Ahora que se me terminaron las historietas argentinas editadas en 2014, hago una pausa y clavo un clásico, un libro muy raro, publicado en 1991 por Página/12 en co-producción con la Universidad de Málaga y una empresa (creo) llamada Puente Díaz Vélez. La idea del libro era reunir trabajos de 28 historietistas incipientes, chicos y chicas que en 1991 estaban empezando a insertarse en aquel mercado en el que todavía tenían peso las revistas como Fierro, Skorpio y demás. Algunos ya llevaban años publicando profesionalmente y otros venían de aquella primera primavera del under, la de 1986-89, y para 1991 todavía batallaban en la arena de los fanzines, si tenían la suerte de que la hiperinflación no hubiese acabado con sus proyectos autogestivos. Me acuerdo que en aquel entonces la elección de quién formaba parte de esta antología y quién no causó bastante revuelo en el mundillo, pero realmente no me acuerdo qué ausencias fueron señaladas como las más injustas. Tras repasar el tomo, me queda claro qué PRESENCIAS dan motivo para la discusión y la polémica…
Algunos nombres que habían sonado con alguna fuerza en aquellos años de furor fanzinero, en este libro mostraron que realmente no tenían pasta para jugar en Primera, con historias indescifrables (o muy pavotas), con dibujos descuidados, rotulados desprolijos o puestas en página catastróficas. O todo eso junto. A esa categoría pertenecen Namger Zepol (que cuando quería dibujaba MUY bien, pero se ve que quería poco), Fabio Botte, ZAC y Gabriel Mancuso. También me encuentro con nombres que en aquel momento, siendo pibes jóvenes, calificaban para promesa, pero después se quedaron ahí, no supieron o no qusieron evolucionar hacia otra cosa, como Elías Abdul, Fabián García, Panda Legal o Javier Blanco Belvisi. Siempre quedará el “what if…?” alguno de estos muchachos se hubiesen propuesto con firmeza estudiar, mejorar, romperse el orto para llegar a un nivel más profesional…
Una realidad de aquel entonces era que todos se mataban por llegar a publicar en las revistas profesionales, pero la verdad que el espacio que les daban no era mucho y la paga era bastante escasa. Eso desanimó a muchos buenos artistas, que se terminaron por alejar de la historieta para subsistir en ámbitos más prósperos como la ilustración publicitaria, los storyboards, la ilustración infantil o la venta de choripanes en la cancha de El Porvenir. Así es como, pocos años después de la aparición de este libro, le perdimos completamente el rastro a historietistas muy interesantes, muy personales, que en 1991 eran mucho más que jóvenes promesas y hoy son prácticamente desaparecidos. Este libro me sirvió para recordar a algunos muy grossos, como Ralveroni, Agustín Comotto, el santafecino Rubén Giorgis, Luis Roca, Mariano D´Angelo, Silvia Maldini, Miguel Angel Scenna (que acá dibuja dos guiones patéticos del infaltable Pablo “Muñones”), o bestias sagradas como Cuk (Roberto Cubillas) y Pez (Alberto Quiroga). Muchos de ellos pusieron en este libro lo mejor que tenían y lo jerarquizaron con trabajos de un nivel muy, muy notable.
Y después me queda el pelotón de los muchachos que desde 1991 no pararon de trabajar en este medio, con mayor o menor exposición, con o sin la posibilidad de “escalar” hacia medios más masivos o a grandes editoriales del exterior. Son los nombres que uno reconoce al toque, porque siguen vigentes aún hoy. Son los que sobrevieron al wasteland de 1995-2005, Mad Maxes y Highlanders que recién ahora están arrimando a los 50 años y ya tienen una experiencia formidable, compuesta de buenas y malas. En esa bolsa meto a Esteban Podetti, Leo Manco, Pablo Fayó, el Niño Rodríguez (me volví a reir con sus historietas como el primer día), Jorge Lucas y Claudio Ramírez, Emiliano Migliardo… y bueno, un genio cuya carrera se terminó abruptamente en 2008, cuando decidió hacerse inmortal: me refiero al inolvidable Dani the O.
Seguro que en aquel entonces había más nombres de chicos y chicas que sonaban fuerte, que integraban aquella escena bastante más íntima, más secreta que la de ahora, por el hecho de que la interacción con los lectores era mínima. Pero bueno, este libro decidió rescatar del olvido a estos, y yo decidí rescatar del olvido a este libro, que en su momento tuve, presté, jamás volvió y hace unos meses volví a conseguir, después de décadas de considerarlo más extinto que los tricetatops y los votantes de la UCR.
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1 comentario:
En mi opinión, está buena la recopilación, garpa lo de dani the o, niño, podetti, fayo. Se consigue a 30 pesos en algunas librerías, por esa plata vale la pena.
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