el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 14 de febrero de 2011

14/ 02: MUSEUM OF TERROR Vol.1


“Museum of Terror”… cualquiera. Esto no es otra cosa que la edición yanki de la famosísima Tomie, obra que consagrara a Junji Ito como uno de los principales mangakas del género del terror. Pero bueno, a los amigos de Dark Horse les pareció más ganchero ese título pedorro, que parece de una película chota de Porcel y Olmedo.
Lo importante es lo de adentro, dijo Jack el Destripador, así que nos metemos ya en la historia de Tomie, una estudiante secundaria hermosa y conflictiva, a la que mata sin querer un compañero. Pero el profesor que presencia el hecho (y que se curtía a la joven) hace un pacto de silencio con sus 41 alumnos: entre todos trozan el cadáver de Tomie en 42 partes y cada uno hace desaparecer un cacho de la occisa. Claro, jamás se les iba a ocurrir que Tomie tenía superpoderes: como el Lobo original (el de Omega Men), cada cacho de Tomie se reconstituye hasta cobrar la forma de la chica muerta. No son zombies, no es Tomie que resucita: son nuevas personas que se generan a partir de los pedazos de la muerta, como clones, pero que crecen en poquísimas horas. Imaginate el kilombo en la escuela cuando aparece de la nada, vivita y coleando, una chica idéntica a Tomie (incluso con sus recuerdos).
El resto de las historias sigue más o menos un mismo patrón: una chica igual a Tomie aparece de la nada, interactúa con gente que por algún motivo la quiere boletear (a veces, simplemente porque es una turra hija de puta), la hieren, la trozan y en un momento, de un cacho de la chica muerta crece una chica viva. Ito le encuentra varias vueltas copadas a este mecanismo: en una historia, la nueva Tomie sale de un riñón, implantado a una chica que necesitaba un transplante. En otra, se reconstituye a partir de un charquito de sangre en una alfombra. El impacto nunca falla: los monstruosos regresos de Tomie y los escabrosos modos en los que es asesinada o mutilada garantizan momentos de enorme tensión, con los que el autor suele cerrar cada uno de los episodios.
A nivel guión, todo pasa por ahí: por el suspenso creciente y la reacción de la gente común frente a la asombrosa capacidad de esta chica para volver de la muerte y muchas veces ejercer una venganza truculenta contra sus asesinos. No hay mucho más. A lo largo de tres episodios, aparecen dos personajes secundarios recurrentes, a los que Tomie les hará la vida imposible: la joven fotógrafa Tsukiko y el fachero del colegio, Yamazaki. Ninguno de los dos son buenos, por eso Tomie no llega a jugar el rol de villana, y eso es sin duda un acierto. Pero no hay un gran desarrollo de personajes y varias de las cosas que hacen estos pibes (y que desembocan en encuentros muy jodidos con Tomie) están medio forzadas, medio por afuera de la lógica.
A nivel dibujo, a lo largo de las 370 y pico páginas que tiene el tomo, vemos a Junji Ito mejorar notablemente. Al principio su dibujo era bastante tosco y las chicas le salían medio bizcas. Tenía un criterio alucinante para armar la página y para elegir los planos, pero el dibujo en sí todavía era bastante rudimentario. Para el final, la mejora es muy, muy notable. El Ito de los últimos episodios parece un muy buen clon de Ryoichi Ikegami, pero que aprendió a entintar mirando a Suehiro Maruo. Ito se termina de asentar en una estética dark, decadente, pútrida, pero no carente de sensualidad (aunque en todo el tomo no se ve ni una teta). Para el final del tomo, maneja la mancha negra, el cross-hatching, las tramas mecánicas y las líneas cinéticas como un grosso de verdad. El Ito principiante tenía más personalidad, era más reconocible a simple vista, pero le faltaban destreza y recursos para hacerle justicia desde el dibujo a las atrocidades que imaginaba.
Tengo un segundo tomo sin leer, que prometo comentar pronto.

7 comentarios:

Redskull dijo...

Algo que siempre me pregunte de estos comics de terror japoneses...Porque de entre todas las opciones menos jodidas, elijen la mas psicopata. Porque o sea, ya se que es una obra de ficcion, pero entre llamar a una ambulancia, y desetenderme del tema, a cortarlaen varios pedacitos hay un largo trecho :P.

Tinta de Historieta dijo...

El Ito del primer tomo recien esta en pañales!!! El segundo tomo es faustuoso, alcanzando nuevos limites alucionogenos. La clave de Tommie es como la pueden matar y todas las formas que tiene ella de volver!.

Mas adelante vas a ver algunos personajes que se repiten, pero si, quizas la gran falla es que no hay un gran personaje secundario que evolucione como persona.

El fuerte de Ito, mas que la historia en si son las ideas monstruosas que se le ocurren, que creo que llegan al punto excepcional en Uzumaki.

Un abz!

Rodrigo dijo...

Hola Andrés. Entiendo que hay toda una escuela de manga de terror/horror repleta de talento, además de prolífica.
Como siempre me llegaban buenos comentarios, decidí incursionar en el tema el año pasado, empezando por el primer tomito de Present (aqui reseñado). Sin ser un gran manga, disfruté de todas las historias (genial la resolución del capítulo de la chica atrapada en el callejón).
Tengo ganas de seguir leyendo pero no sé por dónde. Hellsing de Hirano y Shitaro de Knife, facilmente conseguibles, valen la pena? y cuales serían para vos los imprescindibles?

Saludos, y felicitaciones por el libro!

Rodrigo

Andres Accorsi dijo...

No leí Hellsing, pero huele a berretada. Por ahí me equivoco.
Shitaro tampoco la leí.
Para mí, y hasta ahora (porque también estoy explorando el género) los fundamentales son Hideshi Hino, Minetaro Mochizuki y Kazuo Umezu.
Present también me gustó mucho, pero no tanto como lo de Umezu.

gonzalo dijo...

¿Los de Dark Horse lo publican en el sentido de lectura japones o lo espejan para que se lea como cualquier comic book?

Andres Accorsi dijo...

A Junji Ito lo publican en el sentido de lectura japonés.
A otros autores los han publicado en sentido occidental.

dcllanto dijo...

Uzumaki de Ito es una cosa completamente increíble, si la conseguís leela Andrés. El mejor comic de terror surrealista que haya leído en muchos años.