el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 7 de diciembre de 2011

07/ 12: ICARO Vol.2


Hace un par de semanas, cuando me tocó reseñar el Vol.1 de este manga de los gloriosos Moebius y Jiro Taniguchi, repetía como un retrasado mental (o un funcionario del PRO) la frase “veremos qué onda en el segundo tomo”. Buena parte del éxito o el fracaso de este team-up entre genios del Noveno Arte se iba a dirimir acá, en la mitad final de la obra.
Y evidentemente, tengo que concluir que Icaro es una obra fallida. No en el sentido de que sea chota, para nada, sino en el sentido de que claramente los autores pensaron desarrollarla en muchísimas más páginas que las que componen estos dos libros. Uno de los dos plots más importantes del Vol.1 (el de la Teniente General, Tanaka y la gente con el poder de auto-detonarse) se come banco de suplentes casi todo el Vol.2 y cuando los autores se deciden a reactivarlo... se acaba la historia! Pero no en un final abrupto ni apresurado. Termina de redondearse el único plot al que le dan bola en este tomo, el del romance entre Icaro y Yukiko, y la vida en cautiverio del chico que vuela, y ese cierre “de episodio” resulta ser el cierre de la saga, porque todo lo que debería pasar después de eso, no pasa nunca. Andá a saber por qué, pero estos dos monstruos le pusieron fin a su colaboración unas 200 páginas antes de terminar de desarrollar los excelentes conceptos que pelaron en el primer tomo.
La casi totalidad de las 130 páginas de este tomo giran en torno a lo mismo: Icaro está enamorado de Yukiko y no va a parar hasta estar con ella. Si para eso tiene que enfrentarse al poderosísimo complejo científico-militar que lo tiene cautivo hace 20 años, ningún problema. Va y confronta. El amor de este chico por la científica que lo observaba funciona como detonante para un montón de secuencias de acción impresionantes, de machaca al palo, vibrante y de altísimo impacto, que son las que bancan el interés a lo largo del tomo. Por reencontrarse con Yukiko, el chico que vuela va a romper sus cadenas. O sea que buscando el amor se va a encontrar con la libertad, no sin antes sufrir como un condenado, porque tiene que pelear con una fuerza paramilitar muy jodida, que además conoce la debilidad de Icaro por Yukiko y la va a aprovechar. Fuera de la machaca y el romance, hay diálogos maravillosos, tensos y filosos, entre el Director Endo y el Doctor Kimura y no mucho más. El resto de los personajes tienen mínimo peso en la trama.
Pero claro, la machaca -protagonista indiscutida de este tomo- no es machaca común y corriente, sino que está dibujada por Jiro Taniguchi. Esto es rarísimo en el contexto de la obra de este autor. No hay ni por casualidad otras obras de Taniguchi en las que la acción y las peleas tengan tanta importancia. Incluso pareciera que Taniguchi leyó y estudió para este trabajo las obras de Jack Kirby, abanderado de los comics repletos de peleas entre gente con superpoderes. Esas splash-pages deslumbrantes, sobrecargadas de detalles y de líneas cinéticas parecen un híbrido entre un manga de acción (Akira, ponele) y un comic clásico de superhéroes.
Para Moebius eso no es nuevo: estudió en detalle a Kirby y a otros clásicos del género superheroico (Gil Kane, John Buscema, etc.) cuando tuvo que dibujar la saguita del Silver Surfer y su obra inmediatamente posterior (el sexto y último episodio del Incal) está tan impregnada de la narrativa y la estética que uno asocia con la Marvel clásica, que en Francia lo putearon de lo lindo (“te vendiste, traidor al Metal... Hurlant”). Taniguchi no se si se vendió, pero se animó a cambiar el caviar por el pochoclo. Y sin bajarse los lienzos, porque el nivel del dibujo del sensei es escalofriante. No sólo mete más y mejores líneas cinéticas que nunca, también se mata en las expresiones faciales, en las coreografías de las peleas, en la aplicación de las tramas mecánicas y en el diseño de un montón de artefactos tecno-futuristas, cosa muy infrecuente en la obra de Taniguchi (en oposición con Moebius y Kirby, que abusan de eso más que yo de la Levité de manzana).
O sea que, si bien parte de la historia nunca llega a cobrar forma, Icaro te devasta desde la faz gráfica, que ofrece lo mejor de dos mundos. Si había alguien a quien no nos imaginábamos incursionando en las temáticas superheroicas era a Taniguchi, pero acá vino, vio y venció. Ojalá algún día los próceres se reúnan para darle un final bien power a esta cautivante epopeya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada que ver, pero he leído rumores de que este blog, no sigue el 2012. Si es Así, se te agradece de antemano, la cantidad de reseñas, la infinita buena onda, ocn tus seguidores, etc. Pienso que esta comunidad no puede romperse así no más, yo te pido , si quieres solamente, que sigas con el Blog cada 15 días( otros pedían una nota semanal). Que estés bien amigo.

Patricio Córdova.

Redskull dijo...

Lo primero que se me vino cuando lei ese euro manga es...taniguchi haciendo escenas de accion y encima QUE BIEN LAS HACE EL HDP. Eso demuestra que taniguchi si quiere puede incursionar en cosas mas pochocleras. Un capo. Gracias