el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 10 de mayo de 2015

10/ 05: TIGRES DE BENGALA

Y acá tenemos un ejemplo 100% opuesto al que vimos el otro día. Dos meses antes de aquel álbum de Fernando Fernández, en Septiembre de 1979, la colección Un Uomo un'Avventura presentó este álbum escrito por Gino D´Antonio y dibujado por el maestro Guido Buzzelli, donde todo funciona como tiene que funcionar.
El texto introductorio de D´Antonio nos explica cómo se vivía en la India a principios del Siglo XIX, de qué jugaba la secta de los thugs y qué hacían los ingleses en el populoso país asiático. Es un texto completo, detallado, repleto de información que por suerte NO se va a repetir durante la historieta. Una vez que esta arranca, se terminan las explicaciones y los contextos históricos, religiosos y socio-políticos pasan a ser apenas un marco para contener lo realmente importante, que es la aventura. Esa es la apuesta fuerte de D´Antonio y Buzzelli, que felizmente garpa muchísimo, porque logran una trama muy ganchera, con una intensidad poco frecuente para este tipo de relatos.
Lo mejor que tiene Tigres de Bengala es que no hay buenos. El protagonista es Raven, un atildado funcionario británico que un día se deja seducir por la codicia y se convierte en un corrupto inescrupuloso, capaz de matar para silenciar sus tramoyas financieras. Y cuando ya no le queda otra que pasar a la clandestinidad, se deja cegar también por la lujuria y se juega la vida para apoderarse de una mina que lo enloquece, una virgen hindú con una extraña conexión con la diosa Kali. Por esta chica, que casi no le dirige la palabra, Raven será capaz de cualquier cosa, hasta de parar colectivos con la chota. Asumirá riesgos, se meterá en peligros, perderá, resurgirá, estará a milímetros de llevarse el premio mayor y al final tanta vorágine se convertirá en tragedia, de esas en las que nadie logra ni siquiera una mísera redención.
Lo único mínimamente criticable es que la aventura agarra ese ritmo frenético cuando ya van 15 páginas. Todo el primer tramo consiste básicamente en contarte que Raven es un hijo de puta, chorro, asesino, avechucho, que desprecia a los hindúes, a sus tradiciones, su cultura y su país todo. Está todo muy bien narrado, pero por ahí hace un poquito de ruido cuando el guión mete el cambio y empieza a avanzar a otra velocidad, con un vértigo muy atractivo, que en las primeras páginas uno no sospechaba ni ahí. Y quizás lo mejor del guión sea la introducción de los elementos religiosos, que aportan esa arista sobrenatural, fundamental para que el desenlace sea completamente impredecible.
El dibujo de Buzzelli adolesce de lo mismo que habíamos visto en el trabajo de Fernando Fernández: esa técnica de color (con tintas o acuarelas, supongo yo) que no es ni color directo posta, ni color aplicado. Es un híbrido muy tibio, muy pecho frío, que hace que todo el tiempo uno esté deseando ver a través del color, para disfrutar de la línea en estado puro, en un blanco y negro que sospecho que debe haber sido majestuoso. Ojo, hay algunas viñetas (muy pocas) en las que Buzzelli baja un cambio, o muestra un poquito de apuro para liquidar la cuestión. No es todo maravilloso. Pero la gran mayoría de estas páginas nos muestran a un dibujante de desbordante virtuosismo, con un gran manejo de la estética realista, excelente en las expresiones faciales, cuidadoso en todos los detalles, impactante a la hora de dibujar animales, paisajes y rostros femeninos, potente a la hora de graficar la acción. El Buzzelli de esta época (el Buzzelli maduro, porque moriría en 1992 con 65 años) era una especie de Antonio Hernández Palacios más dinámico, menos estático. Y de nuevo, me imagino lo que debe ser esta historieta en blanco y negro y me vuelvo loco, me quiero morfar el álbum con unas rayaduras de chocolate o un poquito de azúcar impalpable.
Tigres de Bengala, con sus 36 años a cuestas, me enganchó con una historia fuerte, que aprovecha al máximo la ambientación histórica sin caer en el enciclopedismo, con un protagonista muy bien trabajado, mucha acción, mucho ritmo, mucha mala leche y un dibujo mayoritariamente brillante. Un clásico en serio, no como el River-Racing de hace un rato, que fue un suplicio…

2 comentarios:

Fede dijo...

Andrés, en Walmart de San Fernando están liquidando a precio bajísimo unos libritos de la tira "Dilbert", tenés idea si vale la pena? Perdón por joder con algo que nada que ver. Gracias!

Andres Accorsi dijo...

No leería nunca Dilbert traducido al castellano, Fede. Si lo ves barato y en inglés, entrale.