más cuando son adolescentes.
Y lo otro que no me termina de cerrar es que esto se publique en blanco y negro. ¿A quién está apuntada esta historieta? Yo diría que a adolescentes y a fans de los superhéroes. Los segundos están MUY acostumbrados a leer las aventuras de sus justicieros favoritos a todo color. De hecho, en la portada queda bastante claro que Lucero sabe manejar el color y MUY bien. Y los adolescentes, es cierto, hace años que consumen mucho manga y el dibujo de Lucero tiene algo de eso, en el uso de las líneas cinéticas, en la aplicación de los grises con tramas mecánicas y demás… O sea que quizás para ellos esto no pierda atractivo al publicarse en blanco y negro. Pero no tengo dudas de que esto, a color, sería un hitazo. No correría el tema de las fotos reventadas en vez de los fondos, se diferenciaría mejor y más fácil a los personajes, se abrirían un montón de posibilidades que –no tengo duda- levantarían mucho a una faz gráfica que así está muy bien (Lucero viene mejorando grosso sobre todo en el manejo de las masas negras) pero que a color se vería infinitamente más atractiva.
Con este libro queda muy claro que Lucero está armando un universo, que comparten todas las historietas en las que mete mano. No sólo me copa que alguien intente armar algo así, sino que me gusta además la forma en la que lo está llevando a cabo. Así que quiero más historietas del Luceroverse, en lo posible ajustando algunas de las boludeces que no me cerraron, y en lo posible en alguna editorial que se anime a publicarlo a color, así estas creaciones se acercan un poco más a su público potencial que –me da la sensación- es enorme.
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1 comentario:
faltan editores!!
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