sábado, 24 de septiembre de 2011
24/ 09: HATE JAZZ
Otra vez me encuentro con una obra de autores argentinos que residen hace mil años en Europa y que trabajan pensando casi exclusivamente en ese mercado. El guionista es, sin embargo, muy famoso en nuestro país: nada menos que el maestro Horacio Altuna. El dibujante, en cambio, casi no se conoce por este lado del mundo, y es Jorge González, a quien ya nos cruzamos en este blog allá por el 11 de Junio de este año.
Hate Jazz es una novela gráfica en la que se entrelazan varias historias, todas ellas protagonizadas por músicos de jazz newyorkinos, que además tocan todos en el mismo boliche, el Dolphin´s. El primer tramo se centra bastante en Clarence T., un músico heroinómano que quiere cobrar a como dé lugar unos mangos que le deben, obviamente para gastárselos en droga. La tensión crece en pocas páginas muy intensas, y cuando llega el momento de resolver esa “trama-dentro-de-la-trama”, Altuna hace un juego de manos impredecible y asombroso, que pone en el centro de la historia a Cecil, el pianista mediocre que afana sus solos, y que hasta ahora pintaba para segundón.
En el segundo tramo, el foco se desplaza hacia Chester, el saxofonista part-time que para la olla laburando también como taxista. Chester oculta un secreto bastante jodido, que va a salir a la luz en una historia de humillaciones, perversiones y dignidades que afloran mal y tarde. Vas a llegar a un punto en el que esta sub-trama te va a hacer ruido, vas a decir “pero… no daba para que este tipo hiciera esto”. Ahí bancá y seguí leyendo, que unas páginas después, todo se explica con absoluta coherencia.
Y la tercera sub-trama es la menos original: dos hermanos (un contrabajista y un baterista) enfrentados por una mina que está buenísima y coquetea con los dos. Todo se resuelve en pocas páginas también muy intensas, pero sin mayores sorpresas. Sin ser light ni pasatista, es la trama en la que la violencia es menos tremenda, la menos sórdida, la más fácil de digerir si no fuera porque se parece mucho a un montón de otras historias de triángulo romántico con hermanos.
Para el final, cuando faltan 7 páginas para terminar la novela y recibir la ovación de la hinchada, Altuna hace una de más: nos revela que todo esto sucedió minutos antes del ataque a las Torres Gemelas (seguro lo escuchaste nombrar estas últimas semanas), nos muestra estos sucesos y explora mínimamente cómo afectan a los personajes que habían llegado vivos hasta el final de Hate Jazz. El final mezcla una ironía filosa acerca de cómo los yankis se ven a sí mismos con un homenaje a la ciudad de New York. No termino de entender si Altuna se está solidarizando con el pueblo newyorkino o cagándose de risa de su vulnerabilidad, pero bueno, será que este último tramo no me enganchó tanto como para prestarle demasiada atención.
Desde la primera viñeta hasta la última, Hate Jazz hace gala de una belleza y un impacto visual únicos, cortesía de la magia de Jorge González. Una vez más lo vemos inspirado más allá de cualquier límite, con un trazo y una paleta que nos recuerdan a Lorenzo Mattotti, Nicolás De Crécy y Miguelanxo Prado, más un montón de rasgos absolutamente personales, irreproducibles. González nos hace escuchar la música de los jazzeros, el pulso de la ciudad, los bocinazos de los taxis, el derrumbe de las torres. Nos mete en la historia de tal modo que nos involucramos con los cinco sentidos y nos entregamos por completo al ritmo del relato, perfectamente controlado por los autores. Esto es una joya visual, un premio para nuestros ojos.
Sin dudas, recomiendo Hate Jazz. Es un comic adulto, arriesgado, fuerte, con historias de violencia, furia, sexo, droga y (en vez de rockanroll) jazz. Es uno de los mejores guiones que escribió Altuna en su ilustre carrera, y a la vez tiene un cierto gustito a Carlos Sampayo, un genio a la hora de mostrarnos historias sórdidas ambientadas en New York o historias con músicos como protagonistas. Y está dibujada como la hiper-concha de Dios por un Jorge González deslumbrante, que combina virtuosismo con solvencia narrativa como muy pocos logran hacerlo. Papa MUY fina.
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7 comentarios:
Jorge González la rompe todo el tiempo. Mereceríamos contar con una edición local de "Fueye", de la que sólo leí unas páginas que me escaneó un amigo y es increíble.
Otto
Muy buena obra. igual a mi el final no me cierra del todo. tampoco entendi cual era la intencion al meter el tema de las torres gemelas, de todas maneras esta muy buena.
Jorge Gonzalez es un monstruo. absolutamente increible.
Uh la verdad tu reseña Andrès me encanto, soy un fiel seguidor de Altuna, ya que lo admiro muchisimo, para mi es el John Byrne Argentino, Altuna es el mejor artista y no se discute je!!!!
Pero este justamente Hate Jazz no lo tengo, me lo voy a comprar ni bien lo vea, muy buena reseña, un abrazo, Matias A!!!!
Altuna Maestro, así es. Ahora bien ¿Roume, Rapela, Salinas padre, Salinas hijo, Pratt, Del Castillo, Macagno, Lucho Olivera, García Seijas, Zaffino, Zoppi, Marchione, Magallanes, Giménez, Marcos Adán, Chingolo Casalla también lo son? El año debería tener 600 días, o las editoriales un criterio menos comercial. Si la historia la escriben los que venden, eso quiere decir que hay otra historia, Andrés. ¿No?
Si por supuesto, hay muchísimos dibujantes muy grosos, Zaffino es uno de los mejores dibujantes y nadie habla de el, Risso la tiene clarisima en cuanto a la narrativa, cada viñeta esta compuesta de una manera maravillosa, Salinas otro groso que heredo el talento del padre, Lito Fernandez es otro monstruo de la historieta y nadie habla de el, hay un montón, Pratt es muy muy groso pero no es Argentino, uno habla de dibujantes Argentinos, y la lista sigue, Mandrafina, los Villagran, en este país hay excelentes artistas!!!!!
Pratt... es cierto... tengo que esforzarme un poco para creer que es tano: se me hace tan argento...!
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