Esto me lo mandó el autor con la mejor onda para que lo leyera y le diera su opinión y me da pena tener que decir que no me gustó en lo más mínimo. Me pareció grossísimo que se animara a publicarlo en ese formato, chiquito y con tapa dura, que lo distingue del resto de los libros y lo convierte en un objeto atractivo en sí mismo. Pero una vez que me sumergí en la historieta propuesta por Martín Giménez, fue poco lo que logré rescatar.
El guión arranca bastante promisorio, amaga para el lado de un cyberpunk, donde se nos muestra un futuro distópico en el que Argentina vive un segundo Proceso de Reorganización Nacional, Mirtha Legrand sigue viva y Marcelo Tinelli es el presidente de la nación. Hay una situación tensa, de guerra, de marginalidad, de miedo… y después todo se empieza a poner muy confuso. Irrumpen las peleas sangrientas que no cumplen ninguna función en el desarrollo de la trama, aparecen elementos sobrenaturales, escenas que no entendí si eran oníricas o no, un chamuyo raro de ángeles, alienígenas, tipos con poderes raros… No descarto que haya buenas ideas, pero la forma en que están presentadas me ahuyentó más de lo que me intrigó. Rescato los diálogos y los bloques de texto, que están invariablemente bien escritos, pero confieso que ya para la página 20 el guión me parecía tan extraño, tan inexpugnable, que la desazón no me permitió disfrutar del resto de la historia (que, repito, nunca supe bien para dónde quería ir).
Y el dibujo… prácticamente no hay dibujo en estas 78 páginas. Son todas fotos mínimamente retocadas. De verdad, no sé si Giménez dibuja bien o mal, porque no lo muestra. Sospecho que le debe gustar el estilo hiper-realista, porque esa es la impronta gráfica que prima en esta obra. El problema es que es una impronta lograda con una técnica que a mí me rompe soberanamente las bolas, que es la de las fotos retocadas. Encima, al ser en blanco y negro, Pets no tiene un colorista que más o menos disimule el achaco, o que le agregue climas o texturas, o efectos de iluminación copados de esos que a veces le salvan las papas a los clásicos Juan Carlos Flicker del comic yanki. Ojo, reconozco que hay algunas imágenes realmente power, impactantes, bien logradas… pero son todas producto de un hábil montaje de fotos retocadas; no hay un dibujo, un trazo, un grafismo que uno pueda apreciar. Apenas una planificación de viñetas, que dentro de todo es correcta.
No mucho más para decir. Pets se zarpa en sus pretensiones a nivel guión y se va a la banquina desde la primera página cuando su autor decide jugarle todas las fichas a una técnica que obviamente maneja muy bien, pero que a esta altura ya me resulta insoportable. Dejémonos de boludear con las fotitos y dibujemos, muchachos… No es tan complicado.
jueves, 11 de junio de 2015
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2 comentarios:
una lástima entonces, la tapa y la idea inicial con Mirthe y Tinelli no es mala, eso es el acabose ja.... la próxima saldrá mejor, salu2....
Yo lo compré atraido justamente por su estética, aunque reconozco que la historia es un poco (demasiado) confusa. La primera parte no está mas, pero después trató de poner demasiado en un solo libro. Quizás con un desarrollo más pausado...
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