el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 28 de septiembre de 2011

28/ 09: CACHALOTE


Hoy juega la Selección contra Brasil y yo tengo para reseñar un libro que me da ganas de hinchar por la verdeamarela. Mi afición por la historieta latinoamericana reciente me llevó a vencer la barrera idiomática (ridícula e inexplicable) que separa al Coloso de Sudamérica del resto de los países de la región, para meterme en esta bestial novela gráfica (más de 280 páginas) escrita por Daniel Galera y dibujada por Rafael Coutinho, hijo del maestro Laerte Coutinho, uno de los íconos del underground brazuca de los ´80.
La extensión de Cachalote es medio tramposa: a lo largo de tooodas esas páginas, Galera y Coutinho nos cuentan cinco historias distintas, que nunca se cruzan entre sí. O sea que quedó una novela larga, pero podrían haber sido cinco novelas cortas. Lo único que más o menos unifica las historias es el dibujo de Coutinho. Pero hasta ahí nomás, porque en las secuencias de Túlio y Vita cambia la grilla de tres tiras por una de cuatro, y en las secuencias de Vitorio (el chico que se calienta atando a las minas en la intimidad) opta por una grilla fija, de cuatro viñetas iguales, más grandes que las habituales, y además extrema el claroscuro, en un viraje un poquito más hacia la onda Sin City. Está claro que hay un sólo dibujante, pero no siempre dibuja igual.
Además de esos coqueteos con el Miller de Sin City, Coutinho abreva en los grandes maestros franceses, básicamente Christophe Chabouté, Nicolás De Crécy y Francois Boucq. Y también hay detallitos, cositas, que parecen de Rafael Grampá (otro genio brasileño), que además es íntimo amigo de Coutinho. La narrativa es totalmente europea, con pausas, largos silencios, hermosos momentos en los que la acción le cede el protagonismo a la contemplación. A pesar de que abundan las secuencias basadas en diálogos, Coutinho no juega a la puesta teatral, no repite los fondos y los enfoques, sino que los cambia todo el tiempo, en un despliegue generosísimo que ayuda a disimular la pachorra del guión de Galera.
O LOS guiones de Galera, porque estamos hablando de cinco historias que ni se miran ni se tocan. Las cinco son más que interesantes: en una, vemos a un famoso (pero decadente) actor chino varado en Brasil y envuelto en una trama policial. En otra, un escultor frío y desapasionado se resignifica como actor de una película muy poco convencional. La tercera nos cuenta las peripecias de un joven playboy que, enemistado con su familia, se va a probar (mala) suerte a Europa. La de Vitorio es una historia de amor perversa, perturbadora, de fortalezas y fragilidades, de sumisión y resentimiento. Y la de Túlio y Vita es una historia de amor a destiempo, de un amor que se hace ineludible cuando la relación ya se terminó y no hay vuelta atrás. En todas las historias Galera saca de la ídem un montón de escenas memorables, fuertes, intensas, con diálogos alucinantes y silencios de apabullante elocuencia. Y todo en un marco muy, muy real, que revela a un observador agudo, inteligente y capaz de inyectarle vuelo poético a situaciones tan profanas como un garche o una pelea entre muchachones en una disco.
El libro abre y cierra con secuencias limadas, simbolismos de vaya a saber qué, donde sólo hay poesía en estado puro. Pero en todo el resto de la novela, Galera y Coutinho combinan belleza en las formas con power en los contenidos. Así es como Cachalote atrapa, seduce, impacta y te deja la sensación de haber leído un comic muy, muy bien pensado y mejor ejecutado. Una verdadera gema en la corona del comic brasileño y un trabajo consagratorio para dos autores que ojalá hoy se vayan a dormir con el amargo sabor de la derrota futbolística (que es la única que se merecen).

10 comentarios:

Cristian dijo...

Por lo pronto, la tapa es extraordinaria.

Minotauro Cospel dijo...

anda preparando la colita andresito cuando vuelvas a cordoba. no nos vamos a olvidar nunca de vos, gordo puto

Anónimo dijo...

