Esta antología reúne cuatro “comic-books” serializados previamente en la web por cuatro autores muy distintos entre sí, bajo una portada majestuosa de Salvador Sanz. Veamos qué hay adentro.
La historieta de Madhawk, a cargo de Lea Caballero, me hizo acordar a un cartoon de las Powerpuff Girls, a esas típicas aventuras a plena machaca, contadas al filo de la sátira, en las que con tal de detener al villano el héroe causa más daños y más destrucción que la que habría causado su oponente. Me cerró esa sutileza, ese subtexto irónico… hasta que en el epílogo el autor nos revela que en realidad los daños causados por Madhawk fueron mínimos. Es una aventura muy ágil, muy dinámica, y lo único que no me quedó claro es por qué al héroe no lo llaman Madhawk, sino “Rain”. Supongo que porque su identidad fue revelada en alguna historia anterior que no leí, pero no estoy seguro. El dibujo es bien power, jugado al impacto, al pochoclo estridente, con un muy buen trabajo de grises para suplir al color, que estaba en la versión digital peo se perdió en el traspaso al papel. Hay errores y desprolijidades menores en los fondos (perspectivas que no funcionan, rectas que salen medio curvas) y en las figuras encontré una sola muy floja, un chabón musculoso que levanta a un perro durante la inundación. El resto está muy bien.
Me voy a la tercera historieta, Crónicas de Tinta, de Marce Martí. Paradójicamente, lo peor que tiene este trabajo es el entintado. El guión zafa decorosamente, pero la faceta gráfica de esta historia está seriamente comprometida primero por el dibujo (que no tiene nivel profesional, o por lo menos no le alcanza para integrar una publicación por la que los lectores pagan) y sobre todo por el entintado, que es catastrófico. Martí explora todos los vicios de los dibujantes amateurs a la hora de entintar. Todos. En una misma secuencia te mete claroscuro (la técnica que mejor maneja y por la que le convendría decantarse a futuro), crosshatchings zarpados, tramas mecánicas aplicadas con la computadora, masas grises también producto del Photoshop y hasta viñetas en las que los grisados imitan el trazo de la aguada, no sé si logrados propiamente con aguadas o con un efecto del Photoshop. Esto se ve feo, confuso, desprolijo… y ni siquiera llega a tapar las falencias del dibujo, que son muchas en los fondos y no pocas en el diseño de los personajes.
La cuarta historia se llama 35 y está a cargo de Diego Bo Fernández. Este es el guión más flojo y predecible de la antología, una mezcla de ci-fi distópica con peleas onda superhéroes y monstruos que parecen personajes de Dragon Ball desfigurados. Los diálogos son sosos, los textos pomposos y el dibujo… muy poco profesional, con muchísimas poses “tomadas” de otras historietas, primeros planos con muchas falencias, absoluta falta de imaginación y de compromiso a la hora de dibujar los fondos… Todo muy precario.
Y me guardé para el final la papa fina, la gema que ofrece Purple Comics: las 23 páginas de Jellykid, a cargo de Franco Viglino. Lo único que se le puede criticar es eso, son sólo las primeras 23 páginas de una historieta que uno no quiere que se termine nunca. El dibujo es exquisito, con la dosis justa de espectacularidad superheroica, combinada con toques precisos de ternura, de emoción. Los planos están bien elegidos, la narrativa fluye perfecto, el laburo en los fondos está cuidadísimo (te sentís posta en una ciudad costera de California), no se extraña para nada el color… Esto está a milímetros de poder publicarse en cualquier editorial de EEUU y romperla a nivel internacional. El guión es redondo, con muchas ideas atractivas, un protagonista muy bien trabajado… y alguna falta de ortografía que no puedo dejar pasar. Quiero más Jellykid y tengo entendido que hay dando vueltas por ahí (no sé si en un Kickstarter, o algo similar) un libro que sólo trae historietas de este personaje a cargo de Viglino. Obviamente voy por él, porque me parece de lo más interesante que se hizo en Argentina a nivel comic de superhéroes.
Finalmente la antología quedó muy despareja, con un trabajo excelente, uno muy digno y dos que restan más de lo que suman. Pero me sirvió para confirmar mis sospechas acerca del talento de Franco Viglino, a quien había visto dibujar en algún evento y ahora me consta que es una bestia, una de las promesas realmente potentes de la nueva generación.
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2 comentarios:
eS UNA BUENA ANTOLOGIA PARA MI. Y la que mas me gusta es la de marce marti, despues la de viglino y la de Lea.
Hola Andres, Agradezco mucho tu crítica, me es muy constructiva. No he "tomado" poses de otras historietas, me parecería una falta de respeto a mis colegas y profesores.
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