Como en Abril laburé sólo medio mes con la distribución, no me parece que las cifras de venta sea significativas como para publicarlas. Va a tener más sentido hacer los primeros días de Junio un ranking de Abril + Mayo. Y de paso, tenemos una reseña más de comics, que de eso se trata este blog.
Hiram Lowatt & Placido es una serie de los ´90, de la que sólo se realizaron dos álbumes. Una pena, porque tenía un equipo creativo descomunal: guiones de David B. y dibujos de Christophe Blain, dos nombres de recontra-lujo. Y por suerte se trataba de episodios autoconclusivos, o sea que cuando la serie se cortó, no quedaron historias colgadas con cabos sueltos, como pasó con el team-up entre David B. y Joann Sfar que vimos hace poco. Las aventuras de Hiram Lowatt y Placido están ambientadas en el Lejano Oeste en 1880, poco después del triunfo de las fuerzas del Norte por sobre las del Sur, en una región bastante inhóspita, en la que los pueblitos de los cowboys se ven frecuentemente asolados por los ataques de los comanches. Hiram Lowatt es un intelectual, un prestigioso periodista e investigador de Providence, al que acompaña su guardaespaldas/ confidente Placido, un aborigen piel roja que no habla pero actúa cada vez que hay que salvar las papas.
Dentro de ese contexto, los guiones de David B. se juegan a introducir elementos fantásticos muy idos al carajo, de los que rara vez vimos integrarse a los clásicos relatos del Oeste. Esta vez, además de la amenaza de los indios, los habitantes de Goliado, Texas, tendrán que vérselas con la insurrección de... los objetos inanimados! Tenedores, sogas, sillas, durmientes de las vías del tren, postes y herramientas cobrarán vida, habla y raciocinio y se organizarán para combatir a sus propietarios, sin importrarles que sean blancos o pieles rojas. Vos me dirás “Ah, es una historieta cómica...”. No. Esto está contado en serio, presentado por David B. con un tono dramático, grave, con consecuencias jodidas y cero clima de delirio o bizarreada. Hiram Lowatt, caracterizado como un tipo excesivamente racional, enfrentará a la sublevación de los objetos desde la lógica, partiendo de la comprensión de cómo y por qué estos adquirieron la facultad de moverse y pensar por sí mismos. Frente a la extraña amenaza, el resto de los blancos quedarán como tipos muy precarios, muy limitados, tan oscurantistas como los indios, aunque decididamente más violentos.
A lo largo de las 56 páginas del tomo, la historia nos lleva de modo gradual y a la vez muy coherente hacia el combate a tres puntas, un todos contra todos entre blancos, comanches y objetos, donde no hay cabida para las treguas ni para las alianzas. Lowatt y Placido serán los únicos partícipes de estos sucesos con la mente fría como para evaluar lo que está pasando y buscar la forma de ponerle fin a la masacre, que arranca unas 11 ó 12 páginas antes del final y termina un par de páginas antes del mismo.
Todo este clima trágico, misterioso, contaminado por un misticismo oscuro y ominoso, está plasmado a la perfección por el arte de Blain, que acá sorprende con un trabajo realmente consagratorio. No sólo está todo obscenamente bien dibujado, no sólo está cuidadísima la narrativa, no sólo el grafismo de Blain evoca con elegancia y personalidad la sordidez y la mugre en la que vivían estos hombres y mujeres. También está el color y es un color aplicado con técnicas pictóricas, un color que realza la belleza del dibujo, que le da volumen, texturas, fuerza. Blain es un monstruo en blanco y negro y siempre se entendió bien con los coloristas con los que le tocó trabajar. Pero acá ensaya algo totalmente distinto, por ahí más para el lado de Lorenzo Mattotti, y logra darle a esta historia violenta, por momentos casi grotesca, un vuelo poético y una calidad plástica que la ponen entre las obras más perfectas (por lo menos en cuanto al dibujo) de este genio del comic francés.
Si querés descubrir una aventura totalmente atípica, salpicada con algunos de los clásicos clichés del western, con un guión raro pero no críptico y unos dibujos que te van a obligar a cambiarte varias veces la ropa interior, salí a cabalgar por Texas con Hiram Lowatt y Placido. Te aseguro que va a ser una experiencia definitiva. Ah, antes de que alguno pregunte: esto está editado en castellano por Norma, así que –previa entrega de una cuantiosa fortuna, equivalente al presupuesto anual de varias provincias y algún club de futbol- se debe poder adquirir sin mayores inconvenientes. Prometo para este mes la reseña del segundo y último tomo de esta extraña gema en las coronas de los inmensos Christophe Blain y David B.
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4 comentarios:
Que nivel de "comentaristas" del blog. La pelicula de Spiderman "10 comentarios". un libro de David B con Christophe Blain "O comentarios"!...(bueno, ahora esta el mio).
Un abrazo! a ver si le echamos el guante a esta joya algun dia.
Y bueno, uno es un producto masivo, manijeado a morir por los medios de comunicación, el otro es una obra artística de claro perfil minoritario, generada en otro siglo y en otro continente. No me resulta taaan raro que despierte mucho menos interés.
o que a quienes les despierta interés no les interesa comentar...
a mi me pasa eso
Y que tiene que ver el Hop Frog del título con el argumento?
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