el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 22 de abril de 2012

22/ 04: SKY DOLL: SPACESHIP COLLECTION

En este hermoso TPB, los grossos de Marvel recopilaron los dos tomos de historias cortas de Sky Doll que salieron en Francia después de los tres tomos oficiales de la saga. Para ser una antología, esta no ofrece tanta diversidad, primero porque todas las historias están ambientadas en un universo cerrado, cuyas reglas básicas el lector ya conoce. De hecho, muchas de las historias intersectan en algún momento de la saga principal. Y segundo porque todos los guiones están escritos por Bárbara Cánepa, por Alessandro Barbucci, o por los dos juntos. O sea que los padres de la criatura abrieron el juego, pero sin resignar en lo más mínimo el control sobre un universo del que –evidentemente- sabían mucho más de lo que nos contaron en la trilogía original. Veamos cómo les fue.
La primera es una linda, inteligente, sutil historia protagonizada por Noa y dibujada por el italiano Matteo De Longis, cuya estética está bastante pegada a la de Barbucci. La segunda es casi un chiste largo, con un argumentito que no daba ni a palos para ocho páginas. El dibujante es otro italiano, Claudio Acciari, que directamente es un Barbucci de la B Metropolitana, un clon desmejorado del creador de la serie, que abusa de los efectos del color aplicados con la computadora.
Vamos para Francia, que hay papa fina. La tercera historia tiene un argumento también chiquito, al que –para que se aguante ocho páginas- Barbucci y Cánepa complementan con un muy buen desarrollo de personajes. El dibujo es de un francés, Pierre-Mony Chan, muy bueno y no tan tributario del estilo de Barbucci, sino más cerca de una estética de comic-book yanki. Lady Club Driver es otra historia co-escrita por Barbucci y Cánepa, que al revés de las anteriores tiene demasiado plot para ocho páginas. La aventura está buenísima, pero habría quedado mejor si se hubiese desarrollado a lo largo de cinco o seis páginas más. Para dibujarla convocaron a un francés, Riff Reb´s, con un estilo radicalmente distinto al de la mayoría, más para el lado de André Franquin. Un capo del cual quiero conseguir más trabajos hoy mismo.
Para cerrar el primer tramo, otro francés, el bastante aburrido Bengal, dibuja una historia chata, apenas inquietante. Y cierra el propio Barbucci, que dibuja con muchas pilas (y muchas ganas de experimentar y probar técnicas y enfoques limados) un guión de Cánepa bastante menor.
El segundo tramo, centrado en la Papisa Ludovica y su hermana Agape, también abre con una colaboración entre Bárbara y Alessandro, muy rara, muy experimental, con unos dibujos totalmente pasados de rosca y una narrativa que por momentos parece la de Katsuhiro Otomo. MUY intenso. Después viene una aventura menor pero muy linda protagonizada por Roy, dibujada como los dioses por Mikael Bourgoin, otro francés. Y enseguida otra historia rara, muy dialogada y con un final muy impactante, dibujada por el chino Benjamin, con su habitual virtuosismo, pero sin basarse en fotos.
Le sigue una historia flojita, dibujada por el serbio Gradimir Smudja, un autor bien tercerón, que lo poco que dibuja bien se lo afana alevosamente a Juan Bobillo. Y la más chota del tomo, Blood Red Shoes, dibujada por otro francés, Afif Khaled, con menos destreza que un pingüino empetrolado. Para cerrar, una joyita desbordante de lirismo, onda, gracia y crueldad, mucha crueldad. Escribe Cánepa y dibuja un genio total: el español Enrique Fernández.
Si sos fan de Sky Doll, no lo dudes un segundo. Si querés descubrir a cuatro o cinco dibujantes grossos, tampoco. Y si querés comprobar con tus propios ojos cómo Marvel se animó a publicar comics en los que se ven claramente pijas, conchas y sexo sadomasoquista con látigos, dildos y chiches varios, tampoco.

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