Atenti con este comic, que pasó por debajo del radar de casi todo el mundo y merece ser leído con atención. Se trata de un librito con dos historias breves de Juampa Camarda (un autor al que jamás había oído nombrar), una de las cuales se publicó previamente en la web.
Las dos historias giran en torno a lo mismo: un pibe común se convierte en un impostor, en un mentiroso serial, para ganarse a la minita que le gusta. En la primera historia, José se hace pasar por músico de punk rock para levantarse a Matilde. En la segunda, Ricardo finge ser rolero hardcore para no perderle pisada a Marina. Los dos terminan mal, por el mismo motivo: no saber cuándo dejar de mentir, cuándo y cómo juntar los huevos necesarios para blanquear.
A pesar de las obvias similitudes, las historias no se hacen reiterativas, no parece una misma fórmula repetida dos veces. Porque la construcción de los personajes está muy lograda (José y Ricardo son claramente distintos, a pesar de que se mandan cagadas parecidas), las situaciones son muy distintas y a la vez muy efectivas, y los diálogos son muy graciosos, muy reales, ajustadísimos a este generoso despliegue de eventos tragicómicos por los que Camarda arrastra a sus protagonistas y sus secundarios.
Arroba Numeral, la historia más larga, es una comedia romántica bien Siglo XXI, con twitter, soundcloud, laptops y celulares. Y referencias muy bien calzadas a películas y bandas de rock que comparten la sensibilidad indie de la historia. Y la más corta, Juego de Roles, se mete en el submundo de los roleros y roza, ya que está, al mundillo del comic y del cine “ñoño” (palabra que aborrezco, pero bue). Las dos tienen finales muy redondos y escenas realmente notables, sostenidas (como ya mencioné) en unos diálogos brillantes y un excelente trabajo de caracterización. Realmente, una sorpresa gratísima.
El dibujo de Camarda es muy naïf, muy minimalista. Casi no existen los fondos y está claro que le cuesta dibujar los objetos. Por suerte todo pasa por los personajes y eso sí, lo dibuja muy bien, con un estilo atractivo, sensible, low-fi, sin mucho para envidiarle a los pibes y minitas del palo alternativo de EEUU, de esos que ocupan muchas páginas en cada edición de los Best American Comics. En la versión online, Arroba Numeral no tiene tonalidades de gris, sino de un azul grisáceo que queda muy bien. Por supuesto no alcanza para caretear la falta de fondos, pero por lo menos hay algo más que los personajes, algo pensado para acentuar los climas y sugerir algún efecto de iluminación. Si no le pedís virtuosismo, Camarda te va a seducir con sus rostros expresivos y su trazo preciso, en el que se cruzan Liniers y Brian Janchez.
Con poquitos elementos gráficos y muchas ideas atractivas, Arroba Numeral me resultó una lectura muy entretenida, con situaciones en las que me vi reflejado, momentos muy cómicos y reflexiones muy acertadas acerca de las relaciones entre chicos y chicas en el mundo actual. Hay sexo, hay rockanrol y en vez de drogas hay juegos de rol que –como todos sabemos- son adictivos y te queman la cabeza, mal.
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1 comentario:
Muchas Gracias por la reseña!
Saludos!
Juampa!
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