Bueno, se me viene un invierno complicadito. Todavía no sé bien cuándo, pero voy camino al quirófano, a que me operen de una hernia de disco que me viene torturando hace más de un año. Cuando sepa qué días no voy a poder postear por estar hospitalizado, aviso por acá. Lo bueno es que es un post-operatorio largo y eso significa muchos días en mi casa en los que lo mejor que voy a poder hacer va a ser quedarme en la cama leyendo comics. En una de esas, logro bajar el eterno y elefantiásico pilón de los comics que tengo pendiente de lectura. Y si leo cada día sólo UN libro de los que tengo sin leer, hasta me va a sobrar tiempo para releer comics alucinantes que leí hace años (o décadas) y a los que siento que les debo una segunda visita.
Hoy, por suerte, entre consultas médicas y el laburo de todos los días, me bajé un libro hermoso, el quinto recopilatorio de esta magnífica serie de Ed Brubaker y Sean Phillips. Sí, me falta el Vol.4. Lo tengo pedido, pero el envío viene muy demorado. Pero bueno, por suerte este tomo continúa en forma más o menos directa la trama del Vol.3 (reseñado el 08/10/14), y el que me falta narra una historia medio tangencial, con lo cual no es tan importante respetar el orden en que se publicaron los distintos arcos argumentales en su momento.
Pasaron unos… 35 ó 40 años del final del Vol.3 y ahora Sebastian Hyde es un tipo grande, de 60 ó 65 años, que heredó el imperio criminal de su padre y se empieza a interesar por una serie de crímenes en los que las víctimas son mafiosos, proxenetas, capos de la timba clandestina, el narcotráfico y las redes de trata de personas. ¿A quién pone Hyde a investigar la muerte de estas alimañas? Nada menos que a Tracy Lawless, el protagonista del Vol.2 (lo reseñamos allá por el 10/09/10), que como vimos en aquel entonces, es un tipo “con problemitas”, con un pasado como militar y con un código ético bastante especial. Lawless va a ir a meter las narices en un asunto recontra-sórdido (no quiero dar ni la menor pista de quién o quiénes están detrás de los asesinatos, pero el título del TPB tira un indicio) y le van a dar para que tenga y guarde. Además, el propio influjo de Sebastian Hyde, la propia aura de corrupción que emana de este sorete lo va a envolver en un kilombo casi más heavy que el de las muertes, que tiene que ver con polleras.
The Sinners es una historia tremenda, no sé si tan perfecta como The Dead and the Dying, porque no ensaya esas piruetas majestuosas que Brubaker pelaba en materia de estructura narrativa en aquel arco. Pero sí tranquilamente al nivel superlativo de Lawless, la saga del Vol.2. Diálogos afiladísimos, personajes tridimensionales, dilemas morales bien espesos, traiciones, secretos, momentos MUY impactantes y esa sensación tan noir de derrota, de desazón, de que hagas lo que hagas igual te vas a la B, visten de gala a este estupendo “policial” en el que todos tienen chapa menos la policía.
Y si hablamos de vestirse de gala, hay que volver a hablar maravillas del trabajo de Sean Phillips al frente de la faz gráfica. Esta es una saguita con poca acción y mucho diálogo, muchas páginas repletas de viñetas en las que sólo vemos cabezas de gente que habla. Phillips pilotea con jerarquía esas escenas y no desaprovecha la posibilidad de lucirse cuando el guión finalmente decanta (de modo para nada forzado) hacia las piñas, los corchazos y los garches. La colorista Val Staples se acopla bien al trazo adusto, pesado del británico y aporta lo suyo a la construcción de este clima de podredumbre urbana que tanto enfatizan Brubaker desde el guión y Phillips desde el dibujo. Y no quiero chamuyar de más, porque la verdad es que acá no vas a ver prácticamente nada que Phillips no haya mostrado ya en otros trabajos. Quizás lo más llamativo sea la técnica de color que despliega cuando ilustra las portadas. El resto, es lo que ya estamos acostumbrados a esperar (y disfrutar) cada vez que nos cruzamos con este notable referente del claroscuro.
Sigo esperando el Vol.4 (como para completar la colección) y tengo ahí, en el aguante, el Vol.6, que prometo leer durante el invierno. Si todavía no te dejaste corromper por Criminal, no lo dudes más y entrale a la nueva edición, la que recopila todo en sólo tres TPBs más voluminosos. Esto es grosso de verdad.
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4 comentarios:
Te diría que los mejores episodios son los dos que te faltan.
El cuatro es bueno, pero el sexto es simplemente magnifico
Una delicia los 6 tomos de Criminal, concuerdo con el primer comentario…te faltan los dos mejores tomos, pero la obra en sí es bastante pareja.
De lo que escribió Brubaker, para mi sigue siendo Sleeper lo mejor. Medio que si me apuras, es uno de los mejores comics que leí hasta ahora, superando incluso la genialidad de 100 balas.
Andres, si recordas la introducción de Sleeper, Point Blank, fue dibujada por Colin Wilson. El tipo me parece un dibujante de la ostia por lo que quería pedirte si tenes alguna recomendación de sus otros comics, ya sea mercado yanqui o europeo.
Siguiendo con Point Blank, en ese comic aparece Grifter de los Wildcats. Como estoy en bolas en ese tema te pregunto lo siguiente:
Recomendas algo de los Wildcats (sea etapa Alan Moore. Jim Lee, etc) o es una obrita del montón?
Ultima cosa, que te pareció Scene of the Crime de Brubaker?
Ehhh... vamos por partes...
Scene of the Crime me encanta, es una pequeña obra maestra.
Wildcats ... leí muy poco. Lo de Moore tiene buenos momentos, pero en general no me interesó demasiado. Dicen los que saben que la mejor etapa es la de Joe Casey, con Sean Phillips y otros dibujantes.
Colin Wilson, capo absoluto oriundo de Nueva Zelanda. Poné su nombre en el buscador del blog y te va a derivar a varias reseñas de sus trabajos que hemos realizado en estos años. Además de las obras reseñadas, a mí me gusta mucho Rael, un cuasi-clásico suyo del año ´84 donde además escribe sus propios guiones.
Y si de verdad los Vol.4 y 6 son mejores que los que leí hasta ahora, voy llamando a la Unidad Coronaria :P
Si este te pareció maginfico, tene un par de pantalones cerca porque te vas a cagar encima de lo buenos que son
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