Ultima etapa en esta recorrida por la historieta latinoamericana actual (la próxima será en unas semanitas) y vuelvo a Uruguay, a encontrarme con una historieta bastante atípica. No atípica en un sentido formal, porque no se trata de una historieta que se juegue a innovar o plantear el relato desde lugares (o con mecanismos) nunca antes explorados. De hecho, cuenta con los dibujos de uno de los nombres más activos de la historieta uruguaya, el prolífico Matías Bergara.
Lo raro de Las Andanzas... pasa por el guionista y por los guiones. Vlad Tepes es –como todos sabemos- el verdadero nombre del Conde Drácula, eterno capo del vampiraje. Acá, Tepes es vampiro, vive en Montevideo y tiene los rasgos de Silvio Galizzi, el guionista del comic, quien además es un conocido abogado, periodista, coleccionista y actor. De hecho, la primera parte del libro, las 52 páginas que componen el relato titulado “Erase una Vez en La Mondiola”, es una adaptación al comic de un film titulado Banfield Killer: Sangre en La Mondiola, en el cual Galizzi actuó en el rol del vampiro uruguayo. Es decir que la identificación entre Galizzi y Tepes no es un invento de Bergara, sino que ya viene impuesto por aquel largometraje y un segundo, La Balada de Vlad Tepes, en el que el actor principal también se hizo cargo del guión cinematográfico.
Lo otro muy loco de los guiones de Vlad Tepes es la profunda incorrección política. En estos tiempos en que los autores (incluso los de vanguardia) se esfuerzan tanto por no generar ni una pizca de polémica, por no crear nada que pueda resultar mínimamente ofensivo para nadie, Galizzi pone cuarta y se manda a 150 km/h por la banquina del lado contrario. En estas historietas hay chistes muy crueles, profundamente discriminadores, hacia los negros, los discapacitados, los putos, los chinos, los murgueros, las feministas, Papá Noel y los pibes que piden monedas en la calle, entre otros. Por si faltara algo, tenemos como protagonista a un hijo de puta que, además de chupar sangre, viola y mata sin ningún prurito, y sin ninguna consecuencia visible. De hecho, los guiones nos invitan a FESTEJAR cada una de las atrocidades que comete Tepes, lo cual es bastante heavy. Felizmente, estas masacres, vejámenes y traiciones vienen sazonadas con diálogos irónicos y muy efectivos, en la línea de los que escribía hace 30 años el maestro Enrique Sánchez Abulí en las historietas de Torpedo.
Nada de lo antedicho nos aclara si los guiones son buenos o no. Por lo menos para mi gusto, funciona mucho mejor el relato largo que las historias cortas (siete “andanzas” de cuatro páginas cada una), que muchas veces se quedan en el “chiste largo” y no tienen mucho más sustento que verlo a Tepes hacer maldades y “oirlo” tirar frases tremendamente ofensivas sin que se le mueva un pelo. La historia larga, la que adapta la película, está mucho mejor, con climas y situaciones más elaboradas y mejor resueltas.
Por el lado del dibujo, lo raro es verlo a Bergara alterar un poco su estilo habitual para ganar en velocidad y agilidad. Estas páginas no existen en papel y nunca vieron la tinta. Están dibujadas íntegramente en una tableta digital y retocadas en el photoshop por un Bergara que por momentos se vuelve irreconocible. De nuevo, en la historieta más extensa brilla mucho más el dibujo, se lo ve más comprometido, con la puesta en página más trabajada. No está toda dibujada al nivel de Dengue o El Viejo, pero queda bastante claro que hay un tipo muy talentoso detrás del lápiz (óptico). En las historias más cortas, el “sale con fritas” muchas veces le gana la partida al oficio y la calidad que uno asocia normalmente con la firma de Matías Bergara. El cuidado está puesto en que los personajes sean muy expresivos (a nivel corporal y de los rasgos faciales), y el resto está todo resuelto muy a los pedos, muy con lo justo.
Si querés descubrir a un Bergara que juega en el límite entre el no-virtuosismo y el “me chupa un huevo todo”, este libro es realmente revelador. Y si te querés reir con un humor negro, sórdido, del que hace que te avergüences por haberte reído de semejantes animaladas, este macabro alter ego de Silvio Galizzi te va a entretener un buen rato.
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6 comentarios:
Master; gracias por sus conceptos, donde rescata el espíritu del asunto. Y una pequeña corrección: la historia larga, Eráse una vez en la Mondiola, funciona en realidad como secuela de los dos pelis. Salute!
Vlad Tepes
Aviso que soy FAN Felicitaciones y ¡Adelante!
Holas, otra vez ni leí la reseña.
Quería comentarles que encontré una cosa que me pareció destacable de Malmalawaq, es como una charla que dio en un lado, sobre el fanzine y las cosas de la libertad y no sé qué saraza. Pero está bueno, creo, porque lo hacía un hombre de pocas palabras y yo quería saber qué era lo que Malma tenía para decir.
Debió decirse "precuela" y no "secuela". Eeeeh, eso pasa por leer la reseña casi de madrugada, ya medio dormido y en plena digestión de la sangre ingerida (que para colmo era de una negra, puta, discapacitada, murguera, feminista, que pedía monedas en la calle). Disculpas y grazie
Vlad Tepes
Ah, ya me parecía... Porque en la historieta parecieran no conocerse personajes que en las películas sí se conocen...
tengo un blog de top donde hablo de peliculas por favor siganme apenas estoy en pesando
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