el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 25 de septiembre de 2013

25/ 09: CRONICAS DEL LEJANO OESTE

Ooootra antología, esta vez integrada por nueve relatos en los que Alejandro Farías nos invita a recorrer un lejano oeste mezclado con tecnología futurista. Los tópicos del western, con tecnología de ciencia-ficción, en un universo cohesivo, donde las mismas reglas se le aplican a los protagonistas de todas las historias que, aunque no se cruzan entre ellos, habitan claramente un mismo paisaje histórico y geográfico. La consigna está muy buena. Los resultados, no tanto.
La primera historia es la más extensa. Son 22 páginas, que Farías emplea para presentar un poco al mundo donde se sitúa la antología y, ya en la segunda mitad, contar una historia clásica, al ritmo de una aventura violenta y vibrante. Hasta ahí, bien. Los problemas llegan de la mano del dibujo. Esta era una historieta para ser publicada a color. Los grises (aplicados por Rodolfo Paz) le restan claridad al dibujo de Segundo Moyano y le agregan confusión a una narrativa que, cuando estalla la machaca, se hace sumamente confusa. Aún con tropiezos en la narrativa, el dibujo de Moyano es atractivo y sólido. No puede decirse lo mismo del de Jorge Endizzi, quien se hace cargo de los flashbacks. El resultado general es desparejo, deslucido, una oportunidad desaprovechada.
La segunda historia tiene 20 páginas, apenas dos menos que la primera, y está bien planteada, pero muy estirada. Con 8 páginas menos, pegaría mucho más. El dibujo le pertenece a Daniel Mendoza (que estuvo también en Crónicas del Hombre Frío) y está bien, es un dibujante correcto, solvente, sin mayores dificultades y sin genialidades ni hallazgos asombrosos para destacar.
La tercera historia probablemente sea la que más me gustó. Le sobran un par de páginas (tiene 12), pero es un guión muy potente, que propone un in crescendo en la tensión muy, muy notable. Lo dibuja Fabián Mezquita, también de modo muy prolijo, muy correcto, con un hermoso homenaje al maestro Juan Zanotto y una narrativa impecable.
La cuarta es una de las más flojas. Sus seis páginas apenas esbozan una anécdota muy menor, protagonizada por un personaje que, con más espacio para desarrollarse, podría ser muy interesante. El dibujo es de Darío Brabo, al que le falta mucho para jugar en Primera. El estilo es poco original, la anatomía tiene errores, la narrativa es pobre... Poco para rescatar en esta historia, lamentablemente.
La siguiente también está un poco estirada: Farías emplea 12 páginas para narrar algo que se podría haber narrado tranquilamente en ocho. Es una linda historia, tensa, con un muy buen giro en el final, con un cierto olorcito a esas historias de pactos satánicos con letra chiquita de las antologías de misterio setentosas de DC. Y sin pactos satánicos! El dibujo corrió por cuenta del notable Adrián Montini, en un estilo raro, más sucio que en sus trabajos habituales, y también se desluce un poco al tener toda esa gama de grises en lugar de color. Pero como está muy bien dibujada, se sufre poco.
La que dibuja Gabriel Keppl no la pude leer, porque la faz gráfica me lo impidió. Pareciera que el dibujante se esforzara por hacer incomprensible la historia, por quitarle todo atractivo. Conmigo lo logró. No tengo idea de qué se trata el guión y no me interesa averiguarlo. Le sigue la de Javier Solar, siete páginas sin textos ni diálogos. Está bien: es redonda, dura lo que tiene que durar, y Solar no afana a Carlos Meglia ni a Humberto Ramos, lo cual es digno de ser destacado.
La que dibuja Jok no es una historia muy original, pero está contada de modo muy ingenioso. Los textos te van llevando muy bien, te van metiendo a fondo en la trama, y el dibujo es excelente, repleto de detalles, con los enfoques muy bien elegidos, los climas muy bien sugeridos y la narrativa perfectamente planificada para que lo que sucede en la historia pegue fuerte.
Y cerramos con las seis paginitas que dibuja Diego Aballay, otro artista muy prolijo y muy correcto. Acá también, Farías le pone todas las fichas al giro impredecible del final y logra un remate impactante, de nuevo emparentado con las historias de las antologías de misterio de DC.
No estamos ante un libro imprescindible (como lo fueran La Fábrica o Mi Buenos Aires Querido), ni ante una antología fallida, sin ningún atractivo para el que quiera pasar un buen rato. Crónicas del Lejano Oeste clava en el medio, con algunos relatos muy buenos, otros medio flojos, y dibujantes de calidad muy disímil, con grossos y crotos conviviendo en un bizarro cambalache viñetil. Habrá más material de Alejandro Farías en las próximas semanas, acá en el blog.

4 comentarios:

Jimmy dijo...

bueno, me imaginaba que este libro era malo solo con ver la tapa. ¿quien la hizo? ¿un nene mogolico ultra k senador del pro? ¿que onda?

Andres Accorsi dijo...

La portada es de Fabián Mezquita. Y el libro no es malo, ni ahí. Es un poco desparejo.

Anónimo dijo...

Es muy muy fea la tapa. La ilustración es chota y el letreado y esos efectos de luz son asquerosos.

Anónimo dijo...

no es la mejor ilustracion de mesquita ni de casualidad y el rotulado es el de las nuevas ediciones de robotech