Esta es una historieta de 1978, de cuando los autores que tradicionalmente habían transitado los caminos de la aventura convencional, la de los géneros clásicos, la de héroes y villanos, de pronto se comprometieron con esa impronta más adulta, más madura, cuyas raíces podemos ver en las historietas de la editorial Frontera, a fines de los ´50. Para mediados de los ´70 ya era bastante obvio que a los pibes les gustaba más la tele que la historieta y los mercados buscaron retener a los adultos y adolescentes con una fórmula muy interesante: una aventura más sofisticada, menos maniquea, con más matices, con espacio para sexo y violencia en mayor cantidad y con un cierto cinismo que a veces empañaba a la epopeya. Con pretensiones, también, ¿por qué no?
Zephyd es eso: aventura clásica con pretensiones. Los guiones de C.S. Cidoncha nos muestran al típico héroe noble y valiente, en aventuras en las que, además de la machaca, hay un apunte o una reflexión más profundos. El primer episodio habla de la naturaleza venal, artera e insolidaria del ser humano. La segunda historia habla de la religión como engaño para la gilada. La tercera plantea el debate de la libertad vs. las ventajas de estar sometido al más poderoso. Y en las dos últimas ya no queda más remedio que encauzar a Zephyd rumbo al conflicto final con “el villano” y resolverlo, por eso no hay subtextos más jugados.
En general, y gracias a su acotada extensión, el álbum se hace sostenible y hasta por momentos disfrutable. Lo lastran un poco los diálogos, abultados y pomposos, pero nada que te pueda horrorizar si en los ´70 leíste historietas de Columba, o incluso de Skorpio. Lo que menos me cerró fue el final, un poco abrupto, con soluciones mágicas, muy radicales, que cambian todo de un segundo al otro. Okey, siempre hay algún elemento sobrenatural que ayuda a justificarlo, pero a veces suena demasiado a deus ex machina.
A todo esto, ¿cómo caí en la enésima aventura de espada y brujería setentosa con chabones musculosos, monstruos abisales y minas devastadoras con escasísima vestimenta? Porque la dibuja Alfonso Azpiri, un dibujante por el que siempre tuve una cierta debilidad. Yo relaciono a Azpiri con los ´80, por eso me intrigó una obra suya de un período anterior. Y la verdad que esto se parece poco a los trabajos de los ´80 que me hicieron fan de este dibujante español. Este primer Azpiri no se despega casi nada de la impronta de Esteban Maroto, el gran referente del comic de espada y brujería que tuvo España en los ´70. De hecho no hay un sólo fondo que no parezca dibujado por Maroto. En la anatomía y en algunos aspectos de la composición de las viñetas, se nota el gusto de Azpiri por Neal Adams, y hasta hay algunos choreos muy evidentes a dibujos del astro norteamericano. En los primeros planos, en cambio, se ven muchos rasgos heredados del Viejo Breccia, el dibujante al que la gran mayoría de los españoles de estilo realista salieron masivamente a imitar desde principios de los ´70, cuando en Europa se conocieron El Eternauta y Mort Cinder. Y después hay muchos detalles en monstruos, armas, etc. muy cercanos a lo que había hecho Barry Windsor-Smith en Conan. O sea que tenemos a un Azpiri muy derivativo, muy poco original, que ni siquiera había desarrollado esa técnica de color que hacía tan atractivas a sus historias en los ´80.
En promedio, Zephyd es una historieta bastante olvidable, y a la vez testimonio de una forma de pensar el comic que alguna vez fue hegemónica y hoy no existe más. Si sos completista de la obra de Alfonso Azpiri, capaz que te interesa tenerla. Si no, es un entretenimiento apenas eficaz para pasar un ratito.
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2 comentarios:
Compré esta obra en el Parque a principios de los 80 (1984?), junto con ALPHA COSMOS, de los mismos autores, y desde entonces soy fan de Azpiri, aunque en esa época no había llegado a su nivel posterior. Gracias, esto fue un viaje en el tiempo.
a mi tambien lo que mas me atrajo de esta obra fue el dibujo, me gusta mas q lo posterior de Azpiri
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