Hace relativamente poco, el 3/10/14, me tocó reseñar el primer tomo de esta serie y quedé prendido fuego. Bueno, después de leer el Vol.2 me terminé de carbonizar. Ya no me quedan dudas: Michael Avon Oeming va por todo en las que, sin dudas, es LA obra de su carrera, la más compleja, la más osada, la más pasión transmite en cada una de sus viñetas.
No te dejes engañar por las portadas: The Victories no es simplemente un comic de superhéroes ambientado en un mundo crepuscular, sórdido y jodido. Es un comic repleto de matices, donde todos los personajes (buenos y malos) se ven enredados en complejos dilemas morales, en situaciones espesas de las que no hay una salida fácil, del tipo “le pegamos a los malos y se soluciona todo”. La corrupción, la manipulación de los medios masivos (que a la vez responden a un cónclave de villanos en las sombras), una extraña enfermedad viral, las drogas, una conspiración ancestral que tiene que ver con la luna y con los orígenes de un héroe y un villano… Avon Oeming entreteje todos estos elementos para mantener siempre muy al límite todos los conflictos.
Y si bien la machaca no suele funcionar como vía de resolución de los conflictos, está y tiene mucha presencia. Acá vas a ver peleas, explosiones y destrucciones tremendas, con consecuencias más parecidas a las del mundo real que a las de los otros comics de superhéroes. El autor no escatima crueldad a la hora de mostrar asesinatos, mutilaciones, canibalismo, torturas, gente que le mea la cara a otra gente… En ese contexto, los garches terminan por resultar casi pueriles. Así que si buscás un comic que te shockee, que te impacte con secuencias muy fuertes, de las que no se ven frecuentemente en la historieta yanki, The Victories también te va a enganchar.
En el Vol.1 notábamos que el protagonismo estaba muy concentrado en Faustus y nos preguntábamos si Avon Oeming abriría el juego al resto de los integrantes del equipo. Y la respuesta es sí, en este tomo Faustus tiene un rol más chiquito y los que se llevan muchas más escenas y un desarrollo increíble son D.D. Mau y Metatron. Me voy preparando para los próximos tomos, porque quiero ver qué cartas se guarda el autor para darle ese mismo nivel de complejidad y de carnadura humana a Sai, Sleeper y Lady Dragon.
Como si esto fuera poco, el dibujo sigue a un nivel altísimo. Con el correr de los episodios aparecen más personajes y siempre impacta el diseño de los trajes, de las armas, de los vehículos. A esta altura ya es difícil imaginar personajes con superpoderes con un aspecto único, original. Avon Oeming lo logra muchas veces en estas páginas. El claroscuro visceral, bien cargado de sensibilidad noir del dibujante se fusiona cada vez mejor, más armoniosamente con la paleta del colorista Nick Filardi. Y una vez más, lo más grosso termina por ser la narrativa, el constante riesgo, la constante búsqueda del autor en este rubro. Avon Oeming logra mediante un sinfín de recursos narrativos que la intensidad no baje nunca y que la sensación de asfixia, de “se está yendo todo a la mierda” no afloje jamás. Ni siquiera en las escenas más tranqui, el autor parece dispuesto a darnos un respiro. Eso hace que leer The Victories se convierta en una experiencia fuerte, casi traumática, 100% irrestistible y adictiva.
Comic de autor, pensado para un público adulto, y protagonizado por chabones y minitas con superpoderes. ¿Se puede, o es un disparate? Se puede. Michael Avon Oeming lo está demostrando y yo lo estoy disfrutando a pleno. Me encanta la onda neo-clásica de Astro City, con los héroes nobles, limpitos, adorados por la gente de su ciudad. Pero también me seduce esta onda sombría, siniestra, en la que la línea entre buenos y malos es tenue y en la que los protagonistas matan, garchan, escabian, se drogan, mienten y putean como colectiveros en un embotellamiento en la avenida Medrano con 38 grados de calor y el bondi repleto. Un poco de mugre cada tanto viene bien y The Victories te enchastra hasta el alma, con una calidad muy, muy notable.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario