el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 8 de abril de 2012

08/ 04: LA REBELION DEL EMBLEMA

Cuando uno lee los mangas de samurais de Hiroshi Hirata se convence de que estos tipos perdían fácilmente la cabeza... en sentido literal. Este tomo nos ofrece cinco historias, con más de una decapitación por historia. Una de ellas (obviamente la más brutal), perpetrada a mano limpia, en un combate cuerpo a cuerpo entre dos montañas de músculos cuyas caripelas le forzarían un cambio de pañales a más de un superhéroe.
La primera es una historieta sumamente atípica en la obra de Hirata. El protagonista es un hombre de débil contextura física, pero de una inusitada genialidad intelectual. Es una historia acerca del valor de la palabra, del saber, e incluso de la ideología. Shoin Yoshida (apodado “el sensei”) pone en riesgo su vida una y otra vez por bajar línea, por hablar de los padecimientos de los pobres, de los privilegios de los ricos y de los esfuerzos de los poderosos por mantener este status quo que garantiza “la fiesta para pocos”. Lo más loco es que no habla del capitalismo salvaje del Siglo XXI, sino del sistema feudal. Hirata dota a Shoin Yoshida de una expresividad increíble, nada frecuente en estas historias donde los “héroes” suelen ser guerreros adustos, duros, nada propensos a exteriorizar sus emociones.
La segunda historia tiene un planteo bastante pobretón, relacionado con el kaishaku, que es el golpe con el que un guerrero debe decapitar a aquel que –para resguardar su honor- decide cometer sepukku. De una boludez se hace una bola tremenda, que igual consiguió ponerme nervioso, sobre todo por la crueldad con la que el protagonista mata perros y gatos.
La tercera arranca como la típica historia de conspiraciones, en la que un señor feudal detecta un intento de traición o sublevación por parte de alguno de sus súbditos y lo manda a eliminar. Acá los traidores son –casualmente- los guerreros más pulenta del clan y los que tienen la misión de liquidarlos son casi tan pulenta como ellos. Así es como antes de la mitad de estas 44 páginas, la historia derrapa hacia una de machaca sanguinolienta, de una violencia y una crudeza que te hielan la sangre.
Le sigue la historia que le da nombre al libro y que se sostiene en un conflicto tan ridículo que no te la podés tomar en serio, aunque Hirata maneje bien la tensión y logre impactar con su habitual dosis de combates truculentos y electrizantes. Sólo una sociedad de psicópatas puede castigar a Gengo (el protagonista) por lo que se lo castiga acá. De nuevo, como en Kaishaku, se arma un bolonki infernal a raiz de algo tan mínimo, que uno siente que a la historia le falta sustento. Por suerte es la mejor dibujada del tomo.
Esa tendencia de dejar que un conflicto pelotudo crezca hasta desatar una hecatombe llega al paroxismo en la última historia del tomo, La Mentira, la única que no escribe Hirata, sino Shigeo Furuya. Acá, una discusión entre dos adolescentes acerca de cómo nacen los bebés, termina en una tragedia de proporciones, con muertes, violaciones y un garche cuasi-incestuoso entre hermanastros. De nuevo, la tensión dramática funciona y el dibujo de Hirata cumple, dignifica, fascina y emociona. El problema es –una vez más- el disparador de la historia, no el desarrollo (que es excelente) y no el final, que es previsible pero no por eso menos potente.
Hiroshi Hirata realizó estas historietas en la primera mitad de los ´70, cuando su estilo ya estaba afianzado y más adelante les metió algunos retoques. O sea que, a nivel visual, esto es apabullante. Son páginas y páginas de narrativa perfecta, destreza absoluta en la anatomía, en el balance de blancos y negros y en la aplicación de aguadas y tramas mecánicas. Lo único criticable es lo que señalalmos en alguna reseña anterior: varios personajes masculinos se parecen bastante entre sí y si no prestás mucha atención, te los podés llegar a confundir. Pero este es el Hirata imbatible, el que estudió Frank Miller, el que logró que los fans del gekiga nos aprendiéramos de memoria los usos, costumbres y hasta el vocabulario del Japón feudal.
No jodo más con Hirata por un tiempo largo. Lo prometo. Y si no cumplo, me abro el vientre con una katana y le pido a Antonio, mi vecino del primero B, que me haga el kaishaku.

4 comentarios:

Monsa dijo...

Este es uno de los tomos que no he tenido el placer de leer. Andres no sea cagon y comprate los 5 tomos de Satsuma Gishiden de Dolmen , el arte del maestro te va a deslumbrar.

Saludos.

Andres Accorsi dijo...

Si los veo baratos, con mucho gusto me los compro.

Andrés G. dijo...

Andrés, ahora que tenes hechas las reseñas de 5 unitarios de Hirata. Te harías un TOP5? Ordenándolas desde la que menos te gusto (Que si no le pifio es 'Promesas Rotas) a las que más?

Gracias, un saludo!

Andres Accorsi dijo...

A ver...
5) Promesas Rotas
4) Heroes Anónimos
3) Relatos Insólitos de Samurais
2) La Rebelión del Emblema
1) Orgullo de Samurai