CHE,QUE GANAS DE METERSE CON LA SEXUALIDAD DE CADA UNO. A MI NI SIQUIERA ME CAE BIEN , PERO YA ESO ES MEDIO ZARPADO. AUNQUE EL LO VIVE HACIENDO CON MUÑONEZ( PARA MUESTRA VEAN "EL PROTUARIO" QUE ESCRIBIO HACE UN TIEMPO SOBRE EL TIPO DE DEUX)SEAN UN POCO MAS RESPETUOSOS.
ARIEL

NicoPerfetto dijo...

Anónimos guapos hay unos cuantos... Qué ganas de bardear al pedo. Soy de esos lectores silenciosos pero cuando lees cosas como esa dan ganas de comentar. Cuanto infradotado dando vueltas.

Andres Accorsi dijo...

Disculpame, Ariel, pero yo no hablo de la vida privada de Muñones, ni de su familia. Cuando tengo algo que decir (en el caso de Muñones, denunciar) me limito a hablar de su actividad profesional.

rpon dijo...

Que vergüenza ajena(por no decir pena) me dan estos malevos-virtuales y lo peor es saber que viven en la misma ciudad que la mía.

Anónimo dijo...

HOLA ANDRES, PRIMERO QUE NADA MUY BUENO EL BLOG, Y SEGUNDO SI HABLAS DE LA VIDA DE MUÑONEZ.SI LO MANDASTE AL FRENTE CON EL HECHO DE QUE HIZO QUE SU MADRE ABANDONARA UN LABURO, LE COPO EL DEPARTAMENTO CUANDO TENIA COMIC PRESS. ESO MAS ALLÁ DE ¿DENUNCIAR? ES HABLAR DE LA VIDA PRIVADA DE ALGUIEN, DE SU FAMILIA.
"No puedo precisar la fecha, pero alrededor de este momento Muñones se
separa de Patricia, su esposa desde el 19/ 11/ 94 (la fecha del casorio me
la acuerdo perfecto: fue la última vez en mi vida que usé zapatos y
corbata)."
"...Y finalmente, convenció a su madre para que
dejara el trabajo que tenía hacía décadas, para coordinar el local y
llevarle la contabilidad. El local arrojó unas pérdidas fabulosas (duró
alrededor de seis meses) y la pobre mujer se encontró en la calle y con su
anciana madre (la abuela de Muñones) a cuestas."
"... se pone una nueva editorial!
Así nace Comic Press, una empresa que ocupa dos de los tres ambientes del
departamento que Muñones alquilaba para que vivieran su madre y su abuela"
LO ESCRIBISTE VOS, YO NO SOY AMIGO DE MUÑOZ ,TAMPOCO ENEMIGO TUYO, PERO NO ME GUSTA QUE ME TOMEN DE TONTO NI MIENTAN.IGUAL, YO LA CORTO AHI PERO ESCRIBISTE Y NOMBRASTE A SU FAMILIA, NO HABÍA NECESIDAD ALGUNA.
ARIEL.

Andres Accorsi dijo...

Maestro, lo del casamiento de Muñones fue público: invitó a todos los que trabajábamos con él en Editorial Perfil. También era público que su mamá trabajaba para él. Estaba todo el día en su "comiquería" (que estaba abierta al público) y era la que le atendía los teléfonos en su "editorial". Incluso le atendía stands en ferias. O sea que el mezcló la familia y lo personal con lo "profesional", no fui precisamente yo. El propio Muñones hizo imposible hablar de su labor "profesional" sin mencionar a su familia.

Anónimo dijo...

baste de chimentos, amigos. señalar con el dedo a quien hizo un chimento es igual de chismoso que contar cosas que nadie tiene por qué saber.

¿cómo puede ser que haya tantas ganas de botonear? como si no hubiese ratis de sobra.

viva la historieta. todo lo demás es gilada.

abrazo,

otto

Cristian dijo...

Grande Otto.
Coincido: en lo personal, no me interesan los Riales del ámbito, sino las obras. El arte sucede, dijo Whistler. Y agrego yo: sucede a pesar de los chanchullos y matufias editoriales, de los mecenas vampirescos y de la crítica, a pesar de la siniestra política cambiaria.
¡Viva la historieta,
aunque yo perezca! jaja!
Cristian.-