el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 25 de mayo de 2015

25/ 05: ANTOLOGIA DE HEROES ARGENTINOS Vol.5

Después de una primera entrega que mucho no me convenció, me bajé de esta serie y le perdí un poco el rastro… hasta que un amigo me regaló este quinto tomo y dije “nah, me estás jodiendo. ¡Esto lo tengo que leer!”.
Esta vez el nombre del libro contradice a su contenido: no se trata de un compilado de historias cortas sino de una única aventura de 50 páginas, a cargo (casi) de un único guionista. Es, prácticamente, una novela gráfica, en la que seis héroes deben enfrentar una crisis a gran escala, algo con lo que Toni Torres (el guionista a cargo este “crossover final”) soñó desde hace muchos, muchos años. Finalmente lo pudo llevar a cabo en este libro de impecable factura técnica, con un papel y una impresión realmente lujosos, de notable calidad.
Los protagonistas de la aventura son Carlitos (el crédito local de Universo Retro), Camulus, Animal Urbano (que venían apareciendo en casi todos los tomos de la AHA), Shamana (personaje que quizás no te suene: fue creada en 1991 por Sanyú y Jorge Lucas y sólo había aparecido en tres ocasiones), y dos personajes a los que vi nacer en las páginas de Comiqueando: Bruno Helmet y el Caballero Rojo. Además aparecen muy brevemente, en cameos mínimos, otros 30 ó 40 personajes, algunos muy oscuros, entre los que me sorprendió ver, por ejemplo, a King Cop. Le pregunté qué onda a su creador, Luciano Saracino, y me confirmó lo que yo sospechaba: ni las aventuras de King Cop transcurren en Argentina, ni nadie vinculado a este proyecto le consultó si podían utilizar a este personaje.
Lo más acertado que tiene el guión es ese momento cerca del final en el que Torres explica por qué son esos seis personajes y no otros los elegidos para vencer a la amenaza final. Lo más flojo es cuando intenta justificar por qué es Argentina el lugar elegido por la Muerte para manifestarse. Dice Shamana: “La corrupción, la desconfianza, la falta de fe y esperanza, los robos, los asesinatos. Nuestro país está hundido, ha perdido sus valores. Nunca hubo un momento de tan poca fe. Nadie cree en nada ni en nadie. Todos tienen miedo, todos odian al otro”. En fin… detrás de eso se ve con toda claridad una posición política que obviamente no comparto. No te digo “poné la tele y mirá lo que está pasando en este momento en Plaza de Mayo”. Te digo simplemente “salí a la calle, recorré un poquito el país, hablá con la gente”… A menos que te cruces con zombies que sólo miran TN, te va caer la ficha de que Argentina es otra cosa, que los valores están, que la fe está, que mucha gente cree más que nunca en el futuro, en algunos líderes, en algunos proyectos… Pero bueno, este espacio no existe para discutir de política con los guionistas de los comics que leo.
Al tratarse de una amenaza sobrenatural, es casi lógico que la forma de vencerla sea demasiado fácil, más vinculada a un pase de magia que a la lucha de los personajes. No se puede criticar demasiado esa movida. Y los diálogos entre los seis protagonistas están bien: Si fueran más a fondo, las 50 páginas quedarían demasiado sobrecargadas de texto.
En cuanto a los dibujantes, las secuencias protagonizadas por varios héroes se las reparten entre Mariano Navarro (como siempre afiladísimo en las expresiones faciales, con cuerpos de gran dinamismo y narrativa impecable) y los Silva Brothers, correctos, pero más fríos, menos expresivos. En el concurso de “a ver quién dibuja menos fondos” ganan los Silva, pero por muy poco. Juan Pablo Massa completa con algunas páginas de varios héroes juntos, con fondos más laburados y personajes más duros, menos plásticos. Después hay una secuencia de Camulus y Carlitos dibujada por Jorge Blanco (creador de Camulus) en un estilo rústico, muy sobrecargado, donde también se ven personajes de poca ductilidad, casi tallados en madera. Edu Molina, en cambio, la rompe en esas cinco páginas donde sólo aparecen Animal Urbano y Carlitos; y Fernando Calvi dibuja Y ESCRIBE cuatro páginas “solistas” de Bruno Helmet, en su estilo más actual, más personal, de un modo tan idiosincrático y tan ingenioso que logra que esas páginas se puedan leer como una aventura autoconclusiva en sí misma, que podría haber aparecido en cualquier otro tomo de la AHA, en la Fierro, en la Comiqueando o donde se le cante al autor. Gracias a esa secuencia planteada por Calvi, Bruno Helmet termina por ser el único de los seis protagonistas que llega a plantearse por qué carajo hace lo que hace y crece en esas cuatro páginas más que los otros cinco héroes en las 46 restantes.
Sospecho que hace 15 años, cuando muchos vibrábamos con las aventuras de Caballero Rojo, Animal Urbano, Bruno Helmet y demás, esto hubiese sido no sé si un furor, pero seguro mucho más de lo que es hoy. Hoy la historieta argentina (para bien o para mal) agarró para otro lado y una aventura como esta (casi obsesiva en su afán de parecerse a las típicas crisis que tanto abundan en los comics de superhéroes) pasa a ser una bizarreada medio marginal, una curiosidad medio freak en la que los lugares comunes le ganan la pulseada al talento artístico, que por suerte también está. Porque tampoco estamos hablando de un bofe infumable, ni mucho menos…

1 comentario:

Mobald dijo...

También, entiendo yo (o por lo menos así me gusta analizar las cosas), cualquier objeto debe atravesarse por la lupa de su contexto. Que Universo Retro, desde su lugar de editorial, pretenda sacar una historia "retro" (desde lo narrativo) utilizando los personajes de la historieta superheroica de los noventa en Argentina... habla.
Es una historia que no pretende ser otra cosa más que retro. Como bien decís, para bien o para mal, la historieta argentina ha evolucionado hacia otro lugar, entre el culto de artistas que utilizan el medio para contar historias personales o los dibujantes que desarrollan sus carreras en el mainstream norteamericano y se les nota al publicar acá.
Yo, personalmente, celebro que esto exista y que una editorial o empresa, guarde la relación entre sus productos y el proyecto por el cual abogan.
Saludos!