Pasaron más de dos años desde que Richard Marazano y Marcelo Frusín me impactaran con la primera parte de esta serie y ahora me vuelven a impactar, porque la trama pega un giro totalmente inesperado, que cambia todo. Casi hasta cambia de género.
Para no repetir boludeces, te propongo que dejes de leer este texto acá, leas primero la reseña del Vol.1 (publicada el 16/02/13), y después vuelvas. ¿Ya está? Bien.
En aquel momento, yo definía a L´Expedition como “una especie de peplum con elementos fantásticos, hasta ahora sólo insinuados” y acá el amigo Marazano me pone en ridículo, porque nada de eso es así. A ver… sí, los personajes principales siguen siendo los legionarios romanos, pero con el correr de las páginas eso se desenfatiza muchísimo. Mucho antes de la mitad del tomo, ya no importa mucho para qué imperio peleaban Marcus Livius y sus hombres. Los elementos fantásticos apenas insinuados en el Vol.1 acá brillan por su ausencia: este álbum tiene una impronta mucho más realista, más sombría. La historia no pasa (como uno sospechaba) por las maravillas que descubren los romanos en su expedición por el corazón de Africa. Ni siquiera pasa por los combates contra fieras salvajes que ellos nunca habían visto y que consideraban parte de relatos fantásticos pergeñados por los nativos.
Acá sucede algo muy jodido (no lo quiero spoilear, porque es un libro reciente, aparecido en Francia en Septiembre del año pasado) que interrumpe el viaje de los romanos por este continente misterioso. Y los que venían muy cancheros, a conquistar giles y chorearles las riquezas, terminan por enfrentar la ordalía de sus vidas. Livius y los suyos deberán luchar por la supervivencia como nunca antes y experimentarán en carne propia el yugo, el látigo, la anulación total de sus voluntades. Por supuesto, Marazano no se pierde la oportunidad de hacer todavía más espeso el clima, y la situación ya de por sí muy complicada se termina de tensar con la sedición, la rosca interna entre los hombres de Livius que –al filo de la desesperación- van a empezar a buscar alternativas menos convencionales y moralmente más cuestionables. La línea entre buenos y malos, que ya era borrosa en el Vol.1, acá es prácticamente imperceptible.
El desenlace será apoteótico: habrá muerte, sangre, rebeliones, sumisiones, más roscas y –finalmente- algún atisbo de misterio más o menos sobrenatural, que por supuesto queda pendiente para el Vol.3. Otra vez, el guacho de Marazano cierra el episodio en un momento crucial, definitivo, donde el continuará duele como duelen los huevos después de tres horas franeleando con una mina que no entrega. Pero sabe que vamos a volver. Esto está demasiado interesante como para colgar acá. El desarrollo de los personajes, el cambio de ritmo que permite profundizar, lo impredecible de los giros argumentales, la premisa del Vol.1, que quizás recupere peso más adelante… todo está pensado para que uno se fume mansito los dos años que faltan para leer el Vol.3 y lo compre el día que salga, sin chistar.
Un gran porcentaje de esos méritos le corresponden a Marcelo Frusín, que mantiene el altísimo nivel de dibujo que exhibiera en el Vol.1. Las páginas 2 y 3 son las más impactantes porque, claro, son las que tienen animales y Frusín es uno de los mejores dibujantes de animales que hay hoy en la historieta mundial. Después, cuando los humanos monopolizan las salvajadas, tampoco faltarán las escenas zarpadísimas, los fondos fastuosos, las iluminaciones extremas, las expresiones faciales fuertes (algunas logradas con una técnica gráfica distinta a la del resto del álbum, que le queda muy bien) y unas coreografías brillantes para los combates. Todo eso, además, realzado por el propio Frusín desde el color, que está perfectamente pensado para acompañar los climas que propone el guión.
Esto no se ve ni por accidente como la típica aventura francesa de ambientación histórica. Como en el Vol.1, Frusín aprovecha que el guión avanza a un ritmo más descomprimido y mete pocos cuadros por página, en los que se luce a full y puede asombrar (a los franceses) con muchos de los recursos que adquirió en sus años de producción para EEUU. Un trabajo realmente consagratorio para este maestro rosarino, al que –por esas injusticias del universo- en Argentina se conoce poco.
Recomiendo vehemente L´Expedition, una de las series 100% fundamentales que tiene hoy el mercado europeo. Y espero ansioso (por no decir al palo) el Vol.3.
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