A partir de estas historietas de 1996 y durante varios años, el británico Warren Ellis cavó una trinchera muy interesante dentro de la línea WildStorm, desde la que lanzó un montón de buenas ideas, tanto en series como en miniseries y tanto con creaciones propias como con personajes hasta entonces identificados con la época más desgarradora de Image. Estos seis episodios de StormWatch, además de mostrarnos las primeras semillas de lo que luego germinaría hasta convertirse en The Authority, nos muestran a Ellis decidido a encontrar en una serie pedorrísima, bien de la parte de abajo del montón, pequeñas cosas, puntitas de las que agarrarse para ensayar un vuelco total, para convertir a esta bandera del comic intrascendente en algo que los fans más exigentes quisieran leer todos los meses.
Me lo imagino al pobre Ellis sumergido en el pilón de los back issues de StormWatch, con un broche en la nariz para que la baranda a estiércol no lo hiciera lanzar. Lo cierto es que el inglés logró su misión: se sacó de encima a unos cuantos personajes que no le interesaban en lo más mínimo, se propuso revitalizar a los que le gustaban, y contó con la libertad suficiente para crear a algunos nuevos, a los que se les nota desde el vamos la impronta personal del guionista. El resultado es que, en apenas seis episodios, la serie dejó de parecerse a un montón de otros títulos hediondos que publicaba Image para convertirse en un comic de autor adentro del mainstream, en el que empezaban a suceder un montón de cosas que no podrían suceder en ninguna otra revista.
Lo más notable es, por un lado, el trabajo sobre los personajes, para dotar de onda y de identidad a héroes y heroínas chatos y genéricos. Por otro lado, el tejido de dilemas morales, como para enroscar a estos paladines en tramas espesas, en las que entran a jugar elementos políticos y cobra peso la eterna pregunta: ¿quién vigila a los que nos vigilan?. Y lo más atractivo, al menos para mí, es cómo Ellis se resiste a la mega-saga de varios capítulos hilvanados por el continuariola infinito y desarrolla estos seis primeros episodios como unitarios muy sólidos, cada uno con su propia estructura, sus propios conflictos y sus propias resoluciones. Por supuesto, hay un sub-argumento que cobrará más peso en el siguiente tomo (supongo), que es el de esa segunda persona capaz de activar los superpoderes de la gente afectada por el paso de un cometa misterioso, responsable de que en el Universo WildStorm haya tanta gente metahumana.
El dibujante de cuatro de estos seis episodios es Tom Raney, a quien ya nos cruzamos en algún tomo de Thor de la etapa de Dan Jurgens. A mí no me gustaba el Raney de Thor, así que imaginate qué me parecía este, que es seis o siete años anterior. En estos números de StormWatch se ve a un Raney torpe, muy efectista pero con poca onda, con muchas limitaciones. Como si tratara de copiar la espectacularidad de un Jim Lee, pero sin el conocimiento del dibujo, sin esa solvencia que no se le puede discutir al Chino, por más que a uno no lo seduzca el estilo. Y en los episodios donde no está Raney, tenemos a un incipiente Pete Woods y a un tal Michael Ryan. El TPB no especifica qué páginas (o números) dibuja cada uno, pero está claro que son los dos tan precarios que logran que extrañemos a Raney. Hoy, Woods le rompe el culo mal a Raney, pero en 1996 tanto él como Ryan eran unos muertos de frío, que además de no dibujar fondos (algo que en WildStorm parecía estar bien visto) pifiaban bastante en la anatomía y en las expresiones faciales.
Y bueno, no te quiero mentir. No te puedo decir que el volantazo que le pegó Warren Ellis a StormWatch es comparable con el que le pegó Grant Morrison a la Doom Patrol. Másbien diría que la llegada del inglés a esta serie tuvo un efecto similar al de Caruso Lombardi en Racing: vino a salvarla del descenso y la dejó en los puestos de arriba de la tabla. La tuvo que relanzar varias veces y hasta cambiarle el nombre, pero logró que muchos nos cebáramos con Henry Bendix, Jackson King, Swift, Jenny Sparks, Jack Hawkmoore y demás. No es poco.
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6 comentarios:
Alguien me puede aclarar un poco qué es necesario leer y en qué orden para entender The Authority. Porque Ellis me gusta, escuché maravillas de ese cómic, pero lo empecé por el n° uno y me quedé afuera de bastantes cosas (además de que tampoco me pareció taaan espectacular).
Andrés, ¿leíste la versión del Génesis que hizo R. Crumb? ¿Qué te pareció?
Gracias, saludos
Arranca todo acá, en StormWatch: Force of Nature.
Esa colección de StormWatch llega hasta el número 50. Después se relanza con un nuevo número 1 y esa segunda serie dura 11 o 12 números, para luego desembocar en WildCATs/ Aliens.
Y de ahí arranca la primera serie de The Authority, que es la única que tiene sentido leer.
El Génesis de Crumb me pareció monumental a nivel gráfico, pero poco interesante a nivel guión, porque al ídolo se le ocurrió la pésima idea de respetar al texto, de no cagarse de risa de las cosas más fumadas, ni llevar hacia el grotesco los tramos más escabrosos, que era lo que yo esperaba que hiciera.
No olvidar el crossover de Planetary/Authority (se ubica antes de The Authority Vol. 1 #9 y después de Planetary #8).
Se puede recomendar también la miniserie de Jenny Sparks, aunque esa la escribió Mark Millar y no Ellis.
Yo leí The authority sólo en su primera etapa, la de Warren Ellis, y empieza y termina muy bien, como para que no sea obligatorio leer lo previo o posterior.
Me parece que está pensada para eso, que sea fácil de entrar aún si no la venías leyendo.
Sí, me parece que si leés sólo los números de The Authority de Ellis se entiende prácticamente todo y está muy bien. De todos modos, recomiendo también la etapa de Millar, incluyendo la mini de Jenny Sparks que citaba LFKO.
Y por más grossa que sea la etapa de Ellis, no se si la de Millar no es aún mejor, en la de Ellis se nota cierto esquema que se repite con villanos cada vez más poderosos, la de Millar es más inesperada y zarpada...
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