el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 5 de diciembre de 2013

05/ 12: ROCKETEER ADVENTURES Vol.2

Mirá este elenco de autores: Peter David, Paul Dini, Kyle Baker, John Byrne, Walt Simonson, Bill Sienkiewicz, Matt Wagner, Chris Sprouse, David Lapham, John Paul Leon, Colin Wilson, Stan Sakai... Darwyn Cooke en las portadas... y podría seguir, eh? ¿A qué iba? Ah, sí: ves este elenco de artistas y te tirás de cabeza, mal. Ahí hay más asesinos seriales que en aquella convención que imaginó Neil Gaiman para un arco de Sandman. Y todos trabajan sobre Rocketeer, un personaje con pocas historietas realizadas por su autor (el muy querido y tempranamente fallecido Dave Stevens) pero de innegable atractivo, tanto por su ambientación, como por su impronta visual y la de su co-protagonista, la bomba vintage Betty Page. Sin embargo, una vez que entrás a recorrer la antología, te gana la sensación de que este equipazo está yendo para atrás, de que nadie pone acá los mismos huevos que en otros trabajos suyos, como si la onda fuera cumplir con el encargo del coordinador (el respetadísimo Scott Dunbier) y sacárselo de encima rapidito. Por supuesto, con algunas excepciones. Veamos qué sale del repaso puntual de las historietas de ocho páginas que integran el libro.
Arranca Marc Guggenheim con una historia linda, emotiva, basada en el dilema de qué es ser un héroe. Lo acompaña el virtuoso Sandy Plunkett, en un estilo perfectamente clonado del de Dave Stevens, realmente hermoso. La segunda también está de buena para arriba: el Gordo David y Bill “Dios” Sienkiewicz proponen reversionar al Rocketeer en clave de Looney Tunes y sale The Ducketeer, un homenaje zarpado y desopilante a ambas cosas: los cortos animados de la Warner y el personaje de Stevens. La de Stan Sakai es una aventurita muy menor, que se salva por el guiño geek del final, cuando el autor nos “sugiere” que los sucesos que nos narra transcurren en Smallville, en la granja de Ma y Pa Kent. Nada, un chiste largo.
La siguiente la escribe Tom Taylor y es otra aventura menor, contra nazis genéricos, sin gusto a nada. El dibujo del ídolo neozelandés Colin Wilson es el único atractivo. Todo empeora de la mano de Paul Dini y Bill Morrison, que proponen otra peripecia menor en clave de comedia, poco graciosa y con un dibujo por debajo del promedio. Walt Simonson escribe otra historia chiquita, de escasa trascendencia, con un par de diálogos lindos, afilados. Dibuja el glorioso John Paul Leon, pero sin dejar la vida, tranquilo.
Dave Lapham le escapa a la aventura para contar una breve slice of life en la que prima el tono romántico. Un embole, bah. Y Chris Sprouse la dibuja también con menos onda que la que le vemos en otras obras. La de Kyle Baker es otra anécdota cuasi-pavota, que se salva por la mala leche de algunos diálogos y por supuesto por el dibujo, que es monumental. Acá tenemos a un grosso que deja la vida, sin mezquinar absolutamente nada. Matt Wagner imagina un mundo futuro en el que Rocketeer fue un ícono fundamental de la cultura, en una no-historia aburrida, sosa, sin conflicto y sin emoción. Dibuja con muchísimas pilas Eric Canete.
El maestro Simonson reaparece, ahora como dibujante de la historia escrita por su esposa Louise. El guión es malísimo y el dibujo está lejos del mejor nivel del prócer. La de David Mandel es una bizarreada sin pies ni cabeza, bien dibujada pero completamente innecesaria. Y cierra otro mito viviente, el gran John Byrne, que deja la vida en cada viñeta y plantea un argumento atractivo, con tensión y emociones, pero bastante apoyado en una coincidencia medio inverosímil.
Después hay unos pin-ups hermosos, una biografía de Dave Stevens, y no mucho más. El balance no es desolador ni mucho menos. Pero al lado de lo que uno espera cuando lo ametrallan con esa lista de autores, la verdad es que este libro te deja con gusto a poco. Si sos MUY fan del Rocketeer, supongo que ya lo tenés. Y si sos completista A MUERTE y querés tener TODAS las historietas de Baker, Sienkiewicz o algún otro ídolo absoluto de los que mojan en la antología, recomiendo buscar la revistita en la que aparecen las 8 páginas de tu autor fetiche, para no fumarte todo el libro.

3 comentarios:

rodrigo dijo...

Andres, ya que sos especialista en Trillo ¿Que edición tenes de Alvar Mayor? ¿La de Norma que onda? ¿No te parece un poco chico el formato?

Andres Accorsi dijo...

Tengo la de Norma y la banco a muerte, Rodrigo.

Anónimo dijo...

una pena leer eso de Paul Dini, uno esta acostumbrado a que su aporte sea una gran idea o al menos una pequeña idea genial de esas que solo ve él y le sabe sacar tood el jugo... supongo q todos pifian alguna vez, lastima, me parecia un personaje que re daba para pual dini. Luis