el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 29 de septiembre de 2011

29/ 09: MAMA PIERRI


Seguro alguna vez te horrorizó escuchar a tu vieja o a tu abuela mandar un comentario tipo “negros de mierda”, “judíos de mierda”, o “zurdos de mierda”, o hablar contra los homosexuales, o los inmigrantes de los países vecinos. A mí me pasó varias veces y me pone del orto, me frustra, me dan ganas de no ser hijo de mis viejos, de reescribir la historia para nacer en un entorno menos contaminado por el fascismo y la intolerancia. Y eso que a mí me calienta en el sentido de la bronca y la indignación, a Sergio Langer lo calienta en el otro sentido, en el de la excitación y la lujuria. El resultado es una historieta al límite, cuya protagonista reivindica al fascismo en todas sus formas, milita con férrea convicción en el catolicismo más retrógrado y banca a morir a los torturadores, los discriminadores y los curas que se garchan pendejitos, entre otras lacras a cual más abyecta.
Por supuesto, Langer nos presenta a Mamá Pierri como la villana, y no son pocas las historias que terminan con esta hija de mil putas derrotada o humillada. Para esto es importantísima la figura de Nahuel, su hijo, un adolescente sensible, progre, copado, que ya avanzada la serie blanquea su condición de homosexual. Nahuel abraza candorosamente las causas igualitarias y progresistas y jamás discrimina a nadie por su religión, su color de piel o su ideología. Se hace amigo de discapacitados, de lesbianas, de inmigrantes, escucha a Mercedes Sosa y se adhiere a las tomas de colegios para pedir mejoras en la educación. A la vez tiene una relación muy retorcida con su madre, a la que venera (llega incluso a masturbarse pensando en ella), pero a la que a la vez enfrenta con sus planteos sensibles e ingenuos… por supuesto para terminar sometido a la voluntad de Mamá, que lo mandonea, lo picanea, lo flagela y lo sodomiza para llevarlo por el camino de la moral y las buenas costumbres.
En ese contrapunto encuentra Langer el núcleo cómico de la tira, pero como suele suceder, después encuentra ideas aún mejores y Mamá Pierri dispara en direcciones totalmente impredecibles. En un momento, el chiste autoconclusivo de cuatro viñetas deja su lugar a una saga con continuará, un trip visceral y alucinante conocido como “la saga del Hijo Abortivo”, en la que Mamá y Nahuel comparten protagonsimo con un feto abortado que crece (amamantado con la mala leche de Mamá Pierri) hasta convertirse en un ser monstruoso que habla en alemán y se coge a la protagonista. La saga cobra tanto vuelo y se hace tan zarpada, que Langer la abandona poco antes del final, para después aclarar que transcurrió en un “mundo paralelo”. Y ahí Nahuel y su madre reaparecen en la Argentina actual para vivir nuevas historias más reales, ahora con más viñetas (y más chistes) por página.
Si alguna vez pensaste que el humor de Langer era medio heavy, o que por momentos se iba muy a la mierda, ni te acerques a Mamá Pierri. Acá se va a la mierda y mucho más allá. Pero lo hace con tanta clase, con tanto talento que no se puede creer que con materias primas tan inmundas como el fascismo y el racismo se puedan crear obras tan grossas. El dibujo arranca más grotesco que nunca, con una línea más gruesa que lo habitual, bien cargada de expresionismo, bien dark. Después aparece el trazo habitual del ídolo, y en la saga del Hijo Abortivo (cuando Mamá Pierri se empieza a parecer más a una historieta convencional, por lo menos en la forma) aparecen más viñetas por página, fondos más elaborados y –ya avanzada la saga- las tramas mecánicas, colocadas con gran criterio. Cuando la serie vuelva a “la realidad”, tendremos menos tramas pero no menos laburo en los fondos y Langer alternará entre su línea más clara y su línea más gruesa, más brutal, más cercana a la de Vuillemin.
Esto no es para cualquiera, obviamente. Estamos frente a algo así como un comic de lesa humanidad. Es un comic con chistes de torturas, de abortos, de pedofilia, de incestos, de Cromagnón, de campos de concentración, de discapacitados, de peruanos y bolivianos, de judíos, de putos, donde no faltan el sexo salvaje (con dildos, oligofrénicos, menores de edad, curas y fetos mutantes), las drogas, los atentados terroristas y las marchas de Blumberg por la seguridad y contra los piqueteros, los cartoneros y los villeros. Por la delgada cornisa entre la náusea y la carcajada viene Mamá Pierri, rompiéndole el orto a todos, incluso a South Park, la serie que inventó el “humor sin barreras”. Si te da el estómago para aguantártela, preparate para 112 páginas imposibles, absolutamente únicas en la casi centenaria historia de nuestra historieta.

2 comentarios:

Cristian dijo...

Qué cercano a la alegoría, cuánta Mamá Pierri suelta. Y pensar que labura en Clarín también. La historieta es La Necedad de Erasmo, la ponzoña oculta en el azúcar diario del anestésico desayuno argento. u_u

Sergio Más Comic dijo...

Andrés, esperaba esta crítica tuya. Creo que Mamá Pierri en libro es un hallazgo para los que no seguimos la serie habitualmente y leerla en cantidad es fantástico. Hace años que sostengo en charlas con colegas que Langer es unos de los maestros actuales del humor y la historieta humorística. Sus libros de chistes (los editados acá y los de Perú: Langer For Export 1 y 2 que se consiguen en comiquerias) son la prueba junto a esta Mamá Pierri de que este autor está más allá del bien y de mal y se permite cebarse con todo. Langer empezó cercano a Reiser, después se fue un poco a Vuillemin... pero hoy deja chiquito a cualquiera. Es bueno que alguien se vaya al carajo con la acidez y te nombre a personajes conocidos, sean militares, curas, políticos, etc. A este libro hay que bancarlo, pero es una muestra excelente de la acidez de un gande del humor, y gracias a Dios es Argentino (y Mamá Pierri, también).