Acá tenemos otra de las muy buenas series de la Image actual, a la que quizás no se le dio toda la pelota que merece. Ten Grand estuvo parada un tiempito, pero los episodios siguen apareciendo (a veces un poco espaciados) y para el mes que viene ya se anuncia el segundo TPB. Los primeros cuatro episodios arrancaron con un Dream Team: guiones de J.M. Straczynski y dibujos de Ben Templesmith. Pero en un momento, el glorioso artista austarliano tildó y dejó de responderle los mails al guionista, dejó su cuenta de twitter, abandonó su blog… virtualmente cortó la comunicación con el mundo. A tal punto que Straczynski se calentó y le avisó a través de los medios de prensa que estaba afuera de la serie, y que su reemplazante sería C.P. Smith, a quien vimos allá por el 30/05/13 al frente de la faz gráfica de The Programme. Este tomo ofrece cuatro episodios dibujados por Templesmith y dos por Smith (se nos cayó el Temple).
Alguien elogió a Ten Grand con la frase “llena el agujero que nos dejó Hellblazer” y la verdad es que coincido muchísimo. Esto es un toquecito más cabeza que Hellblazer, porque en casi todos los episodios hay tiroteos, piñas o ambas cosas. Pero sin dudas va para ese lado y va muy bien. La historia combina mugre urbana, la sordidez del submundo de los asesinos a sueldo, con un complejo entramado de ángeles y demonios, de almas cautivas, de gente que resucita una y otra vez en busca de la redención, o simplemente del amor. A las clásicas roscas entre el Cielo y el Infierno acá se suma un protagonista humano, muy heavy, que sabe mucho de estos temas y tiene un arsenal místico bastante considerable. Joe Fitzgerald fue un sicario al servicio de un capo mafioso, hasta que su esposa fue masacrada y recibió una oferta de los ángeles: cada vez que muera por una causa noble, podrá compartir cinco minutos con su mujer y luego volver a la vida.
Pero lo cierto es que, a pesar de lo atractivo de la consigna, pensada para estructurar una larga serie de episodios, Straczynski pega el volantazo muy temprano y para el final del cuarto episodio, manda a Joe al Infierno a buscar el alma de su mujer. En seis capítulos, las veces que lo vemos morir para ayudar a un inocente son… una sola, sobre el final de un arco muy intenso, muy ganchero, que combina perfectamente la escencia del hard boiled con la machaca sobrenatural. Ojalá la serie retome ese planteo y veamos a Joe tratar de resolver otros casos vinculados al misticismo para morir, ver a Laura y resucitar.
Lo mejor de este primer TPB son, por un lado, los diálogos: afilados, zarpados, muy graciosos, con muchísima onda. Y por el otro, la magia que tira Straczynski para mechar en medio de todos estos despelotes unos flashbacks formidables al pasado del protagonista, cuyo camino al Infierno empieza a los 13 años, cuando boletea a sangre fría a… no te lo puedo contar. Cada vez que puede, el guionista nos revela algún momento más del pasado de Joe y son todas escenas tremendas, que nos revelan a un personaje oscurísimo, cuya única virtud es el genuino amor que siente por su mujer.
El trabajo de Ben Templesmith en los cuatro episodios que dibuja es realmente brillante. A su habitual talento para el expresionismo pasado de rosca, acá agrega un cuidado poco frecuente en los fondos y en el arma de Joe, que se ve sumamente realista, mientras que los dedos que la sostienen a veces son un alambre retorcido, un garabato a mano alzada de esos que tan bien le quedan al australiano. El color es alucinante, lleno de matices, de texturas, perfecto para enfatizar los climas jodidos por los que transcurre el relato. Los demonios, los fantasmas, las explosiones, los tugurios inmundos… todo está fantásticamente bien dibujado. Y cuando llega C.P. Smith, llega con una sorpresa, porque despliega un estilo que se parece poco a lo que habíamos visto en otros trabajos suyos. Acá el autor se juega todo a la paleta digital, a lograr efectos zarpados de iluminación, texturas raras, volúmenes y demás yeites con técnicas 100% digitales. Y le queda muy bien, primero porque se despega bastante de la manada de los Juan Carlos Flicker, y después porque estos experimentos locos le salen muy bien. Obviamente desaparece ese clima espeso, ominoso, de “se pudrió todo” tan presente en las páginas de Templesmith. Pero el arte de Smith transmite otras sensaciones, que también pegan fuerte.
Si eras fan del Hellblazer de Garth Ennis, Ten Grand te va a asesinar. Straczynski y sus dibujantes nos cerraron el orto a los que creíamos que ya no había más formas posibles de combinar el hard boiled o el policial urbano con la onda mística de ángeles y demonios. Y lo hicieron con mucha categoría, en una serie cuyo arranque me dejó muy cebado, pidiendo más. Dejate corromper por esta historia de violencia, amor, mala leche y redención.
jueves, 22 de enero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Buenisima la anécdota de Templesmith! ¿Que ahora este haciendo una serie de misticismo+policial como es "Gotham by Midnight" sera la forma de vengarse o de buscar una segunda oportunidad?
¿Posta esta bueno lo de C. P. Smith acá? En "The Programme" me reventó MUCHO todo lo que metía de fotografía, me pareció demasiado ladri
Acá va para otro lado. En vez de Juan Carlos Flicker ahora es Juan Carlos Wacom.
La verdad es que, si no te molesta la proliferación de técnicas digitales, se disfruta muchísimo.
Que bueno que la leíste... una de mis series favoritas del año pasado y estoy esperando el segundo TPB para ver cómo avanza la historia. Por cierto, dejo constancia escrita que si muero ahogado por la pila de comics que tengo por leer, es todo culpa de este blog :P
Publicar un comentario