el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 7 de mayo de 2011

07/ 05: ASTONISHING X-MEN Vol.3


Después de un segundo tomo algo dubitativo, Joss Whedon pegó un zarpazo impresionante y logró superar sus logros de aquel primer tomo que me convirtió en fiel (aunque tardío) fan de su etapa al frente de esta serie.
Como en el segundo tomo, esta vez la amenaza viene de adentro, de las entrañas mismas de la Mansión. Como en los dos tomos anteriores, avanza a ritmo lento pero seguro el sub-plot del Breakworld, que sin duda va a ser central en el cuarto (y último) tomo. Y mucho más que en los tomos anteriores, Whedon logra resultados increíbles cuando se mete adentro de la psiquis de los personajes, cuando los deconstruye desde adentro, desde la esencia misma de Wolverine, Cyclops, Kitty Pryde, Colossus, Beast o Emma Frost. El creador de Buffy demuestra conocer perfectamente a cada uno de ellos y para todos tiene toquecitos magistrales e impredecibles, de esos que los redefinen, o mejor todavía, que los explican coherente y exhaustivamente por primera vez en décadas. Una vez más, Cyclops y Kitty se llevan las mejores escenas, pero todos los personajes tienen grandes momentos en este retorcido mindgame que propone Whedon.
En su delicado equilibrio entre el estilo Chris Claremont y el estilo Grant Morrison, esta vez el guionista va para el lado de Morrison. No sólo porque retoma a una villana creada por el escocés, sino porque acá es muy relevante el tema de los poderes, de cómo estos pueden usarse de modo sorprendente (astonishing ;) y original, para hacer cosas que ningún superhéroe había hecho antes. En este sentido, Whedon pela unas vueltas de tuerca al poder de Kitty que te dejan boquiabierto. Y no una, varias veces. También ahonda en los poderes de un par de alumnos de la escuela, a los que construye como si fueran a ser los protagonistas de la siguiente saga, o de un nuevo título mutante, cosa que me parece que nunca sucedió. Pero el esfuerzo de Whedon está y se agradece.
El truquito de que mucho de lo que sucede es un combate mental, no físico, le permite al guionista contar la historia de un modo “raro”, con secuencias que no cierran, cosas que hacen ruido, y que obviamente te generan intriga, te hacen meterte a fondo en la lectura y no querer soltar el libro hasta no saber qué carajo está pasando y por qué. Por supuesto, todo tiene explicación y todo (menos lo del Breakworld) llega a un final más que satisfactorio, especialmente el plot de la dudosa lealtad de Emma Frost y las crecientes sospechas de Kitty. Pero lo que menos importa es la resolución, porque a lo largo de la saga pasan cosas tan zarpadas que el final podría ser un sueño fumado de Lockheed (el dragoncito de Kitty) y estaría todo bien igual. O no, pero se entiende a dónde voy, no?
Como siempre, Whedon tiene un compañero fiel, que lo acompaña en absolutamente todos los episodios de Astonishing y que deja todo en cada página. John “el Facha” Cassaday seguro quiere a estos personajes menos que a los de Planetary, pero no te vas a dar cuenta al leer las historietas, porque el tipo pone todo, siempre. Como en los tomos anteriores, la acción y la machaca escasean bastante y muchas de las secuencias más importantes consisten en gente que habla (o transa). Poco le importa a Cassaday. Cuando pinta la acción se luce, y cuando pinta la onda tranqui, también. Y además no se deja seducir por el impacto barato: el tomo tiene escenas de asesinatos brutales, tiros, garches, torturas y hasta canibalismo entre compañeros de equipo. Pero el Facha se las ingenia para mostrar todo con elegancia, para que nada de esto (que es bastante extremo) derrape hacia el grotesco o provoque revulsión.
Con desafíos muy jodidos para “los buenos”, replanteos y redefiniciones, con toques memorables a las personalidades y los poderes de cada uno, con buenas tramas, buenas sub-tramas, buen desarrollo de secundarios y diálogos de inmejorable calidad, a la etapa de Whedon sólo se le puede criticar que le falta un poquito más de machaca. Ahora, si (como yo) sos de los que no se ceban con la machaca sino con los buenos guiones, lo tenés que ovacionar de pie, porque la verdad que sale recontra-airoso de una parada complicada como era suceder a Morrison al frente de la principal serie mutante. Sumale la infernal calidad del laburo de John Cassaday (y de la colorista Laura Martin) y tenemos un comic que –sin renegar ni diez segundos de su condición de mainstream- se supo ganar el aplauso de los que nos pasamos buena parte de los ´90 escapándole a los comics de X-Men como si transmitieran enfermedades venéreas. Ojalá el final esté al nivel de lo visto hasta ahora.

5 comentarios:

Julio dijo...

Gran etapa que estoy vendiendo las revistas para comprar los libros (véase también Grant Morrison, X-Men de). Le tengo ganas al Yo soy Legion del facha, por los dibujos exclusivamente.

En la Crack Bang Boom vas a estar todos los días? Yo creo que solo voy a poder ir sábado y domingo y quiero llevarme el libro firmado.

Andres Accorsi dijo...

Sí, voy a estar los cuatro días.
Te espero!

matias dijo...

Andres que onda con los essentials de Xmen? estan buenos?

Jack dijo...

Que orgullo "de pobre" xD saber que en parte soy padrino de esta reseña ya que te vendi el tomo (unico que tenia y que me cebo lo suficiente como para pedirme el Omnibus cuando pueda)

Muy grosa serie!!

nanoc dijo...

Gran serie, esta de los X-men vampire slayers. Este capítulo de la saga resultó ser bastante confuso y morrisoniano para mi gusto (y a mi no me gustaron mucho los New X-men de Morrison. Me parece que la cantidad de incoherencias que uno puede tirar en un comic tiene que tener un límite, y que el delirio en si mismo no es un valor). Whedon es un maestro de los diálogos (ya en Buffy muchas veces eran una delicia los diálogos con los que terminaba cada capítulo), pero en esta saga ha mostrado ser un maestro en crear vueltas de tuerca increíbles… yo las llamo “momentos whedon”. Los que hayan visto Serenity sabrán a lo que me refiero. Los que hayan leído el ultimo volumen de esta serie de X-Men, sin dudas también. Cuando llegues al cuarto volumen, Andrés, verás que todo lo anterior ha sido una excusa para dejarnos un par de momentos memorables, alguna que otra lagrimilla, y una de las mejores historias de los X-Men en años.