el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 27 de junio de 2015

27/ 06: PROFANADORES DE TUMBAS

Esta historieta se dio a conocer en Italia en 1977 con el título L'uomo delle Piramidi y sí, sospechás bien: es parte de la collección Un Uomo un'Avventura creada en su momento por Sergio Bonelli y a la que le vengo entrando duro y parejo (aunque con casi 40 años de delay). El atractivo principal de este tomo residía –a priori- en que se trataba de una obra escrita y dibujada por el español Enric Sió (1942-1998), uno de los autores que desde fines de los ´60 encararon la renovación de la historieta de la Madre Patria. En los ´70, Sió estaba impuesto como un historietista raro, transgresor, un virtuoso pasado de rosca que coqueteaba con el diseño, la ilustración publicitaria, la fotografía, las artes plásticas… una especie de proto-Dave McKean al que la historieta (incluso en su vertiente adulta) parecía quedarle chica.
¿Cómo podría adaptarse un autor de esas características a esta colección, claramente alineada con una concepción bastante tradicional de la aventura? Esa es la incógnita que despeja Profanadores de Tumbas a lo largo de sus 48 páginas. Y la respuesta me sorprendió. Acá vemos a un Sió gráficamente bastante medido, que hace locuras, pero no tantas ni tan extremas. La técnica de color (con esas manchas enfermizas) es rarísima y anticipa cosas que muchos hicieron más tarde con los filtros del photoshop. Como en todos sus trabajos, el dibujo parte de una base académico-realista muy sólida, y de ahí se empieza a ir al carajo. Acá se descontrola hasta por ahí nomás, cuando Sió se florea con esa técnica de entintado basada en pinceladas muy sueltas, logradas con un pincel muy fino. Lo más loco es lo que hace Sió con la puesta en página: resuelve prácticamente todo el álbum con planificaciones de tres o cuatro viñetas MUY grandes, en las que se luce muchísimo el dibujo. Hay páginas de seis cuadros, también… y páginas de dos. Me imagino la cara del editor italiano cuando Sió llevó esas páginas y me meo de la risa.
Esto tiene un efecto muy evidente: el comic se lee muy rápido, tiene un ritmo increíble, y uno siente que el guión que leyó en esas 48 páginas se podría haber contado en 25 ó 28, sin compactarlo demasiado. Por supuesto está bueno que haya espacio para que el dibujo impacte más, y tampoco me jode demasiado que los globos de diálogo (pocos, comparados con otros títulos de esta colección) sean enormes, con un rotulado que permite leer todo sin problemas a cuatro metros de distancia. Simplemente me parece loco que los editores no le hayan dicho a Sió “maestro, este guión es muy sencillito para 48 páginas”.
Ojo, es un buen guión. No me cierra ideológicamente, porque el protagonista es un inglés que va a explorar las tumbas de los faraones egipcios, a ver qué se puede llevar. Y sí, se enfrenta a garcas peores que él (yankis, obviamente), pero sigue sin ganarse mi apoyo. El resto está muy bien, es un thriller muy sólido, impredecible, donde Sió no pierde tiempo en boludeces ni aburre aportando data que no va a ser relevante para la resolución de la trama. Todo lo que ves, todo lo que los personajes hacen o dicen, tiene importancia en algún momento de la historia y ese es uno de los motivos por los cuales el guión me pareció muy logrado.
Profanadores de Tumbas es aventura en estado puro, con acción, peleas, persecuciones, garches, runflas, traiciones… una clásica historia de ambición al límite, narrada en forma muy accesible por un autor catalogado como “excéntrico”. Si no te fumás sus obras más pretenciosas pero te interesa saber por qué en los ´70 Enric Sió era considerado un nombre fundamental del comic europeo apuntado al público adulto, este álbum te puede venir muy bien. Capaz que hace falta una expedición arqueológica al antiguo Egipto para encontrarlo, porque en castellano se editó una sola vez, en 1980. Pero bueno, si te lo encontrás en alguna tumba comiquera, no dejes de capturarlo.

2 comentarios:

Obi Bujannie dijo...

Tengo gran parte, no se si todos. Mi vieja me los compraba en el 82/83 en una especie de librería de saldos en Constitución donde los tenían junto a pilas de Bumerang, Blue Jeans y Totem (y Mortadelo y Filemón y Zipi-Zape, que contraste!!! jajajaja) que guardo celosamente en mi biblioteca. Yo tenía 10 u 11 años. Me los devoraba. Me alegra mucho que estés rescatando todas esas joyitas!! A ver cuando comentas algo de Bourgeon o Gillon. La sombra del cuervo!!!
De las cosas de Metal Hurlant llegué a tener muy poco porque era lo que había... cuanta papa fina!!!

Andres Accorsi dijo...

Ehhh... de Bourgeon no te puedo prometer nada. De Gillon fijate, que hubo una reseña en Noviembre de 2013.
Y sí, esos años ´82-´87 fueron un paraíso para los que leíamos historieta europea...