Era hora de que Garth Ennis volviera a escribir comics de Nick Fury y en 2012 se nos dio. Felizmente le dieron luz verde para incursionar una vez más en el sello MAX, que es el que permite subir la apuesta en materia de gore, sexo y puteadas, como para darle un tono más jodido a las aventuras de este milico que se enamoró de la guerra y no la puede abandonar.
La idea de Ennis para estos 12 episodios (de los cuales el primer tomo recoopila seis) es contarnos varias guerras sucias, posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en las que mojó EEUU casi siempre con penosos resultados. El primer arco nos lleva a Indochina, en 1954, una época y un lugar donde también nos metimos a fondo en la reseña de By the Numbers, el comic que vimos el 7 de Mayo de este año. Y el segundo, a la invasión en Bahía de Cochinos, la que nos narrara hace poco Spain Rodriguez como parte de su biografía del Che Guevara. Es una idea bastante rara, porque uno ya sabe todo lo que va a pasar. Ennis respeta los resultados que se dieron en el mundo real, con lo cual uno ya sabe que Dien Bien Phu va a caer y que Fidel Castro no va a morir y sus revolucionarios le van a patear el culo a los yankis. No está el suspenso, la emoción de enterarse cómo le va a ir a Nick Fury en las misiones: sabemos de antemano que va a perder.
La gracia pasa por otros dos lados. Por un lado, siempre es un placer ver a Ennis bajar línea contra la CIA y contra las operaciones de EEUU en el Tercer Mundo, en general. En la saguita en Indochina también aprovecha para pegarle a los franceses y su tibio intento de preservar sus prerrogativas colonialistas, y a los nazis, porque en 1954 todavía quedaban sueltos un par de muchachos que masacraron a “las razas inferiores” en nombre del Tercer Reich. En la saga de Cuba se caga de risa de lo mal planificada y ejecutada que estuvo la invasión y cuestiona seriamente el rol que jugó John F. Kennedy, pero no se pone la camiseta de Fidel. La escena de torturas más aberrante del libro está protagonizada por un revolucionario cubano, que no tiene reparos en convertirse en verdugo de los invasores yankis, algo que –si le creemos a Spain Rodriguez- Fidel y el Che no habrían permitido nunca.
Por el otro lado, Ennis arma un muy lindo elenco para estas aventuras, obviamente con Nick Fury al frente. Amante de los cigarros, el whisky y las putas, mal hablado y cínico, Fury sigue por el camino trazado por Ennis hace más de 10 años, en su primera miniserie para el sello MAX. No sé si desde entonces ha habido un retrato más acertado de este viejo héroe de los comics bélicos de Marvel. Entre los secundarios se destacan George Hatherly (lo más parecido a un “bueno” que tiene la serie), el advenedizo diputado Pug McCuskey y la infartante Shirley DeFabio, un minón infernal que a la hora de las trompadas mete miedo y a la hora de las caricias, mucho más. Y como en todos los comics de guerra, aparecen más milicos que –tras amagar un par de páginas con convertirse en personajes relevantes- caerán en combate cuando la cosa se pase de castaño oscuro.
A cargo del dibujo tenemos al croata Goran Parlov, en un gran nivel. Parlov es una mezcla de Walt Simonson, el mejor Ron Garney, Oswal, el mejor Cliff Chiang, Giancarlo Alessandrini y algunas cositas de Jordi Bernet. Un dibujante completísimo, con un trazo muy versátil, al que claramente le gusta más laburar que chorear fotos. Para mi gusto, abusa un poco de la grilla widescreen (la “apilada” de viñetas horizontales), pero por suerte esto no resiente demasiado a la narrativa, que resulta sumamente fluída y entretenida, incluso cuando nos topamos con extensas secuencias de diálogos. Muy buen trabajo de este dibujante nunca valorado en toda su dimensión.
Me queda un segundo tomo de Fury MAX, seguramente para el año que viene, en el que el viejo Nick se enchastrará peleando para los yankis en otras guerras mugrientas, en otras misiones encubiertas que probablemente salgan mal. Si te gustan los diálogos groseros, directos y punzantes del mejor Garth Ennis, o si te divierte ver al irlandés en su género favorito (el bélico), o compartís su visión tremendamente crítica del rol de los EEUU durante la Guerra Fría, esto te va a encantar. Y si te bancás al Nick Fury menos heroico y más hijo de puta, no te quedes afuera de este festival de la runfla, las masacres, las torturas, las mutilaciones y los garches, escrito con muchas pilas y mucha mala leche por un guionista que –en obras como esta- justifica la desmesurada devoción que le profesan sus fans.
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6 comentarios:
Andres, leiste Punk Rock Jesus? lo recomendas?
Yo lo lei y me encanto, la mejor mini del 2012 de lejos.
Gracias Raw Fish... :-) Emtoces le entrare...
Otra consulta, EL GATO DEL RABINO?
Pregunto mucho porque ignoro casi todo lo que tenga que ver con los comic y recién le estoy entrando con las cosas de ECC y Ovni. :-)
Co co corrientes ja ja ja jaja
Punk Rock Jesus está en el pilón, esperando el turno para ser leído.
El Gato del Rabino es una OBRA MAESTRA.
El maestro sienkiewicz me dibujo un Fury en Comicopolis. Ya lo puse en un cuadro!
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