Este libro es una versión muy mejorada de la historieta que Luciano Saracino y Ariel Olivetti publicaron durante varios meses en el suplemento de Historietas Argentinas de Télam. Básicamente se trata de una versión de Ben 10 trasladada a al América joven, a la época de mayor conflicto entre los pueblos originarios y los conquistadores españoles. Estos últimos se presentan como villanos malignos y codiciosos, mientras que un joven aborigen (Ich) se decidirá a combatirlos con unas máscaras que le permiten cambiar de forma y le otorgan fabulosos poderes.
La idea está muy bien. No recuerdo otras historietas que hayan combinado esa ambientación con una temática aventurera zarpada en elementos fantásticos. Después, al guión le encontré altas y bajas. Vamos primero a lo que me gustó mucho:
Me encantó el desarrollo del protagonista y el espacio que le dedica Saracino a darle consistencia y sustancia al villano. En un momento uno siente que lo conoce tanto, que queda a un par de atrocidades de hinchar por el irredimible Sebastián de Loup. Me gustó el hecho de que el guión no sea didáctico, que no nos “contamine” la aventura con datos históricos. Me encantó que la chica aborígen cante una canción… que es la misma que canta el Mano en El Eternauta. Y por supuesto, todo está ornamentado con la prosa de Saracino, que engalana hasta las historias de machaca más burda con un vuelo poético increíble. Quizás te haga ruido, o sientas incluso que esos bloques de texto llenos de lirismo contrastan en un punto con lo que vemos en la historia. Pero te aseguro que es muy difícil escribir así. Hay que haber leído mucho a Robin Wood, haberlo entendido (no todos sus lectores lo logran) y además hay que saber aggiornarlo al Siglo XXI.
Vamos con las cosas que no me cerraron: Se supone que esta es una aventura heroica, a la que se van a acercar muchos pibes en busca de acción y machaca. Muy linda la poesía, hermosa la línea que baja la trama, pero la hinchada quiere ver a Ich transformarse en monstruos super-power y destripar villanos. Entre la primera vez que Ich destripa villanos y la segunda, pasan… cuarenta páginas. Por supuesto suceden otras cosas y el personaje crece un montón, pero son 40 páginas sin machaca. Y lo otro que no me convenció es el final, muy abrupto y medio traído de los pelos: llega el enfrentamiento grosso con el villano y este pela, de golpe, un poder alucinante que nunca supimos que tenía. No había pistas ni indicios de que Sebastián de Loup pudiera hacer lo que hace en esa lucha final. Y claro, es una lucha corta en la que el héroe pierde. Cuatro viñetas a modo de epílogo y fin. La verdad que esperaba más del desenlace…
El dibujo de Olivetti es muy atractivo, desde el momento en que no trabaja con coloristas sino que apuesta al color directo. Por supuesto con herramientas digitales, pero no por eso menos efectivas. Como siempre, Ariel sorprende con el manejo de la anatomía, de la iluminación y de las texturas. Esta vez, además, acierta con el detalle de ponerle al principal villano los rasgos del abominable Alfredo Astiz y a su esbirro los de… otro personaje de historieta con el que tuvo algo que ver hace muchos años. Me encantó ese gusano gigante recontra-Richard Corben y en general, hay un buen trabajo en las expresiones faciales y en la narrativa. No me convence que haya dibujos repetidos varias veces, pero bue… Y después está el tema de los fondos, que parecen fotos mínimamente retocadas. Soy consecuente con mi postura crítica frente al uso de fotos retocadas en los fondos, pero no soy ciego: me doy cuenta de que dentro de la estética de Olivetti tiene mucho sentido que los fondos se vean hiper-reales.
En fin, veo hay mucho esfuerzo por parte de dos autores a los que se les nota bastante cuándo sacan los laburos “con fritas” y cuándo le ponen toda la garra y la pasión. Acá, ni Saracino ni Olivetti se guardaron nada. El resultado es una obra atípica para la historieta argentina (por ambientación, por temática y por estética) y a la vez bastante seductora para los mercados internacionales, donde ya se está empezando a traducir y reeditar. Falta bastante para Carnaval, pero igual da para ponerse una máscara y pelear del lado de Ich.
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3 comentarios:
Muy bueno esto, pero me dejas con la duda. Si se puede, quisiera saber a cual ex actriz porno pudiste conocer. También, y en otro orden de cosas; con todo esto del cuarto de flota en el atlántico, vos pensás que realmente se viene la tan anticipada invasión a la Patagonia? tranquilamente podrian hacer un nuevo atentado de falsa bandera y justificar su presencia aquí. No se relaciona con el comi? no está bien escrita la pregunta? puede, pero a esta hora se me ocurren estas preguntas y no tengo las respuestas. Si me contestas lo que te pregunto, en una de esas, no aparezco más! Gracie
No tengo idea de la flota y la invasión a la Patagonia. Miro muy poca tele y no estoy informado como para opinar.
La actriz porno a la que conocí va a quedar en el anonimato. Te cuento que se la conoce con varios nombres y que actuó en muchas películas.
OK, no sé si lo mencionaron demasiado por la tele, la mayoría de los medios no habla mucho de esto, menos La Nacion, que casi está redactada en la embajada de Estados Unidos. Te dejo un link al voleo si te interesa, pero es mejor no saber.
http://argentinatoday.org/2015/11/19/por-que-se-encuentra-la-cuarta-flota-de-la-otan-en-el-estrecho-de-magallanes/
Lo de la actriz porno quedará en el misterio entonces. Yo todavía anhelo conocer a Silvia Saint o Nikita Denise. Sunrise Adams en su defecto.
Bue, ahora tengo que cumplir la promesa de no trollear más el blog, eso será duro.
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