La consigna de este segundo post es hablar bien de la última New York Comic Con, resaltar los aspectos positivos, que también los tuvo.
Así como me quejaba de la desorganización y el caos que produce la proliferación de cosplayers (que no van a las charlas, no compran en los stands de las editoriales y los dealers y no acechan a los autores para pedirles firmas ni dibujos), hay que destacar la increíble calidad de los disfraces. Acá se ven producciones sumamente impactantes, al punto que por momentos uno cree estar realmente rodeado de superhéroes y villanos. Dentro de ese rubro, los personajes más elegidos por los cosplayers fueron Harley Quinn, Poison Ivy, el Joker, Captain America y Deadpool. También había muchos Green Arrow y Black Canary, supongo que por efecto de la serie de TV, porque eran muchísimos más que los Aquaman o los Green Lantern, que eran muy pocos. Por suerte los muchachos aflojaron un poco con Bane, y también con Star Trek y Adventure Time, que en 2012 eran multitud. Y siguen a full con Star Wars y Dr. Who. Esta vez también vi mucho Tortugas Ninja y mucho Saga, muchos pibes y minas caracterizados como Marko y Alana. Lo más asombroso, sin embargo, es el tema de las edades: en Sudamérica estamos acostumbrados a que el cosplay sea un juego para el público infanto-juvenil, digamos hasta los 25 años máximo. En EEUU, en cambio, hay un porcentaje muy importante de cosplayers mayores de 30 y hasta unos cuantos veteranos que ya pasaron los 40, luciendo disfraces que van de lo glorioso a lo impresentable. Pero reitero: en general, el nivel es altísimo.
Ahora supongamos que en vez de la gente disfrazada de personajes de comics, te interesan los comics. ¿Qué te podía ofrecer la NYCC en ese sentido? Creo que para nosotros, los argentinos, que hace años padecemos la tremenda escacez de comic en inglés en las comiquerías, lo más power es recorrer los stands de los dealers y las editoriales. Ahí se podían encontrar cientos, miles, capaz que millones, de revistas, TPBs y hardcovers, algunos a precios realmente irrisorios. Una vez más, faltaban las editoriales del palo alternativo (lo más parecido eran First Second y el cachito dedicado a Top Shelf en el stand de IDW) y encima los dealers tenían poco material de Fantagraphics, Drawn & Quarterly y demás. O sea que la hegemonía de los superhéroes, zombies y jedis se hacía sentir mucho.
Ahora bien, si te gusta el main-
stream, las mesas de los dealers te ofrecían TONELADAS de merca de Marvel, DC, Vertigo, Dark Horse, Valiant, bastante Image e IDW y algo de BOOM!, Oni y otras editoriales más chicas. Desde interminables bateas de back issues (desde 75 centavos) hasta Omnibus de esos que parecen muebles y hay que ser fisiculturista para levantarlos. Ojo, no todos se bajaban los lienzos. Image, IDW, Dark Horse y First Second te cobraban todo a precio de tapa, sin la menor chance de rosquear un descuento. Otros se mostraban más flexibles, sobre todo el domingo, cuando los atormentaba el fantasma de “tengo que garpar un flete carísimo para llevarme todo esto de vuelta a mi ciudad”. Y en los puestos de los dealers, las ofertas zarpadas empezaron temprano y ya para el domingo había comics (y muñecos, pero de merchandising vamos a hablar en otro post) a precios muy accesibles, que siempre se podían redondear para abajo haciendo compras importantes.
Cierro con una idea más, y prometo retomar mañana: Para los que hace años militamos a favor de comprar todo en libro, es increíble (por no decir frustrante) ver cómo un enorme porcentaje del público yanki le sigue fiel a las revistitas. Compran lo nuevo, lo viejo (incluso cuando se sobre-cotiza y pasa a valer fortunas) y hasta entran en esa trampa mortal de las variant covers, por las que se paga bastante más que por una revistita normal. Felizmente las mujeres, que en los últimos años se incorporaron con bastante fuerza al consumo de nuestra droga favorita, no cayeron en esa variante: siempre que tuve que combatir por un TPB contra alguien que me lo quiso primerear, fue contra chicas. La verdad que, después de tantos años de asociar a estos eventos con el olor a huevo, da gusto decirle a una mina “Todo bien, llevate vos el TPB de Iron Fist que me falta, ya lo conseguiré en otro lado”…
Mañana hay más NYCC.
domingo, 18 de octubre de 2015
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4 comentarios:
Lo que dices al final me hace sentido, porque las revistas sueltas siguen vendiendo lo mismo hace años. Y eso que las ediciones Tpb, son más baratas y generalmente incluyen material extra y hasta las Variant Covers. Supongo que hay público para todo, y también gente que compra todo, revistas sueltas, tpb , hc y digitales. Saludos.
¿Por qué decís "frustrante", si no sos vos el que compra esas revistas? Para mí, que casi no leo yanqui, el razonamiento es que si nadie comprara revistas y solo comprara TPB/HC, nunca se llegaría al libro. Yo no me compro una revistita ni en pedo, más allá de algo emocional o un número especial (igual debe hacer más de 15 años que no compro ninguna), pero pienso (quizás erróneamente) que su venta es indispensable para que después vengamos otros y compremos la edición prolijita, corregida, ordenada, con intro y blablá.
O sea, ¿por qué te frustra o te afecta que compren números sueltos o les roben con tapitas especiales?
El comic de Marvel , DC , y lo que he visto de Image cambió mucho. En un número suelto de colección prácticamente no pasa nada, las tramas se estiran ala fuerza pensando en la reedición den TPB/HC, es lo que se llama la narrativa "decompressing".
Lo que senti también y no se si porque busque en el lugar equivocado, ninguno de estos vendía manga viejo y de la sección mas animera solo kinokuniya tenia y Kodansha 3 libros locos, el resto era todo merchandising. En el 2011 si vendían me acuerdo, es como que dejaron de tratar, ni Viz vendia libros.
